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Trump cruza una línea histórica

Trump cruza una línea histórica
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  • Publishedjunio 9, 2025



El presidente Donald Trump lo ha vuelto a hacer. El republicano ordenó el despliegue de 2,000 soldados de la Guardia Nacional en Los Ángeles contener protestas que han estado aumentando en tono en los últimos días. El problema: No pidió permiso al gobernador Gavin Newsom, quien ya ha anunciado que lo demandará nuevamente por «abuso de poder» y «ocupación ilegal».

No es la primera vez que ambos se enfrentan. La relación entre Trump y Newsom Es cualquier cosa menos cordial. California fue el primer estado en demandar a Trump por sus aranceles. En abril de este año, y ahora el presidente ve al gobernador como una amenaza real para las elecciones de 2028. Newsom suena fuerte entre los demócratas y Trump, que todavía mueve las chips dentro del Partido Republicano, lo sabe bien.

Un precedente que huele a historia (y no es precisamente bueno)

Lo que hace que este despliegue sea especialmente serio es que Algo así no ha sucedido durante 60 años. En 1965, durante la lucha por los derechos civiles, el presidente Lyndon B. Johnson envió tropas federales a Selma, Alabama, para proteger a los manifestantes afroamericanos que exigieron votar. Luego, la Guardia Nacional fue enviada para proteger a las personas. Hoy, todo indica que Trump lo usa para suprimirlo.

En ese momento, el gobernador de Alabama, George Wallace, era conocido como «el racista más peligroso de Estados Unidos». Negó el voto a los afroamericanos, las protestas reprimidas con la violencia y sembró el miedo. Que terminó con La famosa ‘sangre de domingo’Una brutal carga policial que dio la vuelta al mundo y obligó a Johnson a actuar. Esa decisión cambió la historia y causó la aprobación de la ley sobre la votación.

¿Y ahora que?

En este caso, la historia parece al revés. Si bien las manifestaciones se vuelven más intensas, Trump toma músculo y envía tropas, sin diálogo y sin autorización. Newsom ha sido claro: «No vamos a tolerar una intervención militar no autorizada en nuestro estado» y prepara una nueva demanda contra la administración federal.

Mientras tanto, Todo el país mira hacia California con preocupación. ¿Trump repite errores del pasado, pero con otros objetivos? ¿Puede un presidente continuar saltando a los gobernadores cuando le convenga? ¿Qué sucede si en 2028 estos dos terminan compitiendo por la presidencia?

Lo que está claro es que la política estadounidense vuelve a jugar con el fuego, y que La confrontación entre Trump y Newsom ya no es solo un político: Es institucional, legal y, sobre todo, peligroso.



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