CALEFACCIÓN ECOLÓGICA | ¿Cómo hacer más ecológica la calefacción de las ciudades?
El objetivo de la Unión Europea es lograr la neutralidad climática en 2050, aunque cada vez más expertos se muestran escépticos sobre la posibilidad de lograrlo. WWF estima que cerca de la mitad del uso final de la energía a nivel mundial se destina, precisamente, a la climatización. Ninguna época del año da un respiro: en verano por el aire acondicionado y en invierno por la calefacción. Esta última acapara todas las miradas en estos meses más fríos.
De acuerdo a estimaciones de la Oficina Española del Cambio Climático, el 20% de las partículas nocivas que se generan en los hogares proceden del uso de la calefacción y el agua caliente sanitaria. En un piso de 100 metros cuadrados habitada por cuatro personas, esto se traduciría en alrededor de dos toneladas anuales de dióxido de carbono. Eso sí, esta aproximación depende en gran medida del área de residencia. No es lo mismo el consumo en las zonas costeras, que tienen temperaturas suaves durante todo el año, que en las poblaciones de la Meseta, que suelen alcanzar valores más extremos.
El dinero necesaria para rehabilitar los inmuebles antiguos asciende a muchos millones de euros, y eso lastra el camino hacia la sostenibilidad
«España tiene un parque edificado relativamente viejo. En realidad, como en casi toda Europa. Eso hace que consumamos mucha energía para calentar las casas», subraya Roberto Garay, integrante del grupo de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Deusto. Ahí está gran parte de la explicación: la inmensa mayoría de los hogares se vale de métodos convencionales.
La normativa es estricta para los bloques de nueva construcción, pero, por desgracia, la suma necesaria para rehabilitar los inmuebles antiguos asciende a muchos millones de euros. Y lastra el camino hacia la sostenibilidad.
Casi el 70%, con combustibles fósiles
Según el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, actualmente casi el 70% de las viviendas principales se calientan con métodos que se alimentan con combustibles fósiles. En concreto, el 42% se vale de gas, el 20% de gasóleo y el 6% de gas licuado petróleo.
La estrategia del Ministerio para reducir el impacto de la climatización plantea varios pasos a seguir para que los inmuebles eficientes sean la norma. Estas incluyen el uso de fuentes de energía limpias para los sistemas de calefacción y agua caliente antes de 2030, el incremento de viviendas rehabilitadas (tanto principales como de uso secundario o vacío), y, en el caso de las nuevas, que todas cuenten con la categoría A del actual Certificado de Eficiencia Energética de Edificios. «Contar con hogares más eficientes reduciría notablemente las facturas de las familias y mejoraría su salud y su calidad de vida», indican desde el Green Building Council.
Hay muchas alternativas válidas para lograr este objetivo y todas tienen ventajas e inconvenientes. La primera de ellas ya está bastante extendida: la energía solar que, sin embargo, tiene un hándicap importante. Precisamente cuando más potencia se necesita (en invierno) es cuando menos brilla el sol. «Además, los paneles son menos eficientes cuanto más frío hace en la calle», añade Roberto Garay. Otra opción es acudir a la biomasa, un recurso que, lamentablemente, es escaso en España. A eso hay que sumar que es necesario contar con un lugar adecuado donde se pueda almacenar, «por lo que no es una buena solución para las ciudades, pero sí puede serlo para entornos rurales», puntualiza Garay.
Las redes de calor
Ante esto, este experto, que desarrolló gran parte de su carrera en Tecnalia, apuesta por las redes de calor como la vía con un futuro más prometedor, aunque aún les falta mucho desarrollo. Estas producen calor (y frío) de forma centralizada y después lo distribuyen entre los edificios que forman parte de la red, por medio de un sistema de tuberías altamente eficiente. En la Península Ibérica ya hay ejemplos de éxito en numerosas comunidades autónomas (sobre todo Cataluña), aunque a una escala aún pequeña (516 en 2022). Y es que, de momento, tanto la instalación como el mantenimiento es muy caro. Como en tantos otros aspectos, los países nórdicos son los más aventajados en la puesta en marcha de esta tecnología. «Funciona incluso cuando las temperaturas en el exterior son muy bajas», puntualiza.
