La derrota del viernes en Palau ante el Real Madrid (92-101) dejó al Barça muy afectado anímicamente y provocó la primera crisis interna del grupo.

El presidente Joan Laporta fue testigo del temblor de mano del eterno rival y del apoyo de la afición al final del Clásico, lo que le llevó a convocar una cumbre de urgencia tras el partido en la que se decidió abrir el grifo presupuestario de la sección para que pudiera incorporar algunos refuerzos.

Con este fuerte oleaje interno, el Barça se desplaza a Girona, donde hoy está casi obligado a ganar al equipo que dirige Moncho Fernández. El conjunto azulgrana suma más derrotas que victorias en las cinco primeras jornadas de la Liga Endesa (2-3) y un nuevo revés le alejaría un poco más de los primeros puestos. Los de Peñarroya son actualmente décimos.