una recreación con IA del reservado de ‘El Ventorro’ lo confirma
Un año después de la fatídica DANA en la que murieron 229 personas en la Comunidad Valenciana, por fin tenemos acceso a la imagen reservada en el que comieron Carlos Mazón y Maribel Vilaplana. En esa habitación estaban durante más de cuatro horas en plena DANA, cuando los valencianos se ahogaban, cuando el agua arrasaba la Horta Sud, cuando Valencia vivía la peor catástrofe natural de su historia.
un espacio de solo 20 metros cuadrados con dos ventanas y una mesa para cinco personas. En este caso sólo estuvieron ocupadas dos sillas, la del presidente de la Generalitat y la del periodista Vilaplana. Esta es la información aportada al caso por el propietario de El Ventorro tras ser solicitada por la jueza Nuria Ruiz Tobarra, responsable de la instrucción del caso DANA en el Juzgado de Catarroja.
Una petición que hizo después de que Vilaplana asegurara en su declaración como testigo que Mazón se hizo a un lado para hablar y no pudo escuchar los detalles de las conversaciones entre la titular del Consell y la entonces ministra de Justicia e Interior, Salomé Pradas, debido a las dimensiones de la sala.
laSexta ha recreado el stand con inteligencia artificial. Como puedes ver en el vídeo que acompaña esta noticia, puedes ver la sala en movimiento para hacerte una idea de las medidas reales. Viendo lo pequeñas que son las dimensiones y el privacidad absoluta que Mazón y Vilaplana tendrían La versión del periodista parece poco creíble sobre las llamadas que recibió Mazón. Ella le dijo al juez que no escuchó nada de lo que él estaba hablando.
«No escucho las llamadas. se levantó y fue a hablar. Cuando volvió a la mesa no me dijo nada de las llamadas ni le hice ninguna pregunta. Para hacer arreglos no salió de la habitación. Se levantó. «Es una caseta grande con una mesa grande», declaró Vilaplana ante el juez.
Además, en el salón privado hay dos ventanas que dan al exterior, una a la calle Tertulia y otra a la calle Bonaire, que es peatonal. Una calle en la que precisamente normalmente no hay mucho ruido. Con las medidas de esta sala y sabiendo que las calles a las que dan las ventanas no son especialmente ruidosas, era bastante difícil que Vilaplana no hubiera escuchado aquellas conversaciones como aseguró al juez.
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