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El reconocimiento de Israel a Somalilandia, nuevo factor en el tablero geoestratégico en el Cuerno de África

El reconocimiento de Israel a Somalilandia, nuevo factor en el tablero geoestratégico en el Cuerno de África
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  • Publisheddiciembre 30, 2025




El presidente de la región separatista somalí de Somalilandia, Abdirahman Mohamed Abdulahi

– OFICINA DEL PRESIDENTE DE SOMALILANDIA

MADRID, 30 dic (EUROPA PRESS)-

El reconocimiento otorgado por Israel a la región semiautónoma de Somalilandia, situada en el norte de Somalia, ha vuelto a poner en el foco la situación de esta autoproclamada república, que en 1991 declaró su independencia en pleno conflicto desatado tras la caída del régimen de Siad Barré en Somalia, aunque ningún país había dado hasta ahora el paso de aceptar la legalidad de este anuncio.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció por sorpresa el pasado 26 de diciembre el reconocimiento de Somalilandia, algo que enmarcó en «el espíritu de los ‘Acuerdos de Abraham’, impulsados ​​en 2020 por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que llevaron a Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Marruecos y Sudán a establecer vínculos con Israel, aunque Jartum no ha ratificado por ahora esta decisión.

La decisión fue transmitida por Netanyahu al presidente de Somalilandia, Abdirahman Mohamed Abdulahi, alias ‘Irro’, en medio de un impulso de Israel para aumentar la cooperación con esta región, un paso inmediatamente rechazado por el gobierno central de Somalia y toda la comunidad internacional, con excepción de las autoridades taiwanesas, que acogieron con satisfacción la medida israelí.

De hecho, el Parlamento somalí celebró el domingo una sesión extraordinaria en la que declaró «nulo» el reconocimiento otorgado por Israel y sostuvo que violaba también el Derecho Internacional, al tiempo que recordó que Somalilandia «es una parte inalienable del territorio de la República Federal de Somalia», postura apoyada por los principales organismos internacionales.

El presidente de Somalia, Hasan Sheikh Mohamud, se ha mostrado especialmente crítico con la decisión en los últimos días y ha condenado el «ataque» de Israel contra Somalia, al tiempo que ha advertido del «riesgo de desestabilización» para la región, incluida la posibilidad de «reavivar elementos extremistas», en referencia a Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda y que también ha cargado contra Netanyahu por su reconocimiento de Somalilandia.

En esta línea, ha destacado el compromiso «inamovible» de Mogadiscio con «la defensa de su soberanía e integridad territorial» y ha profundizado en que Somalilandia «es parte inseparable de la República Federal de Somalia», en línea con la posición adoptada por las autoridades con Etiopía tras el polémico memorando de entendimiento firmado en 2024 por Adís Abeba con las autoridades de la región semiautónoma.

El paso dado por Etiopía, que desató una amarga disputa diplomática, se enmarca en los esfuerzos del país africano por recuperar su acceso al mar -perdido en 1993, con la independencia de Eritrea-, algo que buscaba obtener con un acuerdo con Somalilandia a cambio de un porcentaje de su aerolínea nacional, Ethiopian Airlines, y el futuro reconocimiento de su independencia, algo que por ahora no se ha materializado sobre el terreno.

RECLAMACIONES HISTÓRICAS DE SOMALILANDIA

Somalilandia, que cuenta con un gobierno autónomo desde hace más de tres décadas, declaró su independencia en 1991 tras una conferencia celebrada en el territorio en la que se decidió «revocar» la unión con Somalia y establecer un nuevo Estado basado en las fronteras del antiguo Protectorado británico de Somalilandia, anuncio que no ha recibido el reconocimiento de la comunidad internacional.

Las autoridades centrales respondieron limitando las capacidades de la región para desarrollar vínculos con otros países y obstaculizando su papel en el mercado internacional -pese a lo cual en los últimos años ha alcanzado acuerdos de inversión con Etiopía y Emiratos Árabes Unidos (EAU)-, aunque la región es considerada una de las más estables y democráticas de Somalia.

