Crece la indignación en Hong Kong por las negligencias y descuidos en los edificios afectados por el incendio
La secuencia descrita este viernes por las autoridades sugiere un drama filmado a cámara rápida. A las 14.51 horas del miércoles recibieron los bomberos la primera llamada de alarma por las llamas en el exterior de una planta inferior de la torre 6 del complejo de viviendas. Cuando llegaron, cinco minutos después, el fuego había trepado por la fachada a través de los andamios de bambú, había entrado en el edificio y se había extendido ya a otras torres gracias a las mallas protectoras que el viento hizo volar. Cuatro horas después, a pesar de los esfuerzos de los bomberos, siete de las ocho torres ya eran piras que ennegrecían el cielo de Hong Kong.
[–>[–>[–>Sólo dos días después ha podido declararse extinguido el peor incendio en la excolonia en casi un siglo. La búsqueda casa por casa ha elevado los muertos confirmados a 128 mientras siguen desaparecidos 200 vecinos. Entre ellos figuran 89 cuerpos que no han sido aún identificados, según el último parte oficial. Varios factores ralentizan las tareas de rescate: temperaturas de hasta 500 grados Celsius, riesgo de derrumbes de las estructuras debilitadas y los diminutos y abigarrados apartamentos. En Hong Kong se juntan una altísima densidad de población y la vivienda más cara de Asia. Las de protección oficial, como las del complejo arruinado, rondan la quincena de metros cuadrados. El incendio ha subrayado el miedo a vivir en esas colmenas tan habituales en la excolonia.
[–> [–>[–>Muchos supervivientes, que afrontaban este viernes su tercera noche en refugios temporales, buscan a sus familiares en hospitales y listas de fallecidos mientras se preguntan cómo pudo ocurrir esa tragedia en la capital financiera de Asia. El paso de las horas y las primeras investigaciones han acrecentado la indignación por el imprescindible factor humano. Serán necesarias tres o cuatro semanas para identificar qué originó el fuego, ha avanzado la policía, pero es muy probable que a su rápido avance contribuyera la negligencia de la compañía al cargo de la reforma. La policía ha detenido a dos directores y un asesor ingeniero y se ha incautado de variada documentación en su sede. Están acusados de usar poliestireno, un material no homologado y altamente inflamable, que dinamizó el incendio. «El fuego prendió en las redes de protección y se extendió rápidamente por los recubrimientos de poliestireno de las ventanas. Y de ahí, a otras plantas y edificios. Las altas temperaturas hicieron estallar los cristales y el fuego acabó entrando en el interior», señalaba este viernes Chris Tang, secretario de Seguridad de Hong Kong.
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Alarmas antiincendio desconectadas
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Los bomberos han confirmado tras las inspecciones que no funcionaban ninguna de las alarmas antiincendio de los ocho bloques. La prensa local sostiene que fueron desconectadas por los trabajadores porque utilizaban frecuentemente las salidas de emergencia. Sobre eso se habían quejado los vecinos. También de que fumaban despreocupadamente sobre el andamio. Desde septiembre del pasado año habían mostrado su inquietud sobre la seguridad de las obras de renovación. Las autoridades locales respondieron que «el riesgo de incendio era relativamente bajo», ha desveladoeste viernes el Departamento de Trabajo. Ha añadido que los funcionarios realizaron 16 inspecciones de seguridad entre julio del pasado año y el noviembre actual. De ellas salieron seis recomendaciones de mejoras a la compañía y tres investigaciones, de las que no se han dado más detalles.
[–>[–>[–>Los vecinos recuerdan estos días que ya recibieron con escepticismo los planes de una que iba a extenderse durante un año. Hoy hablan de falta de transparencia en el mejor de los casos y la policía ya ha iniciado una investigación por corrupción. Prestige Construction, la adjudicataria de un contrato por valor de 55 millones de dólares, no atiende a las llamadas ni da explicaciones.
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El complejo de viviendas Wang Fuk Court cuenta con ocho torres de 31 pisos y casi 2.000 apartamentos que alojaban a 4.600 personas. La mayoría han superado ya los 65 años aunque también vivían parejas jóvenes a las que los precios inmobiliarios han alejado del centro. Está situado en Tai Po, una zona cercana a la frontera continental, donde la construcción se aceleró medio siglo atrás para esponjar los distritos más masificados.
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