Se acabaron las reuniones en Suiza y las negociaciones contrarreloj para que Junts apoyara una iniciativa del Gobierno. El partido de Puigdemont se ha cansado del «incumplimiento» del PSOE y ha dicho ‘basta’. La formación ha decidido romper relaciones con el Ejecutivo -a la espera de que la militancia lo ratifique-. Eso sí, pese a rechazar la negociación con el PSOE, los neoconvergentes podrían seguir votando iniciativas socialistas porque Puigdemont ya lo ha dejado muy claro: «Si a Cataluña le va bien hablaremossi no adiós.»

Esta tarde, Carles Puigdemont ha asegurado en unas declaraciones a los medios en Perpinyà que, tras la decisión del Ejecutivo, los 6.400 militantes de Junts tendrán que ratificar si se rompen las relaciones con el PSOE. Si esto sucede, Puigdemont ha advertido: «El Gobierno español no tendrá ni podrá recurrir a la mayoría de investidura. No tendrá Presupuestos. No tendrá capacidad para gobernar». Podrá ocupar escaños pero no podrá gobernar. «Puede que tenga poder, pero no podrá ejercer el gobierno».

El Ejecutivo pierde el control total del voto de Junts

Pero ¿qué significa exactamente para Carles Puigdemont «romper» con Pedro Sánchez? Tras el anuncio de esta tarde, Junts ha dejado en el aire qué votaría si el Gobierno de Sánchez quiere aprobar una iniciativa que gusta al independentismo como, por ejemplo, un cambio en la ley contra la reincidencia múltiple o contra la okupación.

Según el expresidente catalán, el partido votaría «sí» sólo si se trata de una ley que realmente beneficiar a Cataluña. Lo que no van a hacer es negociar ni reunirse. Si hay una ley que les parece adecuada y que conviene a los ciudadanos catalanes, votarán a favor, pero sin negociar nada.

Después de esta ruptura de relaciones, el Gobierno va a sufrir mucho más y será más difícil sacar iniciativas en el Congreso. Precisamente, de esta forma Moncloa pierde el control total sobre lo que pueden hacer los siete diputados de Puigdemont.

Esto podría causar una efecto dominó en el resto de grupos parlamentarios ya que si se sabe que una votación se da por perdida, quizás el resto de grupos parlamentarios como el PNV decidan no ensuciarse ni mojarse en una votación que ya está muerta.

Desde la vuelta del verano, la iniciativa legislativa del PSOE del Gobierno ha sido muy pobre y es probable que a partir de ahora lo sea aún más por miedo a perder votos.

Los socialistas no hacen caso

Por otro lado, los socialistas no sólo han minimizado el anuncio de Puigdemont sino que ni siquiera lo reconocen. De momento, según ha podido saber laSexta, en el PSOE no parecen estar muy preocupados por esta ruptura. Fuentes socialistas indican que respetan cualquier decisión interna de un partido, pero que siguen tendiendo la mano al diálogo para llegar a acuerdos con Junts a lo largo de la legislatura.

El Gobierno sostiene también que habrá que tomarlo voto a voto, como hasta ahora. La última vez que Junts votó junto al Govern, con el bloque de investidura, fue hace menos de 20 días, cuando los partidarios de Puigdemont apoyaron en el Congreso la Ley de Movilidad Sostenible. Desde que empezó el curso político, Junts ha votado ‘sí’ junto al PSOE en seis ocasionesde un total de ocho iniciativas presentadas por los socialistas, en las que no hubo ningún ‘no’.

¿Pero por qué ahora?

La tensa relación entre Junts y PSOE no es algo nuevo. Desde hace meses, Junts denuncia en más de una ocasión el «incumplimiento» del Ejecutivo. Por tanto, es inevitable preguntarse por qué el partido independentista ha optado por dramatizar ahora esta ruptura con Sánchez.

Para entenderlo hay que remontarse a una reunión que tuvo lugar hace apenas unos días. Los alcaldes de Junts viajaron a Waterloo para reunirse con Puigdemont. Una de las cosas en las que más insistieron y que más les preocupan los alcaldes de Junts que actualmente gobiernan los municipios de Cataluña es el impulso de Alianza Catalana.

El partido de ultraderecha está asumiendo gran parte del desgaste que supone para un partido como Junts tener una alianza con el PSOE. Ver al partido de Silvia Orriols con tanta fuerza en Cataluña y con las encuestas a su favor podría ser un motivo plausible para que Puigdemont quiera dramatizar ahora esta ruptura con el Ejecutivo.

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