Un estudio reciente confirma que nuestras mascotas son un gran apoyo cuando la Navidad nos pone tristes
Los villancicos y las risas no siempre nos llenan. Para algunas personas, es una navidad especial por otras razones: silla vacía por la pérdida de un familiar o por un problema personal que nos hace vivir con aún más dolor este período que, por presión social, se supone alegre.
En este escenario, el presencia de un perro o un gato Esto puede ser más apoyo de lo que piensas. hay muchos investigación científica quienes afirman que convivir con animales puede ayudarte a sobrellevar momentos difíciles.
Uno de los más recientes, realizado por la Fundación Affinity Animals and Health, presidenta de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), confirma que nuestros amigos de cuatro patas pueden ser un gran consuelo. El trabajo se centró en personas que padecen dolor crónico, lo que disminuye tu bienestar mental. Pero esto podría extrapolarse a otro tipo de situaciones difíciles.
Apoyo contra las molestias
El equipo de investigadores recopiló decenas de estudios recientes y concluyó que el contacto con perros y gatos está asociado con Beneficios para el bienestar y la resiliencia..
“La presencia de una mascota ayuda a afrontar el dolor porque promueve hábitos y pensamientos que mejoran la capacidad de las personas para controlar el dolor de forma natural» explica el Dr. Jaume Fatjóde la UAB.
Estos estudios indican, como probablemente ya sabrás si tienes mascota, que en momentos de tristeza y sentimiento de soledadnos aportan compañerismo, cariño y estabilidad. Por supuesto, no se trata de reemplazar a la persona perdida. se trata de da un poco de seguridad cuando nos sentimos menos seguros.
“En Navidad, mucha gente siente con más fuerza la ausencia de quienes no están y los animales ofrecen algo precioso, un presencia tranquila que acompaña sin pedir nada a cambio”, dice el psicóloga loreto sánchez.
Cómo nos ayudan nuestras mascotas
Otros estudios realizados sobre el apoyo que nos brindan las mascotas cinco mecanismos que explican estas ventajas:
- Rutina cuando todo se complica. Horarios de vacaciones navideñas, comidas abundantes, sueño irregular, viajes… O por el contrario: largas jornadas en casa sin un plan. Un animal quiere sus rutinas: salir, comer, moverse, empezar de nuevo al día siguiente. Esta estructura, que parece doméstica, es psicológica. Según un estudio de Universidad de MichiganEl cuidado del animal favorece el mantenimiento de hábitos y garantiza la estabilidad.
- Regula el estrés. un estudio Fronteras de la Psicología propuso que muchas de las mejoras observadas en la interacción con nuestra mascota podrían estar relacionadas con aumentos en la hormona del bienestar oxitocina, que interviene en la modulación del vínculo, la calma y el estrés.
- Una distracción útil. Cuando pensamos en “lo que debería haber sido”, un animal te obliga a estar en el presente. Te distrae.
- Apoyo incondicional. Como señaló el psicólogo Sánchez, tu amigo de cuatro patas no te pide que estés bien, no te compara con el año pasado, no te da consejos. Él te acompaña. Y este tipo de negocios puede funcionar como un colchón emocional, especialmente cuando es difícil hablar con los demás.
- Puente hacia los demás. En el caso del perro, te lleva afuera y te hace hablar con extraños sin esfuerzo. Este papel de “facilitador social” puede abrir pequeñas interacciones que, sumadas, reducen el aislamiento.
Lo que la ciencia también califica
No todo es positivo ni útil para todos. Todos estos estudios aportan matices a sus conclusiones. Una gran parte de la evidencia es observacional. Es difícil separar causa y efecto: quizás a las personas con más recursos y una red social les resulte más fácil cuidar a un animal.
En la vida real, una mascota también puede ser una carga: gastos, responsabilidad, culpa si no lo hacemos todo, o incluso estrés si el animal está enfermo. No siempre son la solución.
A veces el dolor es precisamente la perdida de nuestra mascota. En los comentarios del estudio de la Fundación Affinitty aparecen varios casos en este sentido: “Realmente es muy difícil llenar este vacío después de 18 años”, explicó Úrsula Pérez. “Lo terrible es cuando el dolor es tu amigo de cuatro patas”, dijo Olivia Oli.
Por otro lado, un ejemplo de lo contrario: “Lucero me recuerda a las tardes de Navidad que pasaba en casa de mi abuela”, subraya. la psicóloga educativa Cristina Iniesta. “Los animales no reemplazan tradiciones y rutinas, pero ayudan liderar mejor las nuevas celebraciones con su calma y su cariño”, añaden desde la fundación.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí