Así es el kebab de los Cañitas escondido en el vagón de metro de Mómö
Mómö Kebab, el local de la calle de Hartzenbusch, 9, al lado de la madrileña glorieta de Bilbao, vuelve a redefinir el kebab como un objeto de culto gastronómico y de deseo con una nueva colaboración estelar. En esta ocasión, se ponen manos a la obra los manchegos Javi Sanz y Juan Sahuquillo, las mentes brillantes detrás del grupo Cañitas y chefs al mando de los restaurantes estrellados Oba- y Cebo que se hicieron célebres por ganar los premios Cocinero Revelación, Mejor Croqueta de Jamón y Mejor Escabeche de Madrid Fusión 2021. Pretenden elevar el icónico bocadillo turco a la categoría de «pieza de alta costura gastronómica«.
Siguiendo el éxito de anteriores colaboraciones con nombres destacados como Roberto Martínez Foronda (chef de Tripea y Triperio), Ugo Chan (estrella Michelin) y Don Lay, Mómö apuesta ahora por un formato más extenso: pura magia hasta el 5 de junio para disfrutar de esta edición limitada, sabrosa y divertida de kebab.
El kebab, envuelto en papel de oro
El gran protagonista de esta colaboración es un kebab de pastrami cuya receta es un homenaje al sabor, a la técnica y al juego gastronómico, concebido para comer con las manos y envuelto en papel de oro. Es la versión canalla y de ternera de los manchegos en Oba-, donde ofrecen un pastrami de oveja machorra madurada que se presenta con salsa tártara, fondo reducido de sus huesos y pan de patata con fermentación láctica.
Imagina un pan de pita tierno que envuelve con descaro una carne de pastrami trabajada con mimo extremo: ha pasado tres días en salmuera, ocho horas de humo y cuatro de vapor para lograr una textura melosa que se deshace en la boca. Sobre esta base cárnica, se añade la frescura crujiente de lechuga romana y brotes de rúcula, el mordisco ácido y vibrante del pepino fresco y el pepinillo encurtido, y unas gotas cítricas de lima que despiertan el conjunto. El toque final lo pone una cremosa y adictiva Mayozata (una mayonesa, mostaza y lima en clave punk) y una lluvia de cebollino que perfuma y redondea el bocado.
La singularidad de esta propuesta se vive en el propio local de Mómö Kebab: un vagón de metro color salmón, con luces tenues y un característico olor a carne ahumada en carbón que emerge de su ‘robata’. Allí, lo que se tiene entre manos (literalmente) es este kebab que se vende por 21 euros como «not kebab», sabe a pastrami y podría figurar en un menú de degustación de estrella Michelin.
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