Trump irrita al sector de las criptomonedas por especular y enriquecerse con su ‘memecoin’
Donald Trump ya ha empezado a contrariar a algunos de sus aliados. El sector de las criptomonedas, que el presidente abrazó en su campaña presidencial mientras le enviaban millones de dólares en donaciones, tiene ahora altas expectativas puestas en la desregulación prometida. Pero, tres días antes de su investidura, Trump lanzó su propia criptomoneda. En concreto, una ‘memecoin’ (literalmente, una ‘moneda meme’) que no tiene ningún valor corriente sino que solo tienen una función especulativa. Este gesto, leído como una exhibición de poder con fines únicamente lucrativos, sentó como un jarro de agua fría en un sector que siente que lleva años luchando por que le tomen en serio y adelanta los múltiples conflictos de interés de tener a un empresario sacándole provecho a la Casa Blanca.
En solo dos días, la criptomoneda de Trump alcanzó un valor hipotético total de 72.000 millones de dólares, según difundió la propia empresa familiar Trump Organization, que es la propietaria última del 80% de activos, es decir de unos 58.000 millones de dólares. Esto le hubiera convertido (duró poco) en una de las personas más ricas del planeta. Sin embargo, esta es una valoración teórica, ya que se basaba en un cálculo ficticio de todas las monedas que esperan poner en circulación, de las que solo han puesto el 20%. Además, son tremendamente volátiles. De hecho, al cabo de 24 horas, su esposa, la primera dama sacó una moneda idéntica con su nombre, Melania, y el desplazamiento de algunos de los compradores de un producto a otro hizo que la ‘memecoin’ presidencial se devaluara hasta la mitad.
De la broma a la especulación
Las ‘memecoins’ no son una divisa real, a diferencia de por ejemplo bitcoin y ether, las dos más conocidas, que se crearon en un intento de emular y mejorar el curso de dinero tradicional, sobre todo pagar compras online. La primera ‘memecoin’ de la historia (y también la más valiosa hasta la fecha) se llama Dogecoin (del inglés ‘dog’, perro), ya que comenzó con una foto de un perro que se había hecho viral y que se convirtió en la cara estampada en el icono de la moneda. Muchas ‘memecoins’ tienen el símbolo de mascotas, pero la de Trump usa como emblema una imagen del republicano con el puño en alto tras el disparo que recibió en la oreja en un mitin de campaña.
La única utilidad de las ‘memecoins’ es coleccionarlas o recaudar dinero comprándolas y vendiéndolas a mayor precio. Esto es lo que la familia Trump y su círculo más cercano están haciendo. Poco antes de las elecciones, Trump, sus tres hijos y uno de sus principales asesores anunciaron la creación de una empresa llamada World Liberty Financial, que se dedicaba a la compra-venta de criptomonedas. Mantuvo un perfil bajo hasta el domingo pasado, la víspera de la investidura de Trump, cuando un inversor de amigo de la familia compró activos de World Liberty Financial por valor de 145.000 dólares. Desde entonces, rebautizadas con el nombre de $TRUMP, se han vendido a un precio cada vez más alto. La firma ha recaudado al menos 300 millones de dólares desde que se fundó en octubre, principalmente de las monedas de Trump y Melania.
Los creadores de Dogecoin, unos escépticos de las criptomonedas, la lanzaron para burlarse de los que creían en ellas pero, paradójicamente, a los que les hizo gracia esta especie de broma, se pusieron a comprarlas, subiendo su precio teórico. De la misma manera que si fuera una camiseta o una gorra de merchandising de campaña, los seguidores más fieles de Trump y también empresarios que quieren acercar posiciones, se lanzaron a comprar la moneda con la imagen de Trump, haciéndole ganar, al menos teóricamente, mucho dinero.
La promesa al sector
Trump pasó del odio al amor por las criptomonedas tras un encuentro con empresarios ‘cripto’ en junio, durante la campaña, en su mansión de Mar-a-Lago en Florida. Después de horas de reunión, el republicano publicó en su plataforma Truth Social que los usuarios de criptodivisas deberían «¡votar a Trump!» porque se enfrentaría al «odio de Biden hacia Bitcoin«. Su promesa: desregularizar el sector.
El entusiasmo se tradujo en dinero. Se calcula que la industria ‘cripto’ invirtió al menos 131 millones de dólares en las elecciones de 2024 a Congreso y Senado, mientras que multimillonarios cripto apoyaron individualmente a Trump. Solo para el día de la investidura, el sector puso 10 millones de dólares para pagar el evento. Trump ya ha premiado su apoyo.
En sus primeros días en el cargo, ha firmado órdenes ejecutivas para revocar las medidas de control que había aprobado su predecesor demócrata. Las medidas aprobadas establecen un grupo de trabajo para trabajar en legislación que ampare el crecimiento del sector y abre la puerta a una de las principales demandas: crear una reserva nacional de monedas digitales controlada por el Gobierno, al estilo de un banco central que garantiza la estabilidad económica.
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