El burgalés Carlos Javier Vega se lleva el sexto premio Alfonso II con la historia real de una peregrina lituana
El escritor burgalés Carlos Javier Vega Briz recibió el 24 de julio de 2024, en Oviedo, la distinción de «Peregrino del año». Al día siguiente, inició su peregrinación a Santiago a través del Camino Primitivo y, en esa jornada, conoció a Diana Vaičiūtė, una peregrina lituana afincada en España con la que compartió un buen número de etapas y vivencias. No sabía entonces que la convertiría en protagonista de un trabajo literario que acaba de alzarse con la sexta edición del premio Alfonso II «Los diarios del Camino de Santiago», que concede la Fundación Valdés-Salas.
[–>[–>[–>El jurado, presidido por el catedrático Leopoldo Tolivar, eligió la obra «¿Y ahora qué? El diario de una peregrina novata por la ruta Primitiva» por estar «perfectamente adecuada a las bases y al espíritu del premio». Cabe recordar que este galardón busca «mantener vivo el recuerdo de Alfonso II y mejorar el conocimiento sobre las características y objetivos del peregrino actual». Cinco trabajos concurrieron a la edición de este año. El jurado también señala que «el tono confesional, la profundidad introspectiva y el enfoque pedagógico hacia su hija, con la transmisión de valores religiosos y humanos de la experiencia vital del camino, hacen de este relato una creación destacada». No en vano, la protagonista del relato escribe para dar respuesta a las preguntas que nunca contestó a su hija adolescente. También para enseñarle el valor del Camino.
[–> [–>[–>Carlos y Diana en un momento de su peregrinación. / Cedida por Carlos Vega
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Novela «asturiana»
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Carlos Javier Vega, militar de profesión afincado en Madrid, está encantado con el galardón, que le permite seguir estrechando sus lazos con Asturias. La región tiene mucho peso en su segunda novela, «Tras las huellas de Tristán (vive el Camino Primitivo)», que cuenta la historia de Natalia Aguirre, una mujer que por azar acaba trabajando en la Universidad de Oviedo en un proyecto para impulsar el Camino Primitivo. «Para mi la literatura es un hobby, pero el Camino y Asturias me han dado mucho. Este libro ha vendido unos 1.300 ejemplares en dos años y ahora con este premio podré seguir dándolo a conocer. Es un subidón«, apunta Vega, que hizo por primera vez el Camino Primitivo en 2022 para documentar su novela y se enamoró de este itinerario interior.
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Volviendo al relato ganador, Vega explica que precisamente en una de las presentaciones de su novela, le propusieron escribir algo para el premio Alfonso II. Recordó entonces su historia con Diana Vaičiūtė, con la que mantiene una relación de amistad y la llamó para proponerle ser la protagonista de su historia. «Dentro de la historia hay parte de ficción y parte real. A ella le ha hecho mucha ilusión saber que el relato logró el premio», cuenta Vega.
[–>[–>[–>«Porque soy feliz»
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«Conocí a Diana en mi segundo día tras salir de Oviedo. La adelanté y me echó una bronca porque mis bastones hacían mucho ruido y me aconsejó poner unas gomas. No la volví a ver hasta Tineo, donde compartimos albergue«, relata. A partir de ahí coincidieron en sus jornadas de peregrinación y tuvieron tiempo para hablar y mucho. «Le pregunté por qué hacía el Camino y me sorprendió su respuesta: Porque soy feliz. A ella le encanta la montaña y se decantó por el Primitivo porque es el más salvaje«, cuenta Vega. En el relato ganador, Diana habla en primera persona y cuenta no solo su experiencia en el Camino, sino sus anotaciones en el diario de viaje, palabras dedicadas a su hija adolescente. «El relato es un regalo que le hace Diana a su hija por su veintiún cumpleaños. Ahí le cuenta el porqué de sus decisiones, como la de trasladarse de Lituania a España por amor. Digamos que se confiesa mientras hace el Camino«, cuenta Vega Briz.
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El relato se llama «¿Y ahora qué?» porque, apunta Vega, es la pregunta que se formulan todos los peregrinos una vez llegan a la plaza del Obradoiro y celebran haber alcanzado con éxito la meta. «En el libro está todo, lo que ve y siente un peregrino y también esa convivencia con la familia improvisada que te encuentras en el Camino», añade Vega, que ya prepara su viaje a Asturias para recoger el galardón de la Fundación Valdés-Salas. El burgalés es un gran defensor del Camino Primitivo, del que dice que «sigue siendo el gran desconocido». Con su relato pone otro grano de arena en la tarea de darlo a conocer al gran público.
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