la agenda digital de Dinamarca para la presidencia europea
Dinamarca asume desde este martes 1 de julio la presidencia del Consejo de la Unión Europea, un puesto rotatorio que, hasta finales de 2025, permitirá al país escandinavo establecer sus prioridades políticas e influenciar la agenda que determina el rumbo del club comunitario. En materia digital, Copenhague apuesta por medidas pioneras para regular la inteligencia artificial, pero también por una ley que, según los críticos, podría suponer el fin de la privacidad en el continente.
El principal pilar del programa danés es el Reglamento para la prevención y lucha contra el Abuso Sexual Infantil (CSAR, según sus siglas en inglés), una polémica medida que obligaría a las grandes plataformas de internet —desde redes sociales como Instagram hasta webs de videojuegos y servicios en la nube— a escanear los mensajes privados de los ciudadanos para tratar de encontrar contenidos delictivos en los que se expone a menores.
Esa práctica, propuesta por la Comisión Europea ya en 2022, expondría incluso las comunicaciones cifradas, lo que ha hecho que el proyecto sea apodado por sus críticos como Chat Control. Cientos de expertos la denuncian desde entonces. «Acabaría con la privacidad y, además, no tenemos ninguna prueba de que la tecnología de detección propuesta sirva para salvar a los niños, es muy frágil y comete muchos errores», explicó el año pasado a EL PERIÓDICO Carmela Troncoso, profesora en la Escuela Politécnica Federal de Lausana.
La iniciativa ha despertado tantas críticas por alentar la vigilancia masiva que hasta ahora la UE ha fracasado en todos sus intentos de alcanzar una mayoría parlamentaria que la ponga en marcha. Aun así, el grupo de derechos digitales Netzpolitik espera que Dinamarca vuelva a la carga. «El abuso y la explotación sexual de menores que se produce y se difunde en línea está aumentando», indica su programa, un problema para el que pide «leyes claras y armonizadas». Politico indica que es poco probable que salga adelante.
Más derechos ante la IA
Aunque ve en la IA una nueva oportunidad creativa, Dinamarca también aboga por hacer evolucionar la legislación sobre derechos de autor «permitir un mercado justo y eficiente». Hasta ahora, estas normas jurídicas han afirmado el patrimonio de los autores sobre sus obras. Sin embargo, el Gobierno danés anunció el pasado jueves que modificará su ley nacional para reconocer como propiedad intelectual la apariencia física, la voz y los gestos de sus ciudadanos.
Con esta innovadora medida, única en el mundo, Copenhague busca poner freno a los deepfakes, imágenes, vídeos o audios manipulados mediante IA que ya se están usando sin consentimiento para sembrar desinformación y suplantar la identidad de las víctimas. La norma, aún pendiente de aprobación, pretende dotar a los ciudadanos con el derecho a exigir la retirada de este tipo de contenidos de internet.
«Este acuerdo envía una señal contundente a las principales corporaciones de IA y a otras partes interesadas que buscan influir en la agenda de la UE: la IA debe ser regulada», ha señalado en declaraciones a CNN la académica danesa y experta en ética tecnológica Gry Hasselbalch.
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