FOLCLORE ASTURIANO GIJÓN | Panojas, música, baile y homenaje en la multitudinaria esfoyaza en Gijón para volver a las raíces tres décadas después: «Es un éxito que aúna trabajo y fiesta»
Una esfoyaza multitudinaria, con música, gastronomía, juegos tradicionales y un ambiente muy familiar, albergó ayer el Tendayu del Muséu del Pueblu d’Asturies de Gijón. «Ha sido un éxito», reivindicaba José Antonio Migoya, miembro del grupo folclórico «La Alegría» de Porceyo, que retomó por todo lo alto la iniciativa tras tres décadas de parón. Una actividad que «aúna trabajo y fiesta», remarcó Migoya.
[–>[–>[–>Fue una celebración en torno, obviamente, al maíz. Mayores y pequeños se afanaban sobre el escenario en deshojar y enristrar las panojas mientras el Tendayu era un no parar. Bailaron los integrantes de «La Alegría», Ismael Tomás y Bárbara Riesco entonaron canción asturiana, José Manuel Reguero «El Maestru» ofreció un monólogo, etc. Y quien pasaba hambre o sed era porque quería, pues había sidra dulce, castañas, frixuelos, tortos, farrapas… «Me enteré por redes sociales que había esto; nunca había vivido una esfoyaza», comentó Rosa María Barcala, que acudió con su hija a la cita. Con su mujer Sara Gabra y su hijo Daniel asistió Eduardo Martín, encandilado con el ambiente. «Se agradecen actividades así», ensalzó.
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La idea original de la esfoyaza fue del fallecido divulgador de la cultura asturiana Modesto González Cobas. «La Alegría» de Porceyo la impulsó durante años, hasta 1995. «La esfoyaza era una tarea más en las caserías y el mundo rural; el cultivo del maíz quitó mucha hambre en Asturias», subrayó ayer José Antonio Migoya. La recuperación de esta tradición se enmarca en la revitalización de la asociación folclórica, que estuvo cerca de desaparecer. A la vista del resultado, la decisión dio sus frutos. «Merecieron la pena estos meses de trabajo», afirmó Migoya.
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Desde el barrio de Montevil llegaron a la fiesta Mila García, Jon Otero y sus hijos Nora y Mía y también María Sánchez y Carlos Lumbreras con los pequeños Marco y Llara. Los críos se hicieron pronto con unas panoyas. «El decorado está muy guapo», aplaudió Mila García. «Y la sidra está muy rica», apostilló Jon Otero.
[–>[–>[–>Homenaje a Juaco López, director del Pueblu d’Asturies
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Numerosas familias apostaron por disfrutar de la tarde en el Tendayu, donde asimismo hubo tiempo para un homenaje, en este caso para el «anfitrión», Juaco López, director del Muséu del Pueblu d’Asturies y receptor de la «Panoya de Oro». «Luchó mucho por la cultura del maíz, antes en el museo había plantaciones», sostuvo José Antonio Migoya. El premio corría a cargo tanto del grupo «La Alegría» como de Caja Rural y Divertia.
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«Es una satisfacción», confesaba Juaco López, que extendió la distinción a todo el equipo del museo, que, precisamente, alberga la exposición «Tierra de maíz. La presencia del maíz en la fotografía asturiana, 1890-1990». López se mostró agradecido por el reconocimiento al otorgarlo una entidad, «La Alegría» de Porceyo, «comprometida con la conservación del folclore y las costumbres».
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[–>También fue reivindicativo. «Nuestro objetivo es que el entorno, la comunidad, se identifique con el museo y viceversa; los museos no deben crearse para los turistas», enfatizó. La tarde incluyó además sainetes de la mano del grupo de teatro «Rosario Trabanco» y concierto de Ferla Megía, broche de oro a un encuentro que puso en valor el maíz y, por ende, la tradición. Los treinta años de ausencia de la esfoyaza de «La Alegría» ya son agua pasada.
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