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Trabajo 18 horas al día. Poder hacer esto son vacaciones

Trabajo 18 horas al día. Poder hacer esto son vacaciones
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  • Publisheddiciembre 25, 2025



Fogones. Recetas. Libros. Programas de televisión. Cientos de personas de las que estar pendiente y más de una decena de negocios relacionados con la gastronomía y la hostelería que controlar. Jornadas laborales de casi 20 horas que se alargan hasta la madrugada para que todo esté perfecto. Y a la mañana siguiente, vuelta a empezar. Este es un día normal en la vida de Nandu Jubany (Monistrol de Calders, 1971).

Nandu es uno de los chefs más reputados de la cocina catalana y española y propietario de Can Jubany. Aprendió bajo la batuta de genios como Juan Mari Arzak, Martin Berasategui, Carles Gaig o Faust Terra y ahora crece y deslumbra junto al apoyo de su mujer Anna Orte. Entre los dos gestionan un gran imperio que no ha parado de crecer desde que dio sus primeros pasos en el año 1995.

Gracias a su talento y a su esfuerzo, hoy defiende una estrella Michelin y tres Soles Repsol, además de una fama y de una reputación contrastadas en el mundo entero. Unos logros y unos reconocimientos que vienen impregnados de miles y miles de horas de esfuerzo y de falta de sueño. Y es que toda dedicación es poca cuando se trata de dar forma a cada ladrillo que sustenta el imperio propio.

Sin embargo, cuando llega la primera semana de enero, Nandu Jubany desaparece. Huye de las cocinas, de los actos y de los eventos. E incluso, hasta de su casa. Y es que, como ya hiciera hace doce meses, el chef ha decidido reemprender su camino hacia Arabia Saudí para participar en el Rally Dakar, la prueba de rally raid más dura del mundo y que acoge a profesionales y amateur por igual.

Nandu es de los segundos, de los que acuden al desierto por hobby y por pura pasión, sin ninguna expectativa con los resultados, pero con la ambición de dar lo mejor de sí y de probar su talento y su suerte ante gigantes como Carlos Sainz o Nani Roma. Es precisamente el de Folgueroles, gran amigo de Nandu, quien le ayudó hace un año a dar forma a este proyecto que ya consuma su segundo capítulo junto a la familia francesa de MD Rallye Sport.

El motor y la cocina comparten el corazón de Nandu casi a partes iguales. Por ello, ya en el año 2018 decidió probar suerte en Sudamérica en la categoría de motos. Y 7 años después se propuso completar la prueba en coches, esta vez en Arabia Saudí. Sin embargo, los resultados fueron tan buenos, segundo en la categoría de dos ruedas motrices, segundo mejor español tras Pau Navarro y 27º puesto en la general total, que se ha decidido a probar suerte de nuevo en 2026.

Nandu regresa al Dakar mucho más preparado que el año pasado. Su buggy 4×2 MD Optimus presenta mejoras notables que permitirán al chef de 54 años intentar ofrecer un rendimiento todavía mayor, aspirando a grandes retos como ganar su categoría e incluso pelear por entrar en el Top20 de la general.

Además, Jubany regresa acompañado de su inseparable copiloto y mecánico Marc Sola y de nuevo siguiendo los consejos de sus amigos Nani Roma y Alex Haro, quienes se encargan de guiar a este talento de los fogones y de las cuatro ruedas. Por ello, a partir del próximo 3 de enero, Nandu volverá a dejar a Anna, a su familia y a Can Jubany al margen para enfrentarse al desierto saudí.

Pero antes, hace una parada para hablar con EL ESPAÑOL de cómo ha crecido su proyecto en estos 12 meses, contando de nuevo con el apoyo de la factoría de KH-7, la cual impulsa también a pilotos como Isidre Esteve, Laia Sanz, Pau Navarro o Edgar Canet. Y además, confiesa que este año volverá a haber una gran paella con el sello de Can Jubany para todo el vivac dakariano de habla hispana tras el éxito cosechado el pasado año, cuando dio de comer a más de 100 personas durante la jornada de descanso. No obstante, el reto este año será doblar su apuesta.

