Un grupo de colonos atacan una base militar israelí en la Cisjordania ocupada
El Gobierno del primer ministro israelí Binyamín Netanyahu se enfrenta a un nuevo reto, más bien, inesperado. Este fin de semana un grupo de colonos radicales han cambiado el foco de su violencia. Normalmente, sus brutales ataques se ceban con las aldeas palestinas, como ocurrió la semana pasada en Kafr Malik, cuando tres palestinos murieron baleados por el Ejército israelí mientras una turba de colonos incendiaba sus casas y vehículos. Pero, sorprendentemente, en los últimos días, esos mismos colonos han atacado a los soldados israelíes que suelen protegerles hasta el punto de prender fuego a una base militar en la Cisjordania ocupada.
“Ningún país civilizado puede tolerar actos violentos y anarquistas como la quema de una instalación militar, daños a la propiedad del Ejército israelí y el ataque al personal de seguridad por parte de ciudadanos del Estado”, ha declarado Netanyahu. “Quienes cometen tales actos socavan el Estado de derecho y perjudican al Estado”, ha añadido. “La comunidad de colonos sirve como modelo de desarrollo territorial, de servicio significativo en el Ejército israelí y de contribución a la formación de los eruditos de la Torá; no permitiremos que un grupo pequeño, violento y extremista mancille a todo un pueblo”, ha subrayado.
Incluso, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, que es un colono en la Cisjordania ocupada, al vivir en el asentamiento de Kedumim, ilegal según el derecho internacional, en una residencia también ilegal fuera de la colonia, ha condenado las acciones de los colonos en unas raras declaraciones. “Los criminales son criminales y son criminales en todos los lugares del país”, ha publicado en X. “La violencia contra los queridos soldados del Ejército y la policía de Israel y la destrucción de la propiedad están prohibidas y cruzan una línea roja”, ha dicho, pidiendo a la policía que investigue los incidentes y lleve a los responsables ante la justicia, y aclarando que los extremistas no representan a la mayoría de los colonos que viven ilegalmente en Cisjordania.
Demolición de un puesto de avanzada
Durante la noche del lunes, varios civiles israelíes vandalizaron e incendiaron un sitio militar en la Cisjordania ocupada, cerca de Ramala, la capital administrativa de Palestina. Este recinto de seguridad “contenía sistemas que ayudan a prevenir ataques terroristas y a mantener la seguridad en la zona de la Brigada Regional Binyamin”, ha confirmado el Ejército israelí en un comunicado. Decenas de colonos israelíes se amotinaron frente a esta base militar en protesta por el tiroteo de un joven de 14 años, un incidente que está siendo investigado por los militares para determinar si le disparó un soldado israelí. Allí, algunos civiles atacaron a las fuerzas de seguridad, rociándoles gas pimienta, lanzándoles piedras, destrozando vehículos militares e intentando entrar en la base.
Como represalia, la Administración Civil, una unidad del Ejército que supervisa los asuntos civiles en Cisjordania, ha demolido esta mañana estructuras en un puesto de avanzada donde vivían algunos de los colonos que habían atacado a los soldados y que había sido establecido hace unas dos semanas. Desde el brutal ataque en Kafr Malik de la semana pasada, los colonos se han sentido envalentonados para extender su violencia contra las fuerzas de seguridad israelíes en los territorios ocupados palestinos. El viernes por la noche tuvieron lugar varios brotes de disturbios, que acabaron con diversas detenciones, aunque la mayoría de acusados por atacar soldados israelíes ya han sido liberados.
Bombardeos sobre Gaza
A la vez, en la Franja de Gaza han continuado los ataques israelíes después de que el Ejército llevara a cabo 50 bombardeos aéreos contra el enclave, con especial fuerza sobre la ciudad de Gaza, tras el lanzamiento de amenazas de evacuación forzada en la zona. Dos escuelas con personas desplazadas han sido alcanzadas por las bombas israelíes. También ha atacado el patio del Hospital Al Aqsa, donde se concentran centenares de personas desplazadas en tiendas de campaña. El domingo las fuerzas israelíes mataron a al menos 68 palestinos en todo el enclave. Entre la ciudad de Gaza y el norte, unas 47 personas perdieron la vida.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, ha declarado que su país está trabajando en un nuevo acuerdo para Gaza que incluye un alto el fuego de 60 días a cambio de la liberación de algunos cautivos israelíes. Netanyahu ha dicho que la liberación de los rehenes en Gaza es el principal objetivo de la guerra después de que “muchas oportunidades” se hayan abierto tras el conflicto con Irán. Además, el presidente estadounidense Donald Trump afirmó este domingo: “creemos que dentro de la próxima semana vamos a conseguir un alto el fuego”, aunque no reveló más detalles al respecto.
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