Esta primera autoevaluación no fue un capricho sino una obligación que marca la norma misma que el Gobierno llevó a cabo en un voto agonizante. El texto insta al vicepresidente segundo y a los agentes sociales a sentarse cara a cara para evaluar los efectos de esa medida: ahora Hay más empleo y menos temporalidad.; pero también más asentamientos permanentes y más contratación tiempo parcialdos factores que explican que una parte de la población no llegue a fin de mes o tenga que recurrir a un segundo empleo.

Una disposición adicional (24) del texto de la reforma laboral exige «realizar una evaluación» de la temporalidad en España a principios de 2025. Tanto el “general” como el “por sectores”precisa, publicando las estadísticas. Y si el grado de estabilidad del mercado laboral no ha «avanzado» lo suficiente, el Ejecutivo deberá proponer medidas para conseguirlo. Y la ley afecta: «Ya sea en general o en los distintos sectores».

Se trata de un comité en el que participan CEOE, Cepyme, UGT y CC.OO. junto con el Ministerio de Trabajo. Se toman como referencia los datos de enero de 2025 para compararlos con los de principios de 2022. Entonces la situación económica era muy distinta: España no había salido del ‘shock’ de la pandemia y enfrentó el desafío de la invasión rusa de Ucrania y la inflación que, para entonces, ya era galopante. Por ello, optaron por darse un margen de tres años para evaluar el impacto de la reforma laboral.

La patronal, que admite la paralización total en este tipo de evaluaciones necesarias cuando ya han pasado casi cuatro años, viene reclamando que El trabajo no hace uso de «estándares ajenos al trabajo» «Que han ido cambiando el mercado laboral», apuntan los empresarios, como la intención de modificar el despido. Aquí es donde los sindicatos exigen cambios. Tras el dictamen del Consejo de Europa para adaptar las condiciones de despido en España, UGT y CC.OO. Consideran que es hora de abordar ese debate. También influirán en la necesidad de abordar los contratos de formación. Una modalidad que la reforma laboral puso sobre la mesa pero que apenas se ha utilizado.