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Un embalse destrozado por bombas rusas en Ucrania florece en forma de bosque solo dos años después

Un embalse destrozado por bombas rusas en Ucrania florece en forma de bosque solo dos años después
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  • Publishedjulio 25, 2025




Hace solo dos años, en Junio de 2023Un ataque atribuido al ejército ruso destruyó el Presa Nova Kajovkaen el sur de Ucrania, causando un desastre ambiental y humano. La estructura, clave en el sistema hidroeléctrico de la región, se derrumbó y dejó una inundación incontrolable que barrió la vivienda, los cultivos y forzó el éxodo de numerosos habitantes del área de Jersón.

Hoy, lo que alguna vez fue un depósito inundado y un símbolo de destrucción, se ha convertido en un escenario completamente diferente: Una densa masa verde, donde cientos de sauces jóvenes se elevan en el lecho seco de lo que era el fondo del depósito. Este sorprendente fenómeno ha captado la atención de los medios internacionales, como The Guardian, que lo describe como un «experimento natural en progreso».

Los expertos aún analizan las consecuencias de esta transformación inesperada. Aunque el crecimiento de la vegetación parece una señal de regeneración, existen preocupaciones sobre su viabilidad a largo plazo. Las minas sin detonar, los restos de la metralla y la contaminación por metales pesados amenazan con detener, o incluso revertir, este proceso natural. Además, los ataques continuos en la región dificultan cualquier plan de recuperación estable.

Entre los que observan con la esperanza y la preocupación, este renacimiento verde está Valeri Babko, ex profesor de historia y militares veteranos. Para él, este nuevo paisaje se refiere a un pasado aún más del pasado: «Este es Veliki Luh, el Gran Meado», dice, evocando la antigua región popular ucraniana de que la presa soviética de 1956 está bajo el agua. «Piense en cosacos que viajan entre árboles tan altos y gruesos que la luz apenas los cruzó».

¿Renaje ecológico o espejismo verde?

Ahora, sin intervención humana, la naturaleza parece reclamar su espacio. Algunos investigadores creen que, si el área es capaz de descontaminar, en cinco años hasta el 80% del ecosistema que existía antes de que la URSS construyera la presa. Sin embargo, todo depende del cese de la guerra o al menos se estabiliza lo suficiente como para permitir la recuperación ambiental.



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