así fue el festival que desafió al franquismo desde Burgos
Pocos recuerdan hoy que antes del famoso ‘Woodstock español’, España ya tenía su propio festival de música. Fue en Granollers (Barcelona), en mayo de 1971. En plena dictadura, con una roca progresiva como una bandera, Más de 4.500 personas asistieron a un maratón de 20 horas sin interrupciones. Se celebró sin autorización del gobierno central y dejó a ambos vecinos, que denunciaron altercados, así como a los asistentes, que criticaron a la organización caótica. Y sin embargo, fue el primero.
Pero la historia ha negado ese lugar en la memoria colectiva. Quien se quedó con el título (y fama) fue otro festival. Tuvo lugar cuatro años después, en Burgos, y en estos días se encuentran medio siglo.
Lo llamaron El ‘festival Cochambre‘. No por decisión de los organizadores, sino por el jefe que dedicó la prensa local. ‘Cochambrososo’, titulado El periódico. A los grupos. A los asistentes. Al medio ambiente. Un adjetivo que hizo fortuna. «No fue por el mal», luego reconocería al director del medio. «Fue por sensacionalismo, vender muestras». Pero el impacto fue inmediato. El titular se convirtió en eslogan, y el Cochambre se convirtió en parte de la leyenda.
Roca y vino en el corazón de la España conservadora
El contexto no puede ser más simbólico. Año 1975. Franco aún no ha muerto. Y Burgos, bastión militar y religioso del régimen, organiza un festival de rock. Organizado por el Ayuntamiento, con el apoyo de las autoridades y el financiamiento público. Una contradicción. Pero también una señal: National Rock está en aumento y comienza a ocupar hasta entonces espacios impensables.
La cita reunió a unas 4.000 personas. La toro, medio llena. O vacío, mientras miras. Muchos se escabulleron. Bebieron vino de arranque y comieron pan como si no hubiera mañana. El calor apretado. Algunos terminaron sin camisa. Otros, sin pantalones. No eran exactamente hippies, en España había pocos, pero los jóvenes querían libertad. Melenudos, barbudo. Hijos de los años 70.
15 horas de música y algo más
El póster era lujoso. Burning, Triana, Hilario Camacho … también tormenta y pioneros de roca andaluza. Y Hubo todo: hard rock, rock catalán, folk, jazz. Aunque el póster llamado «Festival del Pop», la historia lo recuerda como uno de los hitos rocosos españoles. Eran 15 horas seguidas, al mediodía hasta la mañana.
Y El espectáculo no se perdió. Burning Scandalizó al público con una simulación de falso en el escenario. Camacho se enojó y dejó de tocar por problemas de sonido. Pero no le pasó a los adultos.
¿Y el ‘caos’ que se esperaba?
Nada. No es un altercado grave. La policía estaba presente, sí, pero no tuvo que intervenir. No hubo disturbios, ni peleas o destrucción.. Solo rock and roll. Ruido, calor, vino y guitarras. Y un deseo común: escuchar música y vivir algo diferente.
50 años después, Burgos continúa recordando ese festival. Como una rareza. Como un desafío. Como un síntoma que, incluso a orillas de Franco, el cultivo encontró calcetines para colarse.
Los Granollers fueron los primeros. Burgos, el más famoso. Ambos pioneros. Ambos leyenda.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí