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dispositivos en los bolsillos, ventas en los pasillos y riesgos que pocos toman en serio

dispositivos en los bolsillos, ventas en los pasillos y riesgos que pocos toman en serio
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  • Publishednoviembre 19, 2025



El tabaco ya no es «cool». El cannabis tampoco lo es tanto. Pero el vapeadores —esos cilindros de colores, de sabores imposibles y nubes dulces—se han convertido la nueva obsesión de los adolescentes Español. Una tendencia peligrosa que avanza sin frenos a pesar de ser ilegal vender estos dispositivos a menores.

En laSexta hemos pasado una mañana a la salida de dos institutos madrileño. Y la escena se repite una y otra vez: mochilas colgadas, cascos a medio poner y vaporizadores que sobresalen de las manos con total naturalidad. Muchos estudiantes ni siquiera consideran esconderlos.

Las edades te dejan sin palabras. «Yo desde los 14«dice uno.»con 13«dice otro sin darle importancia. Pero el susto viene con lo siguiente: ¿Desde que tenías 10 años?»Un poco menos… 8 o 7«.

La normalidad con la que lo dicen deja claro que el vapeo se ha integrado a la vida del instituto al igual que los móviles o el recreo. No es algo escondido ni excepcional: es cotidiano.

Un mercado interior: camellos con sabores tropicales

la ley prohíbe su venta a menorespero los adolescentes describen un circuito paralelo que funciona sin demasiados obstáculos.

Hay compañeros que traen vapeadores en cajas. «Hay gente que compra cajas, las vende…«Confiesa un estudiante. Le preguntamos si hay algún negocio instalado dentro del instituto.»Las roban o compran cajas«Él responde sin mirarnos demasiado.

Pero el mercado no está sólo en los pasillos: TikTok también es una puerta de entrada. «Se lo compré a alguien que vi en TikTok.«Dice otro, como si fuera lo más lógico del mundo.

Los adultos del centro no vapean, pero saben perfectamente lo que está pasando. «En estos pasillos se ven niños de 12 o 13 años vapeando sin problema. Y en los bazares ni siquiera te piden el DNI.«. Basta entrar en algunos comercios para comprobarlo: el control brilla por su ausencia.

Una generación que sabe que es malo… pero lo usa de todos modos

Según una encuesta del Ministerio de Salud, La mitad de los adolescentes españoles ha probado un vapeador y El 57% reconoce que es perjudicial. Pero la percepción de riesgo no frena el hábito: lo han asumido plenamente, pero lo ven poco alarmante.

«Sé que es malo, pero no me asusta.«, nos dice uno de ellos. «¿Es mejor que el tabaco?», preguntamos. «es peor«, admite. Y, sin embargo, sigue vapeando.

Los expertos coinciden en que esa falsa sensación de inocuidad se debe a los sabores, el diseño llamativo y la ausencia de olor. Es un producto «disfrazado» de inofensivo.que se presenta como una alternativa al tabaco, pero que consumen sin haber fumado nunca.

Javier de Castro, jefe de Oncología Médica del Hospital La Paz, lo tiene claro: «Vapear desde edades tan tempranas puede provocar problemas respiratorios crónicos». Y no sólo eso. Los estudios apuntan a irritación pulmonar, alteraciones en el desarrollo respiratorio e incluso una mayor probabilidad de volverse adicto a la nicotina sin haber probado un cigarrillo tradicional.

«Les estamos introduciendo en el mundo de la dependencia», explican los especialistas, «pero con envoltorio de caramelo».

Los dispositivos se presentan como tecnología, juegos, estética… No huelen mal, no dejan rastros en la ropa y vienen de sabores como mango congelado, chicle o frambuesa ácida. Para un adolescente de 12 años, es casi más un juguete que un producto adictivo.

Pero la moda está creando una generación que empieza a vapear a Las mismas edades a las que la gente solía jugar con canicas o cartas.. Y el sistema (negocios sin control, redes sociales que venden con un clic y una ley que no se aplica plenamente) les deja la puerta abierta.

La pregunta que flota a la salida del instituto no es cuántos vapean hoy. El caso es ¿Cuántos seguirán haciéndolo dentro de diez años?cuando lleguen las consecuencias.

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