Peligra la pesca, la fauna y el arrozal
«Tras la inspección, se confirma que la magnitud del evento no es comparable a ninguno otro vivido anteriormente en el parque natural de l’Albufera y, por extensión, en el ámbito del lago de l’Albufera, teniendo sobre las zonas afectadas un carácter excepcional y catastrófico desde el punto de vista ambiental«. Con estas palabras resume el Servicio de Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València la situación del lago tras la dana del pasado 29 de octubre. «El nivel de inundación no tiene precedentes, con un aumento de 100 centímetros respecto al nivel de las horas previas al evento», todo ello como consecuncia de una entrada de agua entre un 50 y 70 por ciento superior al que entra en el sistema en un año«, lo que ha generado «enormes daños sobre el espacio natural y agrícola«, concretamente el cultivo del arroz. Tanto es así que si no se actúa antes del mes de frebrero en los 13 kilómetros de motas destrozadas, la cosecha estará en peligro.
Situación del agua
El primer problema detectado tiene que ver con la acumulación de residuos en las orillas del lago, cubriendo aproximadamente 170.000 metros cuadrados de superficie. La mayor parte de estos residuos se encuentra en la orilla oeste del lago, desde la Mata de l’Antina hasta la Mata de la Colomera.
Los residuos enconcontrados son fundamentalmente cañas y plásticos de todo tipo, bidones de diversos productos químicos y combustibles, pesticidas de uso agrícola, tablones, bombonas de butano, así como muebles y electrodomésticos. También árboles voluminosos e incluso un coche.
Todos estos residuos están concentrados básicamente en las orillas del lago, en los márgenes de canales y en el barranco de Chiva, zonas que están consideradas prioritarias por la Unión Europea en cuanto a su conservación. En estos puntos nidifican 25 especies recogidas en la Directiva de Aves del Parlamento Europeo, así como 10 especies de fauna protegidas por la Generalitat Valenciana. Tres de ellas son, además, especies en peligro de extinción, mientras que las otras siete están calificadas como vulnerables.
Aceites y pesticidas
Existe, así mismo, el riesgo de vertido directo de los bidones de aceite, gasolina, pintura o pesticidas, y los problemas derivados de la descomposición de las cañas, pues provocará un aumento considerable de la materia orgánica y generará episodios de anoxia del lago y por tanto un empeoramiento de la calidad ecológica de las aguas y el ecosistema. También fuertes olores en la zona.
Por último, se puede producir una descomposición de los residuos plásticos y generar un «gran aporte de microplásticos que se incorporarán a la cadena trófica del sistema acuático y terrestre, afectando a peces utilizados para la alimentación a través de su comercio por las cofradías de pescadores, y a especies de la fauna acuática y aves protegidas por la normativa regional, nacional y europea».
Problemas en tierra
Todos estos son los problemas del agua, pero también hay problemas en tierra, básicamente en los canales, acequias y motas. Estos se concentran en la orilla norte del lago, correspondientes a los tancats de Germanells, Paixcadors, Escorredor Fondo, Noi, Cabiles y Gambell, así como los tramos finales de la Sequia de Rabisanxo, Escorredor Fondo y Sequiol de Romero. Y es que la violencia del agua en el barranco de Chiva hizo que la riada se desplegara por los marjales y arrozales de Albal, Catarroja, Massanassa, Alfafar, Sedaví y València., dejando «numerosos residuos» en el arrozal. «El notable aumento del nivel del agua (aproximadamente un metro) y el impacto de la avenida en canales y marjales ha supuesto el daño de varios canales y acequias que tienen como función asegurar el riego de los arrozales y facilitar el drenaje de las aguas hacia el lago», precisa el informe. En consecuencia, estas infraestructuras «son vitales para poder realizar el cultivo del arroz«, eso sin contar con los importantes daños que se han registrado en las motas perimetrales de l’Albufera, que tienen como misión «contener y evitar el desborde del lago hacia los arrozales». En concreto, hay daños en algo más de 13 kilómetros de motas.
Sedimentos
Los sedimentos también preocupan a los servicios municipales. En algunos puntos del lago superan el metro de altura, lo que imposibilita el paso de barcas. Hay que tener encuenta que entre el 15 de enero y el 30 de octubre, que es cuando el lago tiene menos agua, una cantidad así de sedimentos emergería por encima de su nivel. Aparte de las zonas más próximas al barranco de Chiva, estos sedimentos son especialmente preocupantes en la Sequiota, uno de los principales canales de desagüe del lago, pues conecta l’Albufera con la gola del Perellonet. Dada su gran importancia para el sistema hídrico y su funcionalidad para poner aparejos de pesca profesional, este canal fue dragado este último año con un coste de 1,45 millones de euros. Y ahora, apenas un año después, es necesario volver a dragar para facilitar el paso de los pescadores.
Finalmente, el informe habla de los contaminantes que han llegado al lago. Tras realizar varios muestreos en l’Albufera, se han detectado detergentes, aceites y grasas, didrocarburos, cromo, cobre, zinc, cadmio, niquel, plomo, potasio, selenio, sodio y uranio, así como la bacteria E.coli y enterococos intestinales.
Trabajos a realizar y coste
Para solucionar estos problemas, el Servicio de Devesa-Albufera cree que serán necesarias contrataciones especiales al margen de las contratas municipales, así como importantes equipos de personal y maquinaria especializada como barreras de cerco flotantes, desbrozadoras flotantes, retroexcavadoras anfibias, pontonas flotantes, contenedores, camiones con pluma, barcas y medios para la separación de productos tóxicos. En total, se calcula que el coste de los trabajos puede aproximarse a los 10 millones de euros, cálculo que se ha realizado teniendo en cuenta otros trabajos que se han hecho en el lago en los últimos años.
Ocurre, además, que estos trabajos deberán hacerse, en la mayoría de los casos, con la mayor urgencia posible. «De no retirarse los residuos y restos vegetales aportados por la riada existe un riesgo importante de producirse mortandades de fauna por la bajada de oxígeno y vertido de contaminantes», advierten los técnicos, que recuerdan, así mismo, que los canales y motas son imprescindibles para el cultivo del arroz. En este apartado son especialmente precisos en cuanto a los tiempos y, dado que la preparación de los campos se produce en febrero para iniciar el cultivo del arroz en mayo, la restauración de las motas debería iniciarse en enero y terminar, como muy tarde, a finales de febrero.
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Por orden, los tecnicos aconsejan hacer pimero y con «extrema urgencia» la retirada de residuos, seguido de las citadas motas, el dragado de los sedimentos y los análisis del agua para combatir los contaminantes.
Dentro del sistema general de la Albufera Hay un punto especialmente sensible porque se trata de una reserva de fauna con la Colonia de gaviotas y charranes más importante de la Comunidad Valenciana y también desempeñan un papel clave en la alimentación y anidación de 26 especies. Se trata del Racó de l’Ollaque ha reportado daños a un pecho y en un sistema de bombeo. «Aunque el sistema tiene una fuerte estructura perimetral para permanecer aislado del lago de la Albufera, la subida extrema del nivel del agua provocó una presión desproporcionada sobre una de las arquetas que permiten el drenaje de las lagunas en la zona de reservaprovocando su rotura y la entrada de abundante caudal que provocó la inundación completa de las lagunas. Asimismo, el aumento de nivel causó daños a la bomba que permite introducir agua en estas lagunas», precisa el informe.
También se han producido daños leves en Muelles de la Gola del Pujol y del Palmary en el Muelles de Pujol y Mata del Fang.
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