La experiencia en gestión, clave para renovar la dirección del Bellas Artes
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El proceso para elegir a la nueva persona que se ponga al frente del museo de Bellas Artes de Asturias, con su anterior responsable, Alfonso Palacio, ya incorporado a su nuevo destino como director adjunto en el Prado, se acaba de poner en marcha con la aprobación de las bases que regularán el proceso de selección. El baremo de los méritos que allí están reflejados junto con la dinámica de las fases en que se divide el proceso orienta ya del perfil que el patronado de la gran pinacoteca asturiana busca y que apunta a alguien con experiencia en la gestión de equipamientos culturales.
El haber desempeñado «puestos directivos en el ámbito de la cultura y el patrimonio, fundamentalmente en la dirección de centros y museos de arte, así como en colecciones públicas y privadas relacionadas con el arte», indican las bases, podrá ser valorado con un máximo de diez puntos. Es cierto que también se valora la experiencia en la investigación académica, pero junto con haber comisariado exposiciones, el conocimiento del arte asturiano de los siglos XVI a XXI, la gestión de proyectos culturales o la gerencia económica y la captación de recursos para proyectos. Todo este otro apartado podrá valer otros diez puntos. Y el resto de los 29.5 puntos que conforman el primer bloque donde se valora la formación y la experiencia, se centra en la titulación, donde lo que más puntos aportará será la formación de postgrado (hasta 3,5), mientras las titulaciones valdrán 0,1 hasta un máximo de 2 y los títulos de licenciatura o grado un punto hasta un máximo de dos puntos también. En ese sentido, también la experiencia en gestión se prima por delante de los perfiles más académicos, al requerirse una titulación universitaria «vinculada al ámbito de la gestión de proyectos culturales y las prácticas artísticas contemporáneas».
El proceso de selección de la persona que dirigirá el Bellas Artes en los próximos años consta de tres fases, pero será esta primera de valoración de méritos la única forzosamente excluyente, pues las bases indican que pasarán a la siguiente fase, la de presentación del proyecto, la mitad de los candidatos presentados que hayan obtenido mejor puntuación.
Todo apunta a que se busca un perfil que sume a los conocimientos artísticos los de la gestión, profesionales con experiencia en museos y centros de arte. Una vez hecha la criba en función de este perfil que marcan las bases, el proyecto de dirección para el Bellas Artes se juzgará con un máximo de 30 puntos, y pasarán a defenderlo y a realizar la entrevista personal todos los candidatos que hayan obtenido más de 15 puntos. Esta última fase de exposición oral se puntuará con un máximo de 20 puntos y la persona seleccionada se elegirá en función de la puntuación final total del proceso.
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