Entre tanto, un remedio asequible y efectivo es reforzar el aislamiento. Como es lógico, cuanto menos calor se escape de las estancias, menos bajarán los grados y menos energía se necesitará para llegar a un ambiente confortable. La instalación de ventanas eficientes es el primer paso, pero el margen de mejora es enorme.
Por otra parte, las bombas de calor son otro sistema que está experimentando grandes avances. Pueden llegar a alcanzar un ahorro del 80% en la factura de la luz y pueden funcionar con energías renovables. Es un aparato, parecido a los tradicionales aires acondicionados, con capacidad para calentar o enfriar el ambiente, usando los principios de la termodinámica.
Las cada vez más exigentes condiciones impuestas desde la UE al sector de la construcción están llamadas a mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la calefacción y enfriamiento de edificios.
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ENTREVISTA. Elvira López, arquitecta
«Los planes de la UE implican una ola de renovación de edificios»
Elvira López es la responsable de la Red de Oficinas de Apoyo a la Rehabilitación del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). Es coautora del estudio ‘Descarbonizar las calefacciones centrales en España’.
-¿Son alcanzables los objetivos de Bruselas para la calefacción central?
-El fin es convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050 para cumplir los Acuerdos de París y ganar competitividad. Este ambicioso plan implica una ola de renovación de edificios y viviendas, y en 2020 fijó la necesidad de duplicar la tasa de rehabilitación para 2030. Aparte, el Objetivo 55 establece reducir en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero. Aquí empezamos a dimensionar el reto. Nuestro estudio analiza el dimensionamiento y su distribución territorial. La descarbonización también supone una oportunidad: cada vez que se actúa en un edificio con caldera colectiva se mejoran muchas estancias a la vez. Y la aplicación de determinadas tecnologías, como las aerotermias, requiere de condiciones que muchas veces solo pueden conseguirse a escala de edificio. Por lo tanto, los objetivos de Bruselas son alcanzables si se hacen bien las cosas: trabajando desde lo colectivo, recuperando la visión integral y contando con el acompañamiento de los profesionales competentes e incentivos adecuados para alcanzar la meta.
-¿Por dónde hay que empezar?
-Con información y pedagogía. La sociedad, en su conjunto, debe estar informada de adónde se quiere llegar, qué plazos hay y cuáles van a ser los apoyos. El sector, tanto público como privado, debería tener claros los mensajes, los objetivos y las estrategias. En este momento, es primordial que se desarrollen planes de rehabilitación locales realistas, comprometidos y que cuenten con recursos para su desarrollo, tanto económicos como humanos. Esto último es especialmente importante. No basta con destinar un presupuesto, se ha de tener un buen plan para orientar el gasto adecuadamente. Se necesitan mensajes consensuados; un sector fuerte que pueda responder a la demanda; una Administración pública con el fin claro de la regeneración urbana; unos profesionales formados, preparados y protegidos; unos programas formativos adecuados que conecten con las empresas; y apoyo al emprendimiento.
-Mucha de la energía empleada en calentar un hogar se desperdicia, por ejemplo, por un aislamiento inadecuado. ¿Qué otras acciones ayudarían a minimizar las emisiones?
-Es fundamental el análisis del edificio en su conjunto. Todo lo que tiene que ver con el aislamiento de las fachadas, los bajos y la cubierta; contar con ventanas de calidad y bien instaladas; también el análisis del soleamiento, elementos como aleros, contraventanas y toldos, que nos ayudan a evitar que se sobrecalienten las habitaciones. Sumado a una buena ventilación, contribuye a mejorar la eficiencia de los inmuebles. También son importantes otras acciones, como aplicar soluciones bioclimáticas para lograr un mayor confort interior. A partir de aquí, habría que actuar sobre las instalaciones de climatización.
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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
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