Acorralado por las encuestas, Noboa convoca a la empresa de seguridad Blackwater para luchar contra el narcotráfico

Ecuador tiene la tasa más alta de homicidios en América Latina, con 38,8 por cada 100.000 habitantes. Las autoridades han reconocido que pese al despliegue militar en las calles para combatir a las bandas narcotraficantes y la declaración de un «estado de conflicto armado interno«, el comienzo de 2025 ha sido calamitoso: solo en enero se registraron 781 asesinatos, 276 más que en 2024. Si se computan los hechos luctuosos del primer trimestre el número se triplica en medio del espanto de una ciudadanía que se siente rehén de las disputas territoriales de los grupos de delincuentes. En este contexto, el presidente Daniel Noboa ha pasado del entusiasmo guerrero a un reconocimiento implícito de su fracaso. A menos de un mes del segundo turno frente a la correista Luisa González, el mandatario ha decidido dar un sorprendente golpe de efecto: la virtual privatización de su esquema de seguridad. «El crimen organizado ha sembrado miedo y ha creído que puede operar con impunidad. Se les acaba su hora. Empieza la ayuda internacional», anunció desde X sobre su reunión con Erik Prince, el fundador de Blackwater, una empresa seguridad que provee mercenarios. «Hemos establecido una alianza estratégica para fortalecer nuestras capacidades en la lucha contra el narcoterrorismo y la protección de nuestras aguas de la pesca ilegal». Noboa también se mostró a favor de una participación de los Ejércitos de Estados Unidos y Europa en la lucha contra el crimen organizado.
El nombre de Prince hizo sonar la alarma de las organizaciones de derechos humanos. La participación de los contratistas en Irak por parte de Estados Unidos está asociada a hechos luctuosos como el de la matanza de 17 civiles en Bagdad, durante una operación de escolta de diplomáticos, en 2007. Los responsables fueron condenados y luego indultados por Donald Trump durante su primer mandato. Prince vendió la empresa, pero no se deshizo de su control.
Malestar castrense
Noboa quiere que el fundador de Blackwater participe del rediseño operativo de las Fuerzas Armadas y la Policía. El convite a Prince no parece haber suscitado entusiasmo al interior de los uniformados. «La salida a este callejón sin salida con la propuesta de mercenarios, no solo es inaceptable políticamente, inaplicable jurídicamente, sino absurda y descabellada en todo sentido. A la final, estamos en el Nuevo Ecuador, en donde cualquier barbaridad se justifica», dijo el excomandante del Ejército, Luis Altamirano. A su criterio, Noboa es preso de su equipo de «marketing político». Otras voces se manifestaron. «¿Qué puede asesorar un grupo de mercenarios a la fuerza pública? «, se preguntó el coronel retirado Patricio Pazmiño. La llegada de la empresa de seguridad supondría no solo el reconocimiento de que Noboa no solo fue incapaz de cumplir lo que había prometido, un control verdadero del espacio público y la derrota de los narcos, tanto en las calles como en las cárceles, sino que expone a los militares al ridículo. Las instituciones castrenses recuperaron a lo largo de 2024 un protagonismo que, recuerda el analista Luis Carlos Córdova, no se veía desde 1995, cuando se enfrentaron a las tropas peruanas por un diferendo limítrofe.
Debate entre candidatos
La jugada de Noboa se inscribe dentro de una suerte de carrera contra el tiempo. En el primer turno de febrero pasado no se cumplieron las predicciones de un amplio triunfo en las urnas: terminó empatado con González quien, de cara a la votación del 13 de abril, ha logrado el apoyo del movimiento indígena que ha sido históricamente opositor a Rafael Correa.
Este domingo tendrá lugar el primer debate entre los contendientes. Entre los ejes temáticos consensuados se encuentra la cuestión de seguridad. Una reciente encuesta de la consultora Tres Punto Zero da cuenta de que la aspirante de la centroizquierda obtendría el 53,9% de los votos, contra 46% del candidato oficial. Las cifras han provocado estupor en el Gobierno que no había contemplado un escenario de derrota bajo ninguna circunstancia.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí