Trump y su ‘alea jacta est’ al que se doblegan Zelenski y la Unión Europea
El pasado viernes 28 de febrero de 2025, el diario digital estadounidense ‘The Record’, especializado en ciberseguridad, apuntaba la siguiente primicia informativa: «El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó la semana pasada al Comando Cibernético de Estados Unidos que se abstuviera de toda planificación contra Rusia, incluidas las acciones digitales ofensivas, según tres personas familiarizadas con el asunto. Hegseth dio la instrucción al jefe del Comando Cibernético, el general Timothy Haugh, quien luego informó al director de operaciones saliente de la organización, el mayor general de la Infantería de Marina Ryan Heritage, sobre la nueva orientación, según estas personas, que hablaron bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del asunto. La orden no se aplica a la Agencia de Seguridad Nacional, que también dirige Haugh, ni a su trabajo de inteligencia de señales dirigido a Rusia, dijeron las fuentes.
Si bien el alcance total de la directiva de Hegseth al comando sigue sin estar claro, es una prueba más de los esfuerzos de la Casa Blanca por normalizar los lazos con Moscú después de que Estados Unidos y sus aliados internacionales trabajaran para aislar al Kremlin por su invasión de Ucrania en 2022″.
La información sobre la orden que cursó discretamente el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, de suspender las operaciones ofensivas contra Rusia entre una semana y diez días antes de la reunión celebrada entre el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, que fue confirmada por el diario ‘The New York Times’ el pasado martes 3 de marzo.
Es decir: Trump ya había empezado a adoptar medidas para preparar el escenario de las negociaciones con la Rusia de Putin inmediatamente después de la reunión formal de las delegaciones americana y rusa lideradas por los secretarios de Estado y de Asuntos Exteriores, Marco Rubio, y Sergéi Lavrov, respectivamente, en Riad, Arabia Saudí, el 18 de febrero.
Por tanto, la medida es una señal de que el enfrentamiento de Trump y su vicepresidente J.D. Vance con Zelenski en la Casa Blanca del viernes 28 fue un nuevo episodio, espectacular por su explosividad ante las cámaras de televisión de todo el mundo, más propio de un expresentador de ‘reality show’ en el caso del presidente norteamericano, y de un excomediante en el del presidente ucraniano, que de un encuentro para debatir el fin de una guerra de tres años (si se cuenta desde el 24 de febrero de 2024 y no desde 2014 cuando tuvieron lugar las hostilidades en Crimea y la región del Donetsk).
Después de dicho show, Trump ordenó el pasado lunes 3 de marzo suspender temporalmente la ayuda militar a Ucrania aprobada por la Administración Biden por valor de 1.000 millones de dólares. La noticia tuvo un efecto inmediato: el presidente Zelenski anunció este martes que está «dispuesto a sentarse en la mesa de negociaciones lo antes posible» y a trabajar «bajo el firme liderazgo» de Trump para «conseguir una paz duradera».
En un mensaje en X, el líder ucraniano propone una tregua limitada con Moscú –marítima y aérea, e infraestructuras energéticas– y también recalca que sigue dispuesto a firmar un acuerdo con EEUU sobre la explotación de recursos minerales (minerales críticos y tierras raras).
Una farsa europea de 72 horas
La tregua o el alto el fuego ya fue enunciado por el primer ministro del Reino Unido, Keith Starmer, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, este fin de semana, tras la visita que ambos hicieron a Trump la semana pasada.
Por tanto, toda la retórica de apoyo a Zelenski ante la virulencia de Trump en el show del 28 de febrero en la Casa Blanca no impidió que los principales países de la Unión Europea se subieran al tren de paz de Trump unas horas después de solidarizarse de boquilla con Ucrania. Fue Trump quien, precisamente, fue el que habló del alto el fuego y acusó a Zelenski de ser un obstáculo para conseguirlo. Trump dijo: «Que vuelva cuando cambie de posición» al despedirle de la Casa Blanca y cancelar la comida prevista para ese día. Pues ese cambio se ha producido con gran celeridad.
Garantía de seguridad y paz por separado
Ni Zelenski ni los dirigentes de Reino Unido y Francia han obtenido la condición que ponían para un plan de paz y un alto el fuego: una garantía de Trump en el sentido de que Estados Unidos defenderá la integridad territorial de Ucrania. Una garantía que solo puede entenderse como una promesa de que el Ejército norteamericano intervendrá en caso de presuntas violaciones del alto el fuego o vulneración del futuro acuerdo de paz para acabar la guerra.
Trump ha dejado en claro a Macron, Starmer y Zelenski, que EEUU no va a comprometerse con esa garantía de seguridad. Y que en todo caso, corresponde a la Unión Europea asumir esa responsabilidad.
Lo que comienzan a entender loslíderess europeos es que los Estados Unidos de Trump, como debía ser evidente, tienen la sartén por el mango: que cortar el grifo de la ayuda militar a Ucrania es decir que se acaba la guerra. Trump ha decidido hacer una paz unilateral y separada con Vladimir Putin. Es decir, un pacto entre el país que junto con la OTAN ha animado la aventura de Ucrania, los Estados Unidos del presidente Biden-, y el país invasor, o la Rusia de Putin.
Trump acepta el plan de Putin
La Administración Trump ha dejado saber que las condiciones de Putin son razonable, ya quee reflejan su victoria en el campo de batalla. Pete Hegseth, el jefe del Pentágono, lo dijo durante su participación en la reunión de contacto para la defensa de Ucrania en Bruselas el pasado 12 de febrero. «Ucrania no podrá recuperar sus fronteras, no será miembro de la OTAN y Estados Unidos no participará en la defensa de su territorio».
Es interesante comparar estas afirmaciones con el plan de alto el fuego presentado por Putin el 14 de junio de 2022, en vísperas de la reunión convocada por Zelenski sobre la paz en Ucrania el 15 y 16 de junio en Burgenstock, Suiza.
· “Retirada del ejército ucraniano. La petición rusa se refiere a las provincias ucranianas de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón”
[en aquel momento, el ejército ruso no controlaba plenamente ninguna de estas regiones]. Corresponde al 22% del territorio de Ucrania.
· Kiev debe “garantizar plenamente los derechos, libertades e intereses de los ciudadanos rusoparlantes de Ucrania y reconocer las nuevas realidades territoriales: el estatus de las repúblicas populares de Crimea, Sebastopol, Donetsk y Luhansk y las regiones de Jersón y Zaporiyia como súbditos de la Federación Rusa”.
· Abandono de la candidatura de Ucrania para entrar en la OTAN
Pues eso, ‘Alea jacta est’, el grito de las tropas de César al cruzar el Rubicón. El plan de paz Trump-Putin ha cruzado el Rubicón. La suerte está echada.
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