Trump recibe al nuevo primer ministro canadiense Mark Carney en la Casa Blanca

Trump ha amenazado con anexionar Canadá como un nuevo estado de EEUU. Este martes, su recién elegido primer ministro, Mark Carney, se reúne con él en la Casa Blanca. El líder canadiense, que ha tomado las riendas del impopular Justin Trudeau de su mismo partido, dio la vuelta a las previsiones electorales al presentar una candidatura que gira en torno a la resistencia anti-trumpista. En la reunión, de alto voltaje diplomático, se espera que ambos mandatarios aborden la imposición de aranceles de hasta el 25% sobre productos canadienses, con el argumento de que EEUU tiene un fuerte déficit comercial con su vecino.
El encuentro llega en una semana que Trump ha iniciado con nuevas declaraciones incendiarias. Además de insistir en que el Partido Liberal de Carney no logró una mayoría parlamentaria absoluta, ha restado importancia a la reunión. «Viene a verme. No sé qué quiere exactamente, pero supongo que quiere echar un trato. Todos quieren un trato conmigo, porque nosotros tenemos algo que todos quieren», afirmó el lunes.
En declaraciones a la cadena NBC este domingo, Trump insistió en que, si Canadá fuera un estado más, “no nos costaría” y sería «un gran, un estado muy querido«. Si bien Trump matizó que la vía militar no es prioritaria, no la descartó completamente. «Es muy poco probable que usemos la fuerza, pero podría pasar«, dijo, comparándolo con Groenlandia, donde sí ve más probable el uso de fuerza. Unas palabras que, lejos de percibirse como tranquilizadoras, han alimentado la preocupación canadiense, sobre todo después de sus amenazas anteriores de utilizar la coerción económica para debilitar a Canadá hasta forzar su integración territorial en EEUU, algo que parece estar llevando a la práctica con aranceles estranguladores.
Tensión inicial
La reunión bilateral comenzó con un tono que, por cordial, resultó tenso y desconcertante. Trump se refirió a los resultados electorales de Carney como “una de las mayores victorias de la historia de la política, quizá incluso mayor que la mía”. Trump felicitó a Carney por lo que calificó de “excelente” actuación en el debate electoral y “gran” campaña electoral – una campaña que, cabe señalar, versó sobre un sentimiento anti-trumpista y la defensa de la soberanía canadiense, amenazada por el magnate.
En esta ocasión, sin embargo, Trump dijo sentir “un gran respeto” por su homólogo canadiense. “Tenemos muchas cosas en común”, dijo Trump. “Tenemos que repasar algunos puntos duros y difíciles, y eso estará bien”.
Carney, aunque más reservado, señaló la posibilidad de una “cooperación mutua” entre ambos países y le devolvió algunos elogios. En concreto, alabó la mayor protección de la clase obrera estadounidense, el control de fronteras y los esfuerzos contra el narcotráfico, que constituyen los argumentos básicos de la Administración para imponer aranceles, fomentando la industria nacional y usando la batalla contra las drogas como pretexto. “Es un presidente transformador”, dijo Carney.
Señales contradictorias
Justo antes de salir a recibir a Carney a la puerta de la Casa Blanca, Trump publicaba en sus redes sociales un mensaje contradictorio sobre su aproximación hacia Canadá:
“No necesitamos sus Coches, no necesitamos su Energía, no necesitamos su Madera, no necesitamos NADA de lo que tienen, aparte de su amistad, que esperemos mantener siempre», dijo Trump. “Ellos, en cambio, ¡lo necesitan TODO de nosotros! El primer ministro llegará en breve y esa será, muy probablemente, mi única pregunta de importancia.”
Canadá contra Trump
Carney, ex banquero central de Canadá e Inglaterra, sin experiencia política previa, se proclamó vencedor en las elecciones hace apenas unas semanas, tras una campaña centrada en proteger al país de las amenazas de Trump para la soberanía canadiense. Su victoria ante el candidato conservador, Pierre Polievre, apodado el Trump canadiense, ha venido a confirmar el rechazo de la sociedad al líder del país al otro lado de su frontera sur.
“Trump quiere rompernos, para que América pueda poseernos”, fue un mantra repetido por Carney. En su discurso de victoria, reiteró su rechazo frontal a cualquier plan de anexión. “No son amenazas vacías. El presidente Trump quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país”, advirtió ante sus simpatizantes. «Eso nunca, jamás ocurrirá«, dijo ante sus seguidores en la noche electoral.
Al mismo tiempo, Carney continuó desestimando las palabras de Trump, que calificó de “irrelevantes” y “desvinculadas de la realidad”, por lo que su Gobierno no contempla bajo ninguna circunstancia esa posibilidad. “Siempre es importante distinguir entre el deseo y la realidad”, insistió.
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