MADRID, 12 dic (EUROPA PRESS)-

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, acusó este viernes al Gobierno estadounidense de intentar «hacer la guerra» en América Latina y el Caribe, en medio de tensiones entre Washington y Caracas por el despliegue militar estadounidense en la región.

«Cuando nos llaman mentirosos, tiene que haber una reacción. El pueblo de Estados Unidos debe entender que su gobierno es un instrumento de guerra. Quieren y pretenden, ahora aquí, en este hemisferio occidental, hacer la guerra en América Latina y el Caribe», declaró.

Asimismo, Padrino ha defendido que los venezolanos «claman por la paz»: «Deben escuchar (…) la necesidad de resolver los conflictos a través del diálogo», ha dicho durante un acto de aniversario del Comando de Defensa Integral Aeroespacial.

«En detrimento de la soberanía de los Estados, del respeto a las naciones y sus democracias, se pretende cerrar el Caribe a los intereses de Estados Unidos, dominar políticamente a los Estados, robar y apropiarse de los recursos naturales del hemisferio», afirmó el titular de la cartera ministerial.

Por eso ha considerado que «el supremacismo se ha apoderado de esta actual administración de Estados Unidos, y pretenden arrodillarse bajo un esquema de asedio de facto que tienen a Venezuela, empezando por sanciones» que son «instrumentos ilegales» y que impactan en la economía y el pueblo de Venezuela.

BUQUE INCAUTADO: VIOLACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL

El ministro de Defensa también se ha pronunciado sobre el caso del petrolero interceptado recientemente por tropas estadounidenses, defendiendo que se trataba de un buque mercante civil y que ha sido asaltado al sur del país insular caribeño Granada.

«Salir al Atlántico un barco que, ejerciendo el libre comercio y la libre navegación, llevaba petróleo venezolano para otros mercados internacionales. Eso constituye una flagrante violación del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Una violación del derecho a la libre navegación, al libre comercio», sostuvo.

Sin embargo, ha calificado la incautación como un «acto de piratería, burdo, grosero, cobarde, de imposición de la fuerza para apropiarse de recursos que no le pertenecen». Así, preguntó sobre el estado de los tripulantes: «¿Dónde están? ¿Quién los tiene como rehenes?».