Al menos trece personas han muerto en un ataque del Ejército israelí contra Ain al Hilweh, el mayor campo de refugiados palestinos del Líbano, situado en las afueras de la ciudad libanesa de Sidón, a pesar del alto el fuego acordado hace aproximadamente un año entre el Gobierno israelí y el partido milicia chií Hezbolá. El Ministerio de Sanidad libanés anunció que «un ataque del enemigo israelí al campo de Ain al Hilweh ha provocado el martirio de trece personas», mientras que varias otras han resultado heridas.

«Las ambulancias continúan transportando a los heridos a los hospitales de los alrededores», indicó la cartera ministerial, según la agencia de noticias libanesa NNA. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado el ataque, manteniendo que los atacados eran «terroristas que operaban en un campo de entrenamiento» del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) en el Líbano. «El complejo militar atacado fue utilizado por los terroristas de Hamás para entrenamiento e instrucción con el fin de planificar y ejecutar ataques terroristas contra las tropas israelíes y el Estado de Israel», se lee en un comunicado publicado en su perfil en la red social X.

Según el Ejército israelí, antes del ataque «tomaron medidas para reducir el riesgo de daños a los civiles, incluido el uso de armamento de precisión, vigilancia aérea e información adicional de inteligencia».

Finalmente, añadió que está trabajando «para impedir el establecimiento de la organización terrorista Hamás en el Líbano y seguirá actuando con fuerza contra los terroristas de Hamás dondequiera que operen».

Israel ha lanzado decenas de bombardeos contra Líbano pese al alto el fuego de noviembre de 2024, argumentando que actúa contra las actividades de Hezbolá y asegurando que, por tanto, no viola el pacto, aunque tanto Beirut como el grupo se han mostrado críticos con estas acciones, condenadas también por Naciones Unidas.

El alto el fuego, alcanzado tras meses de combates tras los atentados del 7 de octubre de 2023, contemplaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus tropas del sur del Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos en el territorio de su país vecino, algo también criticado por las autoridades libanesas y el grupo chií, que exigen el fin de este despliegue.