Nandu Jubany durante una entrevista con EL ESPAÑOL.


Nandu Jubany durante una entrevista con EL ESPAÑOL.

Imagen cedida / Mediagé Comunicación

Bueno, Nandu. Otro año más al Dakar, el segundo en coches y de manera consecutiva. Ya estarás más hecho a todo el tema de las entrevistas y de los medios, ¿no?

Bueno, no mucho. Las entrevistas la verdad es que nunca se me han dado mal. Pero creo que, más que todo, era el respeto hacia vosotros, a estar con quien estoy y a todo el equipo que comparto en KH-7 con Laia (Sanz), Isidre (Esteve), Juvanteny, que lleva tantos años, el notario (José Luis Criado), que es el que lleva más años compitiendo…

Creo que es este respeto también a Nani (Roma) y a todos estos grandes pilotos con los que tengo la suerte de estar a su lado. Y que tú me entrevistes igual que los entrevistas a ellos.

Sí, un poco el sentir que te metes en su mundo con respeto y con admiración.

Totalmente, con esa humildad.Con admiración total. Son mis ídolos, la verdad, y creo que es lo mejor que tiene esto: poder llegar a cumplir este sueño de poder competir a su lado y batirles algún día, si cabe. Esto es la bomba.

Tu coche, y tu proyecto en general, era para dos o tres años. ¿Este año ha sido más fácil desarrollarlo que en 2024?

Sí, este año ha sido muy fácil. Hemos mejorado el coche. La familia de MD es una familia de Normandía que lo hacen increíble. Todas las mejoras me las han puesto ellos. Han mejorado las suspensiones, un escape diferente, nos han hecho una brida más grande con la que podemos sacar 50 caballos más…

Hemos puesto aire acondicionado, teníamos un problema con el hidráulico el año pasado, que llegué seis días sin hidráulico y al final, en alguna etapa de dunas, era muy difícil no volcar y este año hemos podido solucionar todo esto. Creo que el coche va a ir muy bien y lo vamos a disfrutar.

¿Cómo se llega hasta MD? ¿Cómo sale Nandu Jubany de sus restaurantes y encuentra esta empresa?

Mira, soy muy aficionado a esto y tengo muchos amigos dentro, sobre todo Nani, Gerard Farrés y, sobre todo, Pep Vila. Pep Vila, gran conocedor de la carrera, muchos años haciendo el Dakar, ya conocía este coche. En el momento que dije ‘voy a hacer el Dakar’, mi idea era hacerlo con un SSV, con un buggy, con un Polaris, con lo que sea, pero con un coche pequeño.

Y cuando Pep Vila oyó que quería hacer el Dakar, me llamó y me dijo: «Escucha, tengo el coche con el que vas a ir. Porque ir con un coche sin cristal, con un coche pequeño, con el que cada día se te va a hacer de noche, no; tienes que ir con un coche de verdad, con aire acondicionado, que no teníamos el año pasado, con seguridad y con cristal cerrado, que lo vas a disfrutar más. Es muy robusto, te va a aguantar y no te va a dejar tirado en medio de la carrera». Y además la familia es encantadora.

Y así fue. Cogimos un avión con Gerard Farrés, Pep Vila y mi amigo Pedro y nos fuimos a Normandía a conocer a esta familia. Nos dijeron que no tenían coches de alquiler en junio, pero que estaban haciendo dos. Digo: «¿Y si hacéis tres y os compro uno?». Y nos decidimos a comprar uno. Fue una decisión muy buena y muy acertada, y el tiempo nos ha dado la razón al escoger este coche porque al final es un coche muy robusto, que se rompe muy poco y con mucha fiabilidad. Gastas muy poco dinero en piezas y esto es lo más importante.

Hacer el Dakar en motos es para ‘superhombres’. En coches es más fácil, con preparación y habilidad es accesible.

Ya habías probado el Dakar en motos, el año pasado lo probaste en coches. ¿Qué sensación te dio? ¿Qué diferencias viste y cuál te gusta más?

Bueno, es muy difícil y muy diferente. Creo que la moto es para superhombres. El coche es más fácil, mucho más fácil. Evidentemente, ganar en coche es muy difícil, pero correr con un coche como el mío, con una preparación más o menos buena y con que seas un poco hábil, creo que es relativamente accesible para mucha gente.

El coche te lo pone fácil, el equipo también. Tengo la suerte de que esta gente me quiere, me han ayudado en todo para que me equivocara lo mínimo, por tanto ha sido fácil. En moto no es nada fácil. Todo es complicado, porque la carrocería eres tú; cuando te caes es muy difícil y es muy duro. Aquí es menos duro y es diferente.

A nivel de ambiente, recorrido, paisaje… ¿Sudamérica o Arabia Saudí? ¿Qué diferencias has visto? ¿Cuál te ha gustado más o te ha impresionado más?

Bueno, creo que es diferente también. Yo corrí la última en Sudamérica, en 2018, la que era Argentina, Perú, Bolivia y Argentina, con mucha gente en el trazado, en las dunas, en los puertos, en los puentes, en los pueblos, mucha afición que te esperaba… Cuando llegamos a La Paz fue increíble. Kilómetros de gente gritándote… Increíble lo bonito que fue. También subir a Bolivia a 4.500 metros de altitud, ríos increíbles, ríos de verdad… Por tanto, me gustó mucho.

Pero aquí hay sitios donde pasas del desierto, donde no hay nadie, a Al-‘Ula, que hay unas formaciones de piedra que parecen esculpidas a mano. Pasamos por sitios increíbles. O ver un mar de dunas inmenso, con dunas muy grandes como el año pasado en el Empty Quarter, que es como toda España o toda la península llena de dunas inmensas.

Creo que esto es muy bonito. Hay momentos que le digo a Marc «saca el móvil y graba». Y la primera vez que se lo dije me miró con una cara… y al final le dije «te lo digo de verdad, que vas lento, pero graba, que esto lo tenemos que enseñar en casa y a los amigos, que esto no pasa cada día».

A nivel deportivo, el año 2025 creo que fue muy bien. Segundo de tu categoría, segundo español detrás de Pau Navarro… ¿Te lo esperabas?

En coches grandes quedé el primer español. Creo que esto está muy bien. Yo dije que quedaría así, pero no me esperaba que Sainz tuviera problemas, que Laia tuviera problemas, que Nani tuviera problemas, que Isidre tuviera problemas… Luego parece que tienes menos mérito si ellos tienen problemas, ¿no?

Bueno, pero es parte de la carrera, aguantar también.

Esto está claro. Es una carrera que no permite fallos, que no permite errores, y al final el que llega es el que lo ha hecho mejor. Por tanto, cuando la gente me dice «has ganado a Sainz, has ganado a Nani», sí, ellos no terminaron. Es una carrera de menos a más, es algo que tenemos que tener en cuenta. No gana el más rápido, gana el que sea más constante y tenga menos problemas. Tenemos que hacer una carrera inteligente, de menos a más, y cuantos menos problemas tengamos, mejor lo haremos.

Marc Sola y el piloto Nando Jubany junto a su coche para el Dakar 2026.


Marc Sola y el piloto Nando Jubany junto a su coche para el Dakar 2026.

Imagen cedida / Mediagé Comunicación

Casos como el tuyo demuestran un poco la profesionalización que está adquiriendo el Dakar, que incluso una persona con su vida, que hace esto por pasión, tiene que ser prácticamente profesional, tiene que ser casi Nani Roma o Carlos Sainz para poder estar ahí y ser competitivo.

Sí. A ver, si tú quieres ser competitivo, evidentemente ellos van con un coche que no tiene nada que ver con el mío, pero tú te tienes que entrenar, tienes que tener unas aptitudes. He hecho el Campeonato de Cataluña, unas cuantas carreras de rallyes, he entrenado con el Polaris, he hecho dos del Campeonato de España… Me entreno, no como un profesional, porque Nani solo hace esto por ejemplo. Él se ha pasado ahora dos o tres meses entrenando mañana y tarde.

