Todo va a salir mal
Qué extraño prestigio goza el pesimismo. Y el pesimista. Aquel que en tono serio y solemne predice toda clase de adversidades, catástrofes y desgracias es escuchado atentamente, atendido, se le dan tribunas y canongias y se le conceden premios. Premios que ni siquiera podrán iluminar su rostro ceniciento.
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