La opa sale adelante
El BBVA no podía dar marcha atrás y no lo hecho. Para tomar la decisión de seguir adelante con la opa hostil sobre el Sabadell, su presidente Carlos Torres tenía que justificar y convencer al consejo de administración del banco no, sin antes, previo análisis de las consecuencias del otro escenario posible: retirarse. De haberlo hecho, catorce meses después de haber lanzado la opa, había un riesgo mucho más difícil que cuantificar que el financiero: el reputacional y la continuidad del propio Torres y del equipo directivo que lidera. Es mejor perder la batalla en el momento de la verdad, cuando los accionistas del Sabadell tengan que decidir si aceptan o no la oferta, que retirarse mal y tarde. Fuentes del BBVA indican que la decisión se ha tomado con el respaldo absoluto del Consejo y de un 96% de los accionistas.
El pasado 24 de junio, el Consejo de Ministros dictaminaba una serie de condiciones para llevar a cabo la operación, que se agregaban a las limitaciones ya anunciadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El Gobierno exigía a BBVA mantener, al menos durante tres años y prorrogables a otros dos, mantener la autonomía en la gestión del Sabadell, con “personalidad jurídica y patrimonios separados.” El dictamen citaba las cuatro áreas donde debe preservarse esta libertad de acción en el caso de Sabadell: financiación y créditos, recursos humanos, red de oficinas y servicios bancarios y obra social.
En resumen: ambos bancos podrían seguir compitiendo entre ellos a la espera de su futura fusión. ¿Significa esta división que el muro será total entre ambas entidades? No. Si el BBVA logra más del 50,01% de las acciones del banco catalán tendrá la capacidad de poder nombrar a la mayoría de su consejo de Administración, incluyendo al presidente. Como referencia del pasado: Santander y Banesto funcionaron como bancos separados desde 1994 (en esta fecha, el Gobierno otorgó en subasta Banesto al Santander) hasta 2013. De 2002 a 2010 presidió Banesto Ana Botín, hija de Emilio Botín que, por entonces presidía el banco cántabro.
La decisión de BBVA de ayer coincidió con el anuncio de que Sabadell había recibido ya la oferta de compra de TSB, su filial británica, del Santander por 2.690 millones, según informaba la agencia Reuters. A lo largo de este martes podría anunciarse la existencia de más ofertas. La posibilidad de que, antes de la formalización ante la CNMV de la opa por parte de BBVA en las próximas semanas, el Sabadell venda TSB puede generar un cambio en la valoración de las acciones la entidad que preside Josep Oliu o una garantía de pago de dividendo extraordinario a los accionistas del banco. Junto a esta incógnita, la otra: la opción de que el BBVA pueda acabar aumentando la oferta a última hora.
Serán los accionistas de Sabadell quienes, ahora sí, tendrán la última palabra. Los argumentos financieros y de estrategia económica de los dos bancos pesarán ya más que los políticos, sociales e identitarios. Las expectativas del valor futuro de las acciones es lo que valdrá.
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