Las fuerzas de seguridad de Bangladesh han lanzado este viernes la «Operación Caza del Diablo», un despliegue de seguridad que ha cerrado las once entradas a Dhaka y ha llevado a cabo 392 detenciones en las últimas horas, en respuesta al estallido de violencia tras la muerte de un destacado dirigente estudiantilsegún EFE.

La operación, confirmada por la Policía Metropolitana de la capital bangladesí a los medios, busca restablecer el orden tras Multitudes de manifestantes atacaron anoche la sede de los periódicos «Prothom Alo» y «The Daily Star».así como misiones diplomáticas, tras confirmar la muerte en Singapur de Sharif Osman Hadi.

Hadi, portavoz de la plataforma Inqilab Mancha y figura central del levantamiento que obligó al cambio de gobierno en 2024Murió a consecuencia de las heridas sufridas en un ataque con armas de fuego el 12 de diciembre en el centro de Dhaka.

Durante el asalto a la sede del «The Daily Star», el periódico en lengua inglesa más influyente del país, los manifestantes prendieron fuego a la planta baja y bloquearon las salidas. El incendio obligó a 28 empleados a refugiarse en la azotea del edificio de diez plantasde donde fueron evacuados por los bomberos mediante grúas hidráulicas.

El jefe del Gobierno interino, Muhammad Yunus, compareció para declarar un día oficial de luto y confirmar que El Estado asumirá la protección de la familia del fallecido. En su discurso, Yunus adoptó la terminología de los manifestantes al llamar a Hadi un «mártir en la lucha contra la hegemonía», en referencia a supuesta injerencia extranjera.

El presidente, que se dirigió al país poco después de la muerte del líder, atribuyó el asesinato a un sabotaje político calculado por parte de una «poderosa red» de restos del antiguo régimen que busca descarrilar mediante el caos las elecciones generales previstas para febrero de 2026, en las que Hadi se perfilaba como candidato independiente por el distrito electoral de Dhaka-8.

La Policía de Bangladesh ha emitido una alerta fronteriza para capturar a los dos principales sospechosos del crimen, identificados como Faisal Karim Masud y Md. Alamgir Sheikh, en caso de que intenten cruzar a la India.

El asesinato ha reavivado el sentimiento antiindio en las calles, donde los manifestantes acusan a Nueva Delhi de proteger a figuras del gobierno derrocado. En respuesta, informes de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento indio citados hoy por la prensa regional califican la inestabilidad en Dhaka como un «desafío estratégico» de primer orden para sus intereses en la zona.