Yo intento hacer una rutina cada día y, cuando puedo, el día de fiesta hago tres horas de bici. Hago lo que puedo, pero evidentemente tienes que tener unas aptitudes, estar preparado y por el hecho de hacerlo en coche, saber navegar y tener el copiloto que tengo me da todas estas facilidades para poder estar allí compitiendo.

¿Qué tal ha ido este 2025? ¿Qué tal el trabajo con Marc? No sé si habéis cambiado un poco la preparación respecto a la del año anterior para afinar más.

La verdad es que la preparación ha sido parecida. No me puedo permitir más de lo que hago porque mi trabajo me ocupa mucha parte del día. Podría prepararme mejor, pero también soy un tío mentalmente muy fuerte. Para mí hacer tantas horas… ya las hago trabajando. Yo digo que esta semana, por ejemplo, he hecho un Dakar, ¿sabes? Teníamos un evento de 2.000 personas, otro de 1.000, otros 14 eventos diferentes y he trabajado 16 o 18 horas cada día.

Creo que cuando voy al Dakar y solo me dedico a dar gas con mi hobby, que son los coches y la velocidad… Solo poder dedicarme a ello para mí son vacaciones. Es un lujo poder hacer esto.

El hecho de ir al Dakar te requiere una preparación previa de tu trabajo y de tus negocios, para dejar todo un poco atado. Y luego, cuando estás allí, ¿consigues desconectar 100% o hay alguna llamada que coger, algún email que responder… o incluso en el coche en los ratos muertos vas dándole vueltas a cosas?

Sí, hay ratos que sí, pero tengo la suerte de que en enero yo me cogía vacaciones. Enero es cuando tenemos menos trabajo, cerramos el restaurante gastronómico y siempre he visto el Dakar por la tele estando de vacaciones en un país con pantalón corto. Por tanto, es la época en la que menos trabajo tenemos. Sí que tenemos unos cuantos restaurantes abiertos y todo funciona, pero no hay eventos. Procuro que no haya nada especial y me puedo dedicar, no al 100%, pero sí al 80% a disfrutar y a dar gas.

No sé si habéis mirado muy a fondo lo que se sabe del recorrido. ¿Te gusta? ¿Qué sensación te da? ¿Crees que se te va a adaptar mejor?

No me lo he mirado muy a fondo, solo lo hemos mirado un poco. Ahora hemos quedado con Nani y Álex Haro, que es un copiloto increíble, para que nos dé un poco de feedback, y ellos, que son muy trabajadores, comparan con los años anteriores por donde han pasado, lo trabajan como Dios manda y creo que sabremos un poco más. Pero no me lo he podido preparar.

Al final lo tengo claro: este año me gusta porque va a ser más técnico, muchas dunas, pero no vamos al Empty Quarter. Va a ser más técnico, más rocas, más posibilidad de pinchazos. Ahí me muevo muy bien. Cuanto más técnico sea y más difícil, mejor para mí, porque tengo un coche que va muy bien. Cuanto menos rápido, mejor me va, porque donde más he sufrido es cuando es medio rápido y muy rápido, que es cuando los buenos no levantan el pie y lo aguantan allí a fondo, y esto lo tienes que tener muy claro.

Quiero estar en el podio de mi categoría y entre los 20 primeros de la general.

¿Qué objetivo te pones este año? Ganar la categoría de dos ruedas motrices, acercarte al Top 20 de la general…

Esto sería lo que sonaría mejor, estar en el podio de mi categoría, estar entre los 20 primeros o 25… Creo que sería un éxito, sería una muy buena carrera y significaría que lo hemos hecho muy bien si conseguimos esto. Este sería el objetivo.

Quiero preguntarte también porque tú ahora te vas a Arabia, pero dejas en casa muchas cosas. ¿Cómo ha sido para la familia tener que afrontar el pasar las Navidades sin ti otra vez?

