Anacrusa
Dice el saber popular que en la vida nunca hay que retroceder, ni siquiera para tomar impulso. En mi opinión se trata de una más de estas frases bienintencionadas, pero que se sustentan sobre afirmaciones falsas. Sirvan también los ejemplos de: «Lo mejor es enemigo de lo bueno», o «El buen paño en el arca se vende», por no decir de «La excepción confirma la regla». Saber retroceder a tiempo y recuperar fuerzas para las batallas posteriores es un procedimiento de la enseñanza militar. La idea se atribuyó erróneamente a Lao Tse (S VI aC), en su texto «Tao Te King», pero en rigor se debe a Sun Tzu (544-496 aC), en un libro del mismo título: «El arte de la guerra». El primero se centra más en ganar sin forzar, actuando de manera natural para vencer la resistencia, mientras que el segundo se refiere más directamente a engañar al enemigo, para superar la contienda evitando el enfrentamiento. En cualquier caso, ambos estrategas sugieren eludir el retroceso y que se aparente estar cerca cuando se está lejos o viceversa. Se trataría de poseer la determinación y la constancia necesarias para avanzar siempre sin dudar. Aunque disponer de una buena palanca de lanzamiento, llámese retroceso o anacrusa, es un buen seguro de un gran comienzo.
[–>[–>[–>La anacrusa es una nota o grupo de notas que preceden al primer tiempo fuerte de una frase musical y aparecen antes de la barra del compás. La anacrusa actúa como un repliegue previo al arranque, para que el primer paso sea de gigante. Aunque es un término usado en el ambiente armónico, estoy seguro que existen coincidencias en el mundo político que nos rodea y cuyo análisis y comprensión pueden ayudar a resolver algunos problemas sociales. Es como poner un pie de apoyo en algo firme para que el arranque sea lo más elevado posible. Sin duda, disponer de toda la información presupone que las decisiones siguientes podrán ser las más acertadas. Una anacrusa política es conocer la situación de los barrancos y las cuencas si se presume una tormenta; es controlar el estado de los bosques durante el invierno, para que el fuego veraniego no se lleve vidas ni haciendas; es programar adecuadamente las pruebas diagnósticas en los cribados de cáncer, para evitar consecuencias no deseadas; una anacrusa de gran trascendencia es cumplir exhaustivamente con las normas que reducen la contaminación atmosférica, para prevenir los daños que se derivan; es también disponer del número correcto de plazas de residencias para quienes van a necesitar cuidados; es legislar adecuadamente sobre el suelo para construir viviendas suficientes a un precio apropiado; es que todo lo bueno que nos cuentan de los datos macroeconómicos, se traslade a la cesta de la compra; que se haga lo imposible para no iniciar las guerras y aún un poco más para finalizarlas. En definitiva, que estas notas iniciales, casi imperceptibles pero existentes, que representan la anacrusa, sean el anticipo y la premonición de la gran nota conque empieza definitivamente la pieza musical. Ojalá la sinfonía de nuestras vidas pudiese iniciarse siempre con una anacrusa, para que los movimientos siguientes alcanzaran con éxito el cénit de los acordes finales.
[–> [–>[–>Los grandes compositores utilizaron frecuentemente anacrusas en sus mejores obras. Como si quisieran asegurar el primer salto partiendo de la preparación anterior. Sin ser un retroceso, ya que se trata de las notas iniciales (aunque la traducción griega de este término significa precisamente retroceso), la anacrusa actúa como una verdadera palanca que aumenta la potencia del inicio y le permite sobresalir. Introduce la melodía, crea una anticipación rítmica y sirve de apoyo a los intérpretes para comenzar la obra. Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) inicia el aria «Dies bildnis ist bezaubernd schön» de su ópera «La flauta mágica» precisamente con una anacrusa, para realzar el contenido del enamoramiento a primera vista de Tamino, al observar el retrato de Pamina. «Esta es la imagen más encantadoramente hermosa que hayan contemplado jamás unos ojos». Mozart compuso el aria en la tonalidad de «mi bemol mayor» y con un grupo instrumental de dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, cuerda y la voz del solista. Se trata de una bellísima declaración de amor a partir de la imagen de la amada. La idealización de este sentimiento surge a partir de la admiración y el deseo, plasmados en una extraordinaria melodía que ha traspasado siglos y fronteras. La obra fue estrenada en Viena en 1791, bajo la dirección del propio autor, apenas dos meses antes de su muerte. Aunque se ha interpretado en numerosas ocasiones y existen un gran número de grabaciones, una versión histórica de la ópera completa es la del Festival de Salzburgo en 1937, por la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la dirección de Arturo Toscanini (1867-1957): https://youtu.be/sY_lt5bZL_A?si=apwjYP2j_z9lIxlH. Si prefieren escuchar únicamente el aria mencionada de Pamino, les sugiero la del tenor peruano Juan Diego Flórez, grabada con la Orquesta La Scintilla (músicos de la Filarmónica de Zürich) y su director Riccardo Minasi: https://youtu.be/wA5uT5T69Rk?si=6n0_6_ZNKk6Yw2Zf. Estén atentos a la anacrusa inicial y piensen en este término antes de preparar un gran salto hacia el futuro. Un retroceso o una anacrusa a tiempo pueden ser una victoria.
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