Marco Rubio es una «voz muy poderosa por la libertad» y «un guerrero intrépido que nunca retrocederá ante nuestros adversarios», afirmó el miércoles el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en un comunicado sobre Rubio, quien se convertirá en el primer latino en ocupar el cargo. de Secretario de Estado.

Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, es considerado un halcón partidario de aplicar una línea dura con China e Irán, apoya a Israel y quiere poner fin a la guerra en Ucrania.

Respecto a América Latina, critica duramente al gobierno castrista de Cuba, al presidente venezolano Nicolás Maduro y al nicaragüense Daniel Ortega. En un comunicado, Rubio dijo que trabajará con Trump «todos los días para llevar a cabo su agenda de política exterior».

«Bajo el liderazgo del presidente Trump, traeremos la paz a través de la fuerza y ​​siempre pondremos los intereses del pueblo estadounidense y de Estados Unidos por encima de todo», añadió.

Cuando los medios informaron que Trump planeaba nominar a Rubio como Secretario de Estado, el presidente electo recibió llamadas de congresistas republicanos para que reconsiderara su decisión porque lo tildaban de belicista.

Lo mismo opina Tulsi Gabbard, una ex demócrata nominada recientemente como jefa de inteligencia. En el pasado, Trump y Rubio fueron rivales en las primarias republicanas de 2016.

En aquel momento la relación entre ambos era execrable. El senador dijo de Trump que tenía «manos pequeñas» y lo llamó «estafador». El magnate también se burló de él, con el sobrenombre de «pequeño Marco».

La relación mejoró durante el mandato presidencial de Trump, con quien trabajó en temas latinoamericanos. Rubio, muy conocido entre los hispanos, jugó un papel destacado en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre al movilizar al electorado latino.