En Navidades he estado aquí. Y fin de año trabajamos hasta el final. Yo trabajo hasta las 19:00 horas de la tarde, que cogeré un avión. Luego me voy. Seré de los últimos en llegar a Arabia Saudí. Seguro que de los pilotos seré el último. Llegaré el día 1 a las 12:00 horas del mediodía y a las 14:00 o 14:30 iré a probar el coche. Por la tarde hacemos verificaciones; al día siguiente, más verificaciones, y el día 3 a correr.

Sin parar.

Sin parar.

¿Qué alimentos no le van a faltar a Nandu Jubany estando en Arabia Saudí?

Bueno, mira, todo lo que sea para hacer el vermut cuando lleguemos por la tarde después de cada etapa está bien. Buenos berberechos, un buen jamón, un buen salchichón, un buen queso, unas buenas patatas fritas, una cerveza sin alcohol… Todo esto no va a faltar, está en la autocaravana.

Nandu Jubany cocinando uno de sus espectaculares platos


Nandu Jubany cocinando uno de sus espectaculares platos

Borja Sánchez

EL ESPAÑOL

¿Y te ha sorprendido alguna dieta que lleven algunos pilotos porque sea extraña o por las cosas que coman?

Creo que cuando haces esto a nivel profesional, como Nani, que son muchas horas, 3, 4, 5 o 6 horas conduciendo al máximo rendimiento, tienes que vigilar mucho más que yo, que aunque voy a fondo, no es lo mismo. Yo me puedo permitir hacer muchas cosas que ellos, primero como profesionales y segundo por rendimiento, no se pueden permitir. Al final siempre digo: mi lema del Dakar es que voy al Dakar a dar gas, no a adelgazar. No vaya a ser que llegue del Dakar con unos kilos menos (risas). Nani perderá 7 u 8 kilos seguro y yo seguramente no voy a perder ni uno.

¿Y cómo recuerdas esos momentos en el Dakar en la etapa maratón donde casi no tenéis ni para comer?

La verdad es que la etapa maratón a mí también me gusta. Soy un tío que come lo que haga falta. Me llevo alguna cosa mía también. Este año habrá dos etapas maratón donde, en una o en las dos, nos darán una cajita igual para todos, con unos hornillos, un microondas para poder calentar todo allí.

Si quieres lo calientas y, si no, te lo tomas frío, pero yo me llevaré alguna cosa de refuerzo. Los que vamos en coche tenemos la suerte de poder llevar una cajita con alguna cosita más de comida. Y los polvitos, la gelatina y los geles de Muchmore que me acompañan en esas etapas. Creo que no tengo problema.

Y bueno, no sé si volverás a cocinar un poco para la gente de allí.

Sí, me he llevado 20 kilos de arroz. O sea, volverá a haber arroz. Haré paella para unas 200 personas, para los colegas, amigos, toda la gente que me ayuda, mi equipo y la gente que me sigue, y toda la gente del país que venga allí. Será un placer poder darles un poco de lo que sé hacer y de lo que disfruto. Al final, dando placer, soy muy feliz.

Y ya la última. Hablábamos antes de que el coche podría ser para dos o tres años. No sé si visualizas que el año que viene pueda ser el último año o si todavía no lo has pensado.

Visualizo que puede ser este el último año de este coche. Igual lo vuelvo a alquilar, lo vendo o me lo quedo, no lo sé. Me gustaría, si lo hago, que el año que viene fuera con un coche mejor, con un T1+, y si no puedo, también hay una cosa que me pasa por la cabeza, con los amigos que tengo, que es hacerlo con un camión.

Me gustaría, si encontráramos un camión para poder estar delante, hacerlo. Un camión para competir y no solo para llevar comida. Luego ya les puedo hacer el catering también, pero si tenemos un buen camión con Pep Vila y Marc, que es el mejor mecánico. Pep ya me ha dicho que me ayudaría. Y sacarme el carnet de camión y hacer una aventura, un proyecto nuevo, me motiva. Aprender a ir en camión, aprender a hacer dunas en camión creo que también sería un reto.

Entonces queda Dakar todavía.

Creo que sí.



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