Tiene que llegar a todos los edificios oficiales
«Tiene que llegar a todos los edificios oficiales de España». Así de convencido sobre la utilidad de su invento se muestra el creador de Ecofire, el aragonés César Sallen, un agente 100% ecológico desarrollado por la empresa también aragonesa Simonrack. Esta semana ha logrado otro hito mundial en la lucha contra incendios: la extinción completa, segura y sin daños colaterales de un fuego provocado por baterías eléctricas. Se suma a la repercusión que tuvo su producto como elemento para apagar incendios forestales y agrícolas.
El test llevado a cabo ante representantes de empresas e instituciones como Seat, Iberdrola, TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona), Bomberos de Barcelona o AIDIVE (Asociación española de cargadores de vehículos eléctricos) ha sido calificada como un «éxito» y confía en que posicione a Ecofire «como la única solución existente en el mundo capaz de apagar incendios de baterías de litio en vehículos eléctricos y prevenir su propagación, incluso en espacios cerrados y con riesgo de explosión en cadena». De hecho, según cuenta Sallen, en la demostración se consiguió la extinción completa y segura de un fuego provocado por baterías eléctricas equivalentes a dos vehículos de alta gama (65 kilovatios) y de un coche eléctrico aparcado en un parquin, sin que el vehículo de al lado sufriera ningún tipo de daño.
“La idea surge tras un incendio muy grave en España en el que murieron varios bomberos», recuerda el inventor, natural de Binéfar. «Había que crear un producto con el que se pudieran hacer líneas cortafuegos para salvar la vida de los bomberos, de las personas y de su patrimonio, un producto completamente ecológico, que se mantuviera en el tiempo y que cuando lloviera no afectara a ningún tipo de vegetación ni al suelo, y aunque se desarrolló inicialmente para incendios forestales, se han ido haciendo modificaciones para conseguir utilizarlo en fuegos de combustibles y de metales, como los de las baterías de litio”, manifiesta el promotor de la idea, que cuenta con un espacio de pruebas en Alcolea de Cinca.
A nivel técnico, Ecofire Fighting encapsula el fuego y el humo con una solución líquida 100% orgánica, biodegradable y sin compuestos tóxicos, basada en fibra de celulosa y almidón. Crea una barrera térmica que reduce drásticamente la temperatura y detiene la propagación del incendio, permitiendo actuar más cerca del foco sin poner en riesgo al personal de extinción. Su eficacia es entre 40 y 100 veces superior al agua y actúa entre 6 y 10 veces más rápido. Además, se necesita entre 8 y 20 veces menos producto que agua para apagar un fuego, según explica. «Hemos demostrado repetidamente que es algo muy efectivo», indica.
Efecto dominó
En el caso de incendios de baterías de litio, el producto no solo extingue el fuego, sino que evita el “efecto dominó” de explosiones en cadena, encapsulando el humo y gases tóxicos que suelen desencadenarlo. «Esto es vital en entornos como aparcamientos, puntos de recarga o fábricas y entornos domésticos, puesto que estas baterías también están presentes en patinetes y otros dispositivos», señala. Pone como ejemplo que una explosión de una batería de estas características lanza «chorros de fuego» y materiales incandescentes que pueden llegar a poner en riesgo incluso las estructuras de los propios edificios. «Estamos ante el producto definitivo para acabar con estos riesgos y tiene un origen netamente aragonés», señala.
La demostración de Barcelona fue organizada por Ecofire Global Distributor, con la colaboración de Acierta, TerrePower, Fast Emergències Castellolí, Ebara y Pintado. Asistieron representantes de empresas como Seat, Ebro, TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona), Aidive (Asociación de cargadores de vehículos eléctricos), Bomberos de Aragón y Bomberos de Barcelona, entre otros. En las próximas semanas también se realizará una demostración en Aragón con la que Sallen quiere lograr la implicación de las administaciones públicas para evitar riesgos. Por el momento afirma que ya cuenta con el respaldo de empresas como Repsol, Iberdrola o EMT Madrid y está comenzando a implementarse en edificios públicos como los parques móviles de la Diputación Provincial de Huesca o la Junta de Andalucía.
Su composición natural no solo es inocua para personas, animales y plantas, sino que mejora las propiedades del suelo tras su uso, ayudando a su regeneración. No genera residuos ni tampoco se acumula en el ecosistema.
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