En mitad de la noche, un grupo de soldados alemanes irrumpió en una estación de metro de Berlín equipado con todo lo necesario para entrar en combate con técnicas propias de la guerra de guerrillas urbana. Es un simulacro pero muy pronto puede dejar de serlo y debemos estar preparados.

El ejercicio es un paso más en el plan que las Fuerzas Armadas alemanas han llevado a cabo esta semana y que consiste en entrenar maniobras de combate urbano en distintos puntos de la capital, centrados en Escenarios de sabotaje y ataque en entornos densamente poblados.

Las calles de la capital alemana son estrechas y los edificios altos. Esto provoca mala visibilidad y dificulta las comunicaciones por radio. Para estar preparado para el combate urbano en caso de emergencia, el batallón de guardias se entrena durante cinco días esta semana en el corazón de Berlín, así como en «Combat City», un campo de entrenamiento de la policía, y en el lugar de una antigua planta química en Rüdersdorf, cerca de Berlín. El ejercicio de combate se llama «Berlín Baluarte».

La formación, que el periódico Berliner Morgenpost describió detalladamente, es parte de una operación en el que el batallón de guardia practica la defensa de edificios gubernamentales y la intervención en infraestructura crítica. Si bien esta unidad suele realizar funciones ceremoniales, en caso de crisis tiene como objetivo proteger las instituciones federales y actuar en operativos de seguridad en la ciudad.

En la noche de ejercicio, Un tren de la línea U7 fue detenido antes de entrar en la estación de Jungfernheide. Las tropas descendieron a la plataforma, cortaron el suministro eléctrico y avanzaron por el túnel para simular la liberación de civiles y la neutralización de agresores. Francotiradores aseguraron las salidas mientras los equipos de intervención entraban en los vagones entre gritos simulados y ruido de disparos, según informó este diario.

El entrenamiento también se llevó a cabo en otros lugares críticos, como una comisaría de policía con agentes en entrenamiento de combate y una antigua planta industrial en la ciudad de Rüdersdorf.

Según el comandante del batallón, el teniente coronel Maik Teichgräber, el objetivo es preparar la unidad para escenarios plausibles en un entorno urbano complejocon calles estrechas, mala visibilidad y dificultades de comunicación.

Las Fuerzas Armadas destacan que el ejercicio no identifica a un adversario concreto, aunque encuadran la maniobra en el deterioro de la situación de seguridad en Europa desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania. De fondo, por supuesto, las constantes acciones de sabotaje orquestadas por Rusia en numerosos países europeos.

Para evitar alarmas, se avisó con antelación a los vecinos cercanos a la estación y se instaló un punto de información. La Bundeswehr recordó que no se utilizó munición real.

El ejercicio incluyó prácticas de evacuación y atención de heridos. Equipos médicos militares atendieron a los soldados interpretando heridas y pérdidas de audición debido a detonaciones simuladas. El despliegue concluyó con el traslado de personas “heridas” escaleras arriba y la intervención de un perro detector de explosivos.