Su excelencia la barra, el tapeo, la esencia (y el mejor refugio) contra el calor de Madrid
¡Alerta de calor en Madrid! Cuando el sol cae implacable y arde el asfalto, de repente surge un oasis para darnos un respiro: los bares. Olvídate del termómetro por un momento y siente la magia de cruzar esa puerta abierta de par en par. Son auténticos paraísos urbanos donde el aire acondicionado te abraza fraternalmente, el tintineo de los hielos suena como una melodía arrulladora y la barra te invita al buen rollo.
‘Bares…. ¡qué lugares! tan gratos para conversar’, cantaba Gabinete Caligari en el 86, y 38 años después, siguen siendo el corazón latente del tapeo madrileño. Prepárate para escapar del bochorno: en este reportaje te llevamos de ruta por 4 barras imprescindibles en Madrid donde el frescor está garantizado y las tapas te esperan irresistiblemente tentadoras.
Bar Martin Toston, la tienda de comestibles en el vecindario de Salamanka. / AyC
Para empezar apunta este nombre: Martín Tostón. Estamos ante un planazo para los amantes del buen tapeo y los rincones con encanto. La familia Martín-Hevia, sinónimo de tradición pero con un ojo siempre puesto en la innovación, abre un nuevo tesoro gastronómico en el barrio de Salamanca, calle de Castelló, 112. Martín Tostón es un viaje a la esencia de los antiguos colmados, sí, pero reinventado para que lo disfrutemos ahora.
Aquí, más allá de poder llevarte a casa joyas ‘gourmet’ (su laterío y chacinas son una locura), la vida bulle en su barra. Abierta ‘non-stop’ desde las 9 de la mañana hasta casi medianoche, es el lugar ideal para desconectar, picar sin prisa y ver cómo se prepara todo al momento.
¿Qué te espera en esta barra sorprendente? Todo un festín. Desde el primer café de la mañana con unas tostadas de cine o unos churros recién hechos, pasando por un aperitivo que es pura nostalgia. Imagina: la excelsa chacina de Arturo Sánchez, un laterío de élite con las mejores conservas del mar que te puedas echar a la boca (berberechos XXL, mejillones con pedigrí…), y esos iconos de siempre: gildas que pican lo justo, torreznos crujientes, un salpicón de gambas refrescante o una ensaladilla rusa que pide a gritos un pan de calidad .
La cosa no se queda en lo clásico. También hay «platillos» más creativos, perfectos para compartir o darte un gusto a cualquier hora, como un hojaldre de sardina ahumada con ajo blanco o un tentador ‘brioche’ de carrillera ibérica. Y para acompañar, una selección de vinos que te invitan a viajar y, claro, una caña perfectamente tirada.
Bar de Asgaya. / AyC.
¡Atención, amantes del buen yantar sin complicaciones! El Grupo Asgaya, que nos conquistó con el sabor de Asturias, da un golpe sobre la mesa (o más bien, sobre la barra) con su nuevo proyecto: Cervecería Asgaya. Fuera corbatas y menús interminables; esto es pura celebración del picoteo elevado, en un rincón privilegiado de Ferraz que grita «¡aquí es la fiesta!».
Asgaya se aleja del bar de siempre para presentarse como una cervecería de nueva generación, un espacio moderno y cercano donde la alta calidad del sello Asgaya se viste de raciones y tapas para compartir. La estrella indiscutible es su barra desenfadada, el lugar perfecto para dejarse llevar a cualquier hora.
¿Qué te espera en esta barra? Una carta pensada para disfrutar sin prisas, donde cada bocado es un descubrimiento. Están las croquetas, sí, pero ¡ojo! Tienes de queso de Vidiago, lacón/chorizo, y de un sabroso chipirón con ali-oli de azafrán. Lo mejor: una ración mixta para probarlas todas. ¿Más joyas? Unos torreznos a baja temperatura con un toque de kimchi que son un escándalo de crujientes y sabrosos, o un bikini de carrillera que es la versión ‘gourmet’ de un clásico. Y para los fans de la tortilla, su «vaga» con bacalao y piparras es toda jugosidad.
Además, podrás picar los grandes éxitos del grupo en formato ración ligera, como un cachopito ya troceado listo para compartir, o hasta sus famosos guisos y arroces. Y para beber, ¡hay vida más allá de la cerveza! Una bodega estupenda con vinos por copa (mucho tinto de primera ), sidras, cavas… lo que pida el momento.
Barba / AyC.
Para seguir de tapeo, anota este sitio: ¡Barbudo! En el corazón del elegante barrio de Salamanca, en la calle Príncipe de Vergara, 57, el laureado chef José Carlos Fuentes (el de las estrellas Michelin y Cocinero del Año) y el experto en sala Juan Lizarraga han montado un templo del buen comer para los amantes del tapeo.
Aunque tienen un salón íntimo abajo, la verdadera estrella de este nuevo local es su espectacular barra. Aquí la regla es simple: disfrutar y picar de forma relajada a cualquier hora. Con un horario ininterrumpido y la cocina a la vista, es el lugar perfecto para el aperitivo, un almuerzo rápido o para esas tardes de charla sin fin con amigos.
¿Y qué se come en esta barra? José Carlos Fuentes ha diseñado una carta amena que cambia con las estaciones y pensada para probar un montón de cosas. Allí están los intocables: el jamón ibérico que se deshace, el queso perfecto o la ensaladilla que te reconcilia con la vida. Pero la magia llega de la mano de giros sorprendentes: un ‘brioche de steak tartar’ de picaña madurada que es una uténtica delicadeza, o un bikini de rabo de toro que es una locura de sabor delicadamente abrazado por queso Comté y rúcula.
Para acompañar, la selección líquida es de campeonato. Un paseo delicioso por el vino por copas, con referencias españolas e internacionales. Y Juan Lizarraga, maestro de la mixología, pone su toque en cócteles sencillos con alma española. ¿Eres más de cerveza? También tienen su trono: son fieles a la Estrella Galicia 1906.
Bar de Acholao. / AyC.
Aquí el sabor explota. La pareja imparable detrás del aclamado Quispe, César Figari y Constanza Rey, eleva el juego con su nuevo proyecto: Acholao, que significa «mezcla». Se trata de un pisco especial y, sobre todo, aspira a convertirse en un lugar de encuentro de culturas, personas y la mejor gastronomía peruana criolla con el ambiente canalla de Madrid.
Ubicado en la ‘chic’ calle Almirante, este local es el primer Pisco Bar de España con una carta líquida espectacular. La estrella indiscutible es el pisco, reinterpretado en 20 macerados artesanales únicos con frutas, hierbas y especias andinas. Pisco Sours, Chilcanos, Mojitos…
Pero un buen cóctel pide una buena tapa. La barra de Acholao es el escenario perfecto para disfrutar de una carta criolla pensada para compartir y, en su mayoría, para comer con la mano. Auténtica delicia informal. Espectacular su icónico trío de cebiches- clásico, carretillero y mixto- las adictivas croquetas de ají de gallina o el anticucho de corazón de ternera, salsa, papas crocantes y ocopa, esa salsa picante a base de huacatay, maní y ají mirasol. Son los clásicos peruanos de siempre, pero con un toque fresco y moderno.
Con cocina vista, buena música y un ambiente que invita a alargar la noche, Acholao es el ‘spot’ de moda para un «tardeo» con carácter o para arrancar la velada a base de cócteles únicos y tapas deliciosas.
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