todo lo que Trump ha bautizado con su nombre por todo EEUU
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nunca ha escondido su deseo de ser recordado como el mejor presidente de la historia en pasar por la Casa Blanca. Una afirmación que él mismo ha defendido en varias ocasiones. Muestra de ello son sus constantes esfuerzos por imponer su imagen y su nombre a todos los edificios, departamentos e instituciones a las que alcanza desde el despacho oval. El cual, en cualquier momento, podría convertirse en una nueva víctima de sus vanidosas aspiraciones.
[–>[–>[–>Sus esfuerzos por dejar una huella indisoluble quedan claros con la reforma –por no decir desmantelamiento o destrucción– del ala este de la Casa Blanca para construir un salón de baile; y la implantación de un ‘paseo de la fama‘ de presidentes donde tergiversa la figura de muchos de sus antecesores: especialmente de los demócratas Joe Biden, cuya foto es un ‘autopen’ en vez de un retrato; y Barak Obama, al que define como «uno de los líderes políticos más divisivos de la historia estadounidense».
[–> [–>[–>Pero también hay otros gestos más «sutiles», que Trump domina como un experto. Sí como magnate de los negocios puso su nombre a prácticamente todos sus edificios e hizo de este una parte esencial de la marca, como presidente busca hacer lo mismo: dejar su nombre «para la historia» en todo aquellos que alcance. Y aunque rara vez se ha hecho esto con un presidente en activo, su última ocurrencia para nombrar una nueva clase de buques de guerra con su nombre es sólo una más en una lista cada vez más amplia.
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Durante una rueda de prensa realizada este lunes desde su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, el presidente de EEUU anunció la producción de unos nuevos buques de guerra de gran tamaño bautizados como «Clase Trump USS Defiant». Unas embarcaciones que según Trump serán «las mejores del mundo», que pesarán en torno a 30.000 y 40.000 toneladas y cuyos dos primeros ejemplares estarán listos en aproximadamente dos años y medio. Aunque su objetivo es alcanzar las 20 o 25 embarcaciones, en lo que serán, según el magnate de 79 años, los buques de guerra «más grandes de la historia» de EEUU e incluso «del mundo».
[–>[–>[–>[–>[–>[–>El caso de los buques no es un incidente aislado, sino que se suma a una lista que no deja de crecer y de la que han sido víctimas instituciones de la más diversa índole. La más reciente, previa a este último caso, es la del Centro Memorial de Artes Escénicas John F. Kennedy, al que Trump sumó su nombre el pasado 20 de diciembre, un día después de que los miembros de la junta directiva, todos elegidos por el republicano, aceptaran este cambio.
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Una medida que, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se tomó para reconocer “el increíble trabajo que el presidente Trump ha hecho durante este último año para salvar el edificio”, pero que, sin embargo, ha sido rápidamente rechazada por parte de la familia Kennedy. Incluso, el sobrino nieto del expresidente asesinado en 1963, Joe Kennedy III, dudó de la legalidad de este cambio.
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[–> [–>[–>[–>Pero los esfuerzos de Trump no van solo dirigidos al mundo de las artes. En su empeño incansable por presentarse como el «paladín» de la paz mundial –y así obtener su ansiado Nobel de la Paz–, el pasado 3 de diciembre, el Departamento de Estado norteamericano cambió el nombre del Instituto de la Paz para bautizarlo nuevamente con la marca Trump. Así, al día siguiente de que se aprobara esta modificación, este centro dependiente del Congreso y ubicado en Washington DC ya reflejaba su nuevo título: Instituto Trump de la Paz.
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Con todo esto, las intenciones del presidente estadounidense van mucho más allá de lo material y los grandes centros con su nombre. También, como sociópata autoproclamado que es –él mismo lo ha vendido como una virtud–, ha dado recientemente su nombre a otras medidas aprobadas por su Administración. En concreto, a las llamadas «Cuentas Trump», para niños: un tipo de fondo de inversión para que las familias puedan depositar dinero y que estos, dentro de unos límites, crezcan libres de impuestos; y las «Trump Golden Visa», unas tarjetas presentadas a comienzos de este año, con coste cercano al millón de dólares y dirigidas a los extranjeros adinerados que abrirán un “camino directo” hacia la ciudadanía para quienes estén dispuestos a pagar.
[–>[–>[–>[–>[–>[–>Fuera de la política, las ambiciones de Trump también alcanzan al mundo de los deportes. El pasado 7 de noviembre, Leavitt envió un correo a la cadena estadounidense ESPN, donde daba a conocer que el republicano quería que los Washington Commanders, equipo de la NFL con sede en la capital de EEUU, bautizaran su nuevo estadio bajo su nombre. «Sería un bonito nombre, ya que fue el presidente Trump quien ha hecho posible la reconstrucción de este nuevo estadio», aseguró la secretaria de prensa de Trump.
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Y aunque todavía es pronto para saber si esto acabará ocurriendo, fuentes de la Casa Blanca admitieron a ESPN que la Administración Trump se había puesto ya en contacto con la dirección de la franquicia de Fútbol Americano. «Es lo que el presidente quiere, y es lo que seguramente acabe ocurriendo».
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