La región, que comparte frontera con Yibuti y Etiopía, así como con la región semiautónoma de Puntlandia -con la que también mantiene un conflicto por la reivindicación de soberanía sobre algunos territorios-, cuenta también con más de cien kilómetros de costa en el golfo de Adén, situado justo frente a la costa suroeste de Yemen.

Su historia como entidad con reivindicaciones de independencia sobre Somalia se remonta al siglo XIX, cuando el territorio era un protectorado británico, estatus que cambió en 1960, cuando se unificó con Somalia, entonces ocupada por Italia, aunque en los años 80 surgió un importante grupo rebelde en oposición a la junta de Barré, que había llegado al poder mediante un golpe de Estado en 1969.

Finalmente, Barré fue derrocado en el contexto de un conflicto en el que el Movimiento Nacional Somalí (SNM) jugó un papel importante, tras el cual esta organización se negó a reconocer un gobierno interino que no estaba encabezado por ellos, declarando poco después la independencia de Somalilandia y estableciendo su capital en Hargeisa, dando el pistoletazo de salida a una serie de gobiernos elegidos mediante las urnas.

El Gobierno central, que sigue rechazando las aspiraciones independentistas de Somalilandia, anunció en diciembre de 2023 que estaba dispuesto a reabrir el diálogo para resolver las disputas, proceso mediado por Yibuti, aunque el citado acuerdo alcanzado una semana después entre Hargeisa y Etiopía puso fin a estos esfuerzos y volvió a tensar las relaciones.

IMPLICACIONES A NIVEL REGIONAL

La medida de Israel, aplaudida por las autoridades de Somalilandia, que la consideran una victoria histórica para sus aspiraciones, ha sido sin embargo duramente criticada por Irán, Turquía, el Gobierno palestino, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y los rebeldes hutíes de Yemen, que encuadran la medida en el juego geopolítico de Israel en la región, con numerosas ramificaciones.

Entre los principales temores de estos partidos está la posibilidad de que Israel intente alcanzar un acuerdo militar y de seguridad con Somalilandia, situada cerca del estrecho de Bab el Mandeb, entre el mar Rojo y el golfo de Adén, que representa una posición estratégica que podría incluir la instalación de bases frente a las costas de Yemen, país contra el que Israel ha lanzado decenas de bombardeos en los últimos años a raíz del conflicto desatado tras los atentados del 7 de octubre de 2023.

Asimismo, las autoridades palestinas y Hamás han advertido de la posibilidad de que el Gobierno israelí quiera trasladar a la población de la Franja de Gaza a Somalilandia -devastada por su ofensiva tras el 7-O-, temores que ya han sido rechazados por las autoridades de la región semiautónoma somalí, que han garantizado que esa opción no está sobre la mesa.

Turquía, por su parte, ve con recelo la decisión de Israel -con quien mantiene un tenso enfrentamiento en Siria-, sobre todo por sus poderosas inversiones en Somalia, donde Ankara tiene su mayor base militar fuera de su territorio. El Gobierno turco también ha proporcionado un importante apoyo militar al ejército somalí en su lucha contra Al Shabaab y aparece como uno de los principales socios de Mogadiscio.

Somalilandia busca aprovechar su posición estratégica para establecer nuevas alianzas, una política similar a la adoptada en las últimas décadas por Yibuti, que cuenta con numerosas bases militares extranjeras -entre ellas las de Estados Unidos, China, Francia, Italia y Japón-, aunque estos esfuerzos se ven obstaculizados por su falta de reconocimiento internacional.

Por tanto, está por ver si el paso histórico de Israel, que ha sido rechazado por organizaciones como la Unión Africana (UA), la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) y la Liga Árabe, será seguido por otros países, lo que daría un impulso a las aspiraciones independentistas de Somalilandia.



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