Por ahí van los perros, mátalos, mátalos»
«Había maleza, hierba que nos llegaba a la cintura. Íbamos arrastrados por el suelo y se escuchaban pasar las balas por nuestro lado. En resumen: iban a matarnos«. Este es el testimonio de uno de los cinco policías a los que tirotearon unos narcos el pasado sábado en Isla Mayor, al que ha tenido acceso en exclusiva El Correo de Andalucía. «Nos gritaban: ‘Por ahí van los perros. ¡Mátalos, mátalos!’”. Solo hubo un herido por arma de fuego. La oscuridad de la noche los salvó de una tragedia mayor.
[–>[–>[–>Según el relato de este testigo, los cinco agentes se encontraban parapetados en una zona rural de esta localidad sevillana. Fue ahí donde vieron pasar por primera vez a «los malos», que iban a bordo de una camioneta pickup con un buen arsenal: «Llevaban armas largas, y en la parte de atrás había uno como los de la Policía mexicana, con un trípode y el subfusil«.
[–> [–>[–>Aquel era el primer viaje que hicieron los narcos para dejar droga en una guardería en la que las autoridades incautaron luego 700 kilos de hachís. «Y cuando creíamos que iban a recoger otro cargamento y pasar por donde estábamos nosotros, no sé cómo se dieron cuenta de que estábamos allí. Antes de llegar a nuestra altura, dijeron: ‘Allí están, allí están'». Los malos los habían descubierto.
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«El AK-47 rompía la noche»
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En ese momento, los traficantes -que aún no han sido detenidos- comenzaron a preguntar quiénes eran los agentes. El dispositivo estaba compuesto por tres miembros del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) y dos de la unidad de medios aéreos, según ha podido saber este periódico. «Ellos mismos afirmaron que eran de una banda«, narra este policía.
[–>[–>[–>La policía se desplegó frente al almacén donde se guardaba la droga. / David Arjona / EFE
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Los policías nacionales se identificaron como tales, les dieron el alto y pegaron un tiro al aire. Pero al oír que eran agentes de la autoridad, uno de los narcos ordenó «disparar a los perros». Y comenzó el tiroteo. «Fue tremendo oír cómo sonaba la AK-47 a las seis de la mañana. Rompía la noche. Pensábamos en un principio que lo hacían al cielo, pero no: estaban disparando a dar«.
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Ahí los efectivos desplegados decidieron correr en dirección contraria. Pero cuando los traficantes se percataron de que escapaban, volvieron a gritar: «Por ahí van los perros. ¡Mátalos, mátalos!». Y de nuevo las balas silbaron cerca. «Había maleza, hierba que nos llegaba a la cintura. Íbamos arrastrados por el suelo y se escuchaban pasar los proyectiles por nuestro lado. En resumen: iban a matarnos«.
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[–>«Pensamos que volvían para rematarnos»
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En la huida, cada agente acabó en un sitio distinto. Por eso los narcos, en mitad de la madrugada, disparaban a todo aquello que pudiera ser un efectivo policial. En ese tiroteo resultó herido de gravedad uno de los miembros de la Policía Nacional tras recibir dos balazos. Tuvo que ser operado de urgencia en el hospital Virgen del Rocío y en estos momentos, según fuentes cercanas al caso, «está estable».
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Después de que los policías dispararan al aire de nuevo, los narcos se marcharon. Pero el shock del momento se quedó con ellos: «Al rato vimos las luces de un coche y pensamos que volvían para rematarnos«, relata este testigo de los hechos. Un ataque que vuelve a poner en el foco la violencia cada vez mayor que emplea el narco en Andalucía. «Desde los guardias que asesinaron con la narcolancha, esto ha sido lo más grave».
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