un alcalde que en lugar de gobernar hace oposición a la oposicion
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Sirvan estas líneas como réplica al alcalde de Cangas de Onís, de apellido González, por las críticas hacia mí; esto es, por cuando que, en lugar de gobernar, hace oposición a la oposición. Inaudito pero cierto.
Niego las acerbas e infundadas críticas del regidor cangués al que califico como el peor alcalde, de lejos, desde la instauración democrática, con nulo balance de resultados tangibles.
Es falso de toda falsedad que sea intención de esta formación política «bloquear todas las iniciativas y proyectos para el municipio», como, con aviesa intención e innegable mala fe, afirma el Alcalde, y en tal sentido Vox niega la mayor la existencia de «buenas intenciones y proyectos para el municipio» del PP.
Ángel Díaz Tabla y Santiago Abascal. / Cedida
La paralización de la actividad municipal es un hecho incontestable, su autoría también incontrovertible, siendo lo cierto, de más está decirlo, que la actividad municipal depende de quien manda (PP) a Vox el sabio pueblo cangués le otorgó el papel de oposición y de forma leal e intensa la está desarrollando, por tanto, que la actividad municipal presenté síntomas inequívocos de un electroencefalograma plano es de la responsabilidad exclusiva u excluyente de González y sus adláteres.
Siendo Vox ajeno por completo a ello, es más la ingente labor de oposición ha dinamizado la agonizante actividad municipal, es decir, ocurre justamente lo contrario de lo que, de forma torticera, tergiversa González.
El ejemplo más paradigmático de lo anterior es el último pleno celebrado el 30 de enero pasado que, según las desafortunadas declaraciones de González ha sido el desencadenante «de ser muy crítico con la forma de ejercer la oposición Vox», inaudito, pero cierto, un alcalde ignorante, a lo que se ve, tiene que determinar cuál debe de ser la estrategia de la oposición, de VOX nada más.
Pues bien, en la sesión plenaria antes reseñada el equipo de gobierno (integrado por 9 concejales, 5 liberados con sueldos harto generosos, según certificado de intervención tales salarios del año anterior a este se incrementaron en un 22,63%) propuso un 5% del orden del día a, absolutamente irrelevante.
El PSOE, al que González la atribuye un espíritu constructivo, en realidad actúan coaligados, en un noventa por ciento de los asuntos coinciden en el voto, formuló del orden de 10 preguntas, todas contestadas por sus socios, algo que es conveniente que sea conocido por sus respectivos electorados al objeto de que adopten postura congruente.
Vox –con un solo concejal– propuso el 95% del orden del día del pleno –7 mociones, con distinta acogida y más de 50 preguntas, ninguna contestada en forma–.
De lo anterior hay que colegir dos datos sustanciales, a saber: el ímprobo trabajo de Vox, con un único edil, en su labor de oposición, y dos es que si el concejal de Vox en solitario genera y desarrolla una ingente labor de oposición con su trabajo, sin retribución alguna por cierto, pueden y deben hacer lo mismo los 9 concejales del PP, arropados y auxiliados por toda la maquinaria administrativa del Consistorio, a los que habría que exigir más trabajo, más esfuerzo y menos holganza, ahí radica el «meollo» o «nudo gordiano» de la cuestión.
Luego la causa del colapso, cierto, y de la falta de actividad administrativa generalizada en el ayuntamiento, en sus distintas secciones o dependencias, cierta también, es ajena a Vox, es de orden interno y corresponde, es responsabilidad de González y del PP, a ellos compete afrontar la solución del problema y no eludirlo, endosándolo a un tercero, el menos acreedor a ello por cierto.
Es de lerdos sostener contra la lógica más elemental, como con innegable mala fe y torpeza, afirmar que un solo concejal puede provocar la parálisis administrativa del Ayuntamiento, que constituye una realidad inequívoca, las causas son endógenas (PP), nunca exógenas (VOX).
González pretende denigrar al dicente y, sin embargo, atribuirme a mí, a Vox, a su gran equipo técnico, la facultad de control/descontrol del devenir municipal viene a reconocer una verdad: Vox Cangas de Onís juega en una liga distinta de los demás grupos municipales y a un nivel muy superior de estos, dicho sea con humildad pero también con firmeza, categoría superior de Vox orientada al bien común y a la defensa de la legalidad.
«Solucionar los problemas no entiende de colores políticos es gestión y compromiso», tales expresiones de González y otras similares son de manual político, bucólicas, en definitiva un ejercicio manifiesto de demagogia, ya que lo que dice el regidor municipal compadece mal, nada compadece, con su actuación, dice una cosa y hace la contraria, González tiene un único mérito en su haber ha constituido, ha urdido una red clientelar que constituye su granero de votos con la máxima, que sigue a rajatabla, de al amigo todo, al enemigo nada y al indiferente la legislación vigente.
