Zelenski firma un decreto para que Ucrania salga de la convención contra minas antipersona
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha firmado este domingo un decreto que abre la puerta a la salida de su país de la llamada Convención de Ottawa, un tratado internacional ratificado por cientos de países que prohíbe el uso de minas antipersona, su almacenamiento y producción, informaron las autoridades ucranianas.
Zelenski respalda así la medida del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, que aprobó la salida del tratado, según ha informado un portavoz del Servicio de Seguridad de Ucrania, el coronel Roman Kostenko, en redes sociales. Restaría todavía la aprobación definitiva de la salida del tratado, una decisión que corresponde al Parlamento unicameral ucraniano, la Verjovna Rada.
«Me acaban de informar de que el presidente de Ucrania ha firmado un decreto por el que se promulga la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania de retirarse de la Convención de Ottawa, tratado internacional que prohíbe el uso, almacenamiento y producción de minas antipersona», escribió Kostenko en su cuenta de la red social ‘Facebook’.
El alcalde de la ciudad occidental de Leópolis, Andrí Sadovi, por su parte, señaló en Telegram que Ucrania tomó en esta jornada esta «difícil pero necesaria decisión«. «Rusia lanza cientos de miles de soldados contra nosotros cada día. Para proteger a nuestros soldados y ciudades, tenemos derecho a utilizar todos los medios de defensa, incluidos los campos de minas«, escribió el alcalde de Leópolis, para quien «la seguridad está por encima de todo».
Defensa contra Rusia
Sadovi puso de relieve que Ucrania se une así a los países europeos que reciente han salido del acuerdo internacional contra las minas antipersonales, como Polonia, Letonia, Estonia y Finlandia. Estos países, que comparten frontera con Rusia y forman parte de la OTAN, insisten en que la convención limita sus posibilidades de defensa en un momento de gran inestabilidad geopolítica.
El tratado se remonta a 1997, aunque su entrada en vigor no tuvo lugar hasta 1999, pocos años después de la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. En la actualidad, son más de 160 los países que han suscrito el pacto, que no pone coto a la utilización de minas anticarro –cuyo uso se encuentra regulado por otros tratados internacionales–.
A los países del bloque comunitario se suman, como firmantes, la mayoría de los países de África y Asia, si bien grandes potencias como Rusia, China, India, Estados Unidos o Israel se mantienen al margen, una decisión que ha sido criticada en numerosas ocasiones por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Más de medio centenar de países se encuentran plagados de estas minas, con Ucrania al frente de la lista como el país más minado. Desde Amnistía Internacional, recuerdan que estas minas son artefactos explosivos que explosionan de forma «indiscriminada» e «imprecisa» y que son diseñados para detonar cuando alguien se acerca a ellos. «El Derecho Internacional prohíbe tanto el uso de armas indiscriminadas como los ataques indiscriminados que ponen en peligro la vida de civiles. Estos ataques perpetrados de forma deliberada constituyen crímenes de guerra», aseguran.
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