RELEVO MAZÓN | El aplazamiento del congreso a 2026 gana enteros pero abre el debate en el PP valenciano
Resuelta o casi la sucesión de Carlos Mazón al frente de la Generalitat, al PP le queda por cerrar su relevo en el ámbito interno. Alberto Núñez Feijóo ya ha adelantado que el todavía jefe del Consell en funciones dejará igualmente la presidencia del partido en la Comunidad Valenciana, y que su silla la ocupará también Juanfran Pérez Llorca, actual número dos del PPCV, pero sin aclarar los tiempos ni cómo culminará esa operación, si con un congreso autonómico que dé voz a la militancia o con una prolongación de la situación actual, en la que el secretario general (Pérez Llorca) se queda con el mando tras la salida del número uno.
[–>[–>[–>Ahora mismo en el PPCV pocos se atreven a aventurar el futuro del partido más allá del ascenso de Pérez Llorca para sustituir a Mazón hasta no se sabe muy bien cuándo. Los estatutos del PP permiten a la dirección nacional ejecutar este remplazo sin abrir el proceso orgánico y evitar de paso la imposición de una gestora, una figura siempre asociada a momentos de crisis en el universo político.
[–> [–>[–>El escenario más extendido entre los populares valencianos es un mandato de Pérez Llorca que desemboque en un congreso autonómico nunca pronto, sino ya en la segunda mitad de 2026, en el que las bases de la C. Valenciana deberían elegir el cabeza de cartel para las elecciones del año siguiente. Pero no todos están de acuerdo con esa hoja de ruta.
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De hecho, este miércoles se evidenció que hay cierto debate interno sobre cómo manejar la situación. Las diferencias, sutiles, quedaron patentes a través de las palabras de tres actores relevantes en la cuestión sucesoria: Vicent Mompó, María José Catalá y el ‘campsismo’, que se expresó a través de Sonia Castedo.
[–>[–>[–>Mompó: «Ni gestora ni congreso»
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El líder provincial del PP de Valencia, implicado en la maniobra para impulsar a Pérez Llorca como candidato y frenar las opciones de la propia Catalá, defendió que una transición pilotada por Pérez Llorca es de «sentido común», ya que como secretario general es el segundo en la cadena de mando y es además una figura de «consenso». Una opción con la que «no hace falta ninguna gestora ni ningún congreso».
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A partir de ahí, Mompó se pone en manos de Feijóo sobre los tiempos del congreso, aunque incidiendo siempre en que la decisión se tome en la C. Valenciana: «No sé la decisión que tomará Génova, pero no creo que sea diferente en la C. Valenciana que en el resto de comunidades. Cuando se convoquen los congresos regionales, entiendo que también se convocará el de la Comunidad Valenciana y ahí los militantes, como siempre, decidiremos quién queremos que sea el presidente o la presidenta de nuestro partido«.
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[–>Catalá pide una gestora… y matiza
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Catalá, la preferida de Génova pero que no ha querido entrar en esta batalla (al menos en público), apostó por aplazar el congreso y dejó también a Génova la gestión de los tiempos. Pero sus palabras generaron confusión, ya que la alcaldesa de València sorprendió inicialmente al mostrarse partidaria de una gestora, en contra de la opinión mayoritaria en el PPCV. «Apuesto claramente por una gestora. Lo ha dicho el PP nacional, es lo que va a pasar y es una decisión muy acertada», señaló ante los micrófonos.
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Unas declaraciones matizadas rápidamente por sus colaboradores ceranos, que aseguraron que la dirigente popular se refería a «cualquier forma de transición interna». Más allá del enjambre léxico, Catalá dejó claro que no es partidaria de abrir el melón sucesorio en estos momentos y que apoyará «lo que decida» Génova.
[–>[–>[–>Las prisas del ‘campsismo’
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Quien más prisa parece tener por la celebración del congreso autonómico es Francisco Camps. El expresident lleva meses peleando por este proceso, fue el primero en mover ficha tras anunciar Feijóo el reemplazo de Mazón y este miércoles ha continuado su ofensiva a través de Castedo.
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La exalcaldesa de Alicante dio por segura la celebración «por fin» de ese cónclave, que el ‘campsismo quiere que sea a inicios del próximo año. Un extremo ni mucho menos confirmado pero que consideró una «buena noticia» ante la necesidad de «reconstruir» un partido que, dijo, está «absolutamente fracturado».
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