La apelación al diálogo con Vox en un manifiesto ejercicio de hipocresía y bastan las declaraciones a que se da respuesta para llegar a tal conclusión.
En Cangas de Onís, Vox se ha erigido en un vehículo de reivindicación de colectivos varios, de numerosas personas, sin atender, con independencia de su adscripción ideológica, esto es, de manera transversal, quizás ello sea la causa de que se generen nervios en el equipo de gobierno y que este, de forma inexplicable e inexplicada, haga oposición a la oposición, lo que se nos antoja incomprensible y a ello obedecen las inmerecidas críticas de González contra un modesto edil de Vox.
Al mismo tiempo de ningunear a Vox en sede municipal y criticar a su edil en medios de comunicación han orquestado una campaña de acoso y derribo sin precedentes, contra mi persona con el bastardo y abyecto propósito de dañar su imagen pública.-
Es falso de toda falsedad que VOX votara en contra de la adquisición de un coche para protección civil, confirma así que González es un mentiroso compulsivo.-
Es muy significativo que se atreva a decir que VOX votó en contra de la ADQUISICIÓN DIRECTA DEL CINE COLÓN, ello es cierto aunque podría ser más explícito y señalar que el voto negativo resultaba obligado, primero, por mor de las numerosas y variopintas irregularidades en el expediente administrativo incoado a dicho efecto, así como de sus antecedentes. En segundo lugar, obligado era también votar que no cuando, como conocía todo el consistorio,» nos habríamos de oponer a tal operación por tierra, mar y aire», y ciertamente, lo primero era seguir la vía contencioso-administrativa, ya instaurada, para lo que era «condictio sine qua non» votar no, por tanto, no creo que ello sorprenda al Alcalde.
Vox, entre otras cualidades es nítido, claro, diáfano y transparente, y no oculta su sentido de voto y así, en el supuesto que nos ocupa, el edil de Vox es autor de un exhaustivo artículo de opinión publicado en ese medio (LNE), bajo el título «Operación dudosa, rayana en la esfera de lo penal», se podrá decir más alto, pero no más claro, allí constan algunos de los argumentos de un voto negativo muy fundado en derecho y, por cierto, cada vez más comprendido entre la ciudadanía y compartido por esta, y máxime cuando lo tengan que pagar, convecinos que no entienden las muy onerosas condiciones para las arcas municipales derivadas de la adquisición de un vetusto inmueble en situación de ruina económica, sin ningún mérito más que el de haber albergado en su interior un cinematógrafo y cuyo uso, después de un eventual inversión millonaria, está condenado al más absoluto fracaso.
En cualquier caso, asombro mayúsculo nos causa el reproche del alcalde al voto negativo de Vox, ignora, entre otras muchas cosas, que España es un estado social y democrático de derecho, y que cada uno puede votar lo que tenga a bien que la oposición vote en sentido contrario al gobierno es habitual en la mecánica democrática, y además Vox Cangas de Onís no quiere ningún compromiso con González y el PP, y tampoco ser cómplice de su reiterada actuación ilegal.
Sabido es y tal nos permitimos recordar, para sentenciar un pleito hay que oír las dos partes, González atacó primero, Me defiendo ahora y el pueblo sabio y soberano cangués emitirá, a la vista de ataque y defensa y con arreglo a la sana crítica, su opinión.
Vox en su intervención municipal sigue y atiene a dos vectores, principio de ilegalidad, infringido con más frecuencia de la debida por el equipo de gobierno lo que obliga a Vox a solicitar una y otra vez el auxilio judicial, y la defensa a ultranza de los intereses de Cangas y de los cangueses no siempre suficientemente atendidos por el equipo de gobierno, cuando cumplan la ley y cuando defiendan los intereses de Cangas nos encontrarán.
González ya está amortizado con regidor de Cangas de Onís y él no es ajeno a tal circunstancia de ahí el feroz ataque a Vox, quien ya le advirtió, aunque no le entendió, dos máximas, una, que no hay adversario pequeño, y dos, que torres más altas se vieron caer, cuando se le expuso lo entendió, ahí es nada, como amenaza, y por ello ahora con manifiesto error, sostiene que no hay mejor defensa que un buen ataque, e invierte los papeles haciendo de oposición de la oposición y a tal esquema obedecen sus falaces y muy desafortunadas críticas.
Por último nada va a arredrar a Vox en la labor de fiscalización del gobierno municipal, antes al contrario cuando más nos zurre mayor será la entidad de la oposición.
A modo de epílogo, ladran luego cabalgamos y cosas veredes amigo Sancho.
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