COMISIÓN EUROPEA | Bruselas hunde el presupuesto para la pesca a 2.000 millones, un 67% menos
El Fondo Europeo, Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (Fempa) es el músculo financiero que sostiene al sector pesquero comunitario. Su importe asciende a 6.108 millones de euros para el periodo 2021-2027 y de ellos 1.120 recalaron en España, el país que más recibe, con Galicia también a la cabeza en el reparto entre comunidades autónomas por la dimensión socioeconómica que cobra la actividad. Se trata de un presupuesto esencial y ya de por sí ajustado —366 millones en el caso del territorio gallego—, sobre todo si se tiene en cuenta que hay retos capitales fuera de su alcance como la renovación de la flota que llevan décadas urgiendo los armadores, faltos de apoyos para contar con «barcos del siglo XXI» que atraigan a los jóvenes o mejoren la habitabilidad y la seguridad a bordo, otras materias pendientes. Ninguno o muy pocos en el gremio se esperaban el anuncio que ayer ofreció Bruselas respecto a la propuesta del nuevo marco financiero que adoptarán los Veintisiete entre 2028 y 2034. Desde luego puede intuirse que la pesca no es una de sus prioridades, pues el presupuesto global se incrementa un 67% —pasando de 1,2 a 2 billones de euros— pero se contempla un tijeretazo del 67% para la asignación del sector, que de oficializarse solo tendrá 2.000 millones a repartir en siete años.
Si los fondos europeos destinados a la pesca representan el 0,5% del total de la actual partida de la Unión Europea, para la próxima solo supondrán el 0,1%, relegándose a un plano todavía más residual. A ojos de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son pese a ello unas cuentas «para la nueva era, que iguala las ambiciones de Europa y atiende a los desafíos de Europa». El batacazo, aún en forma de borrador y planteado este miércoles en el Parlamento Europeo por el comisario de Presupuesto, Lucha contra el Fraude y Administración Pública, Piotr Serafin, llega solo una semana después de que el comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, realizase su primera visita a Vigo, donde aseguró que «la vida en el mar presenta nuevos desafíos cada día, desafíos que enseñan lecciones invaluables».
El principal reto del sector pesquero comunitario, de prosperar esta propuesta, será ver si es capaz de salir adelante sin hundirse también por el camino. Y es que con esta asignación Bruselas no solo coarta el impulso de la actividad, sino que desoye informes encargados por los propios europarlamentarios en los que —como por ejemplo recoge The EU oceans and fisheries policy. Latest developments and future challenges, divulgado por FARO— se urge una mayor inversión al ser «insuficientes» los esfuerzos para apoyar a los operadores en su «doble transición». La energética y la digital. El hecho de pasar de 6.108 millones de euros de presupuesto a solo 2.000 ha desatado la «alarma» entre los pescadores, remarcó además su patronal, Europêche, que exige a los responsables políticos corregir el rumbo. «Esto no es lo que nos prometieron. Seguiremos trabajando para garantizar que se reconozcan las necesidades únicas de nuestra industria y para asegurar un fondo independiente y reforzado dedicado a la pesca», indicó asimismo.
Ese es precisamente otro de los grandes golpes que asesta el nuevo marco financiero que se proyecta para el próximo septenio: el Fempa está abocado a desaparecer como partida específica para incluirse en un nuevo Fondo Europeo de Prosperidad y Seguridad Sostenible, Económica, Territorial, Social, Rural y Marítima. Se fusionaría así con otros fondos «más amplios» en una decisión que para la flota «ignora la importancia estratégica de la pesca» y «envía una clara señal desalentadora» a todas las personas que viven del mar. De hecho, critica la «doble absorción» que supone para su financiación, ya que además abre la puerta a que otros nichos como la energía marina puedan competir por parte del presupuesto al alinearse este con los objetivos del Pacto de los Océanos.
Lo cierto es que la rebaja que plantea Bruselas acentúa y perpetúa la caída libre de la asignación presupuestaria del sector pesquero comunitario que ya se sintió con el salto del periodo 2014-2020 al 2021-2027. Antes de que ocurriera, Europa contaba con el antiguo Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (Femp), dotado con 6.500 millones a repartir en siete años —casi 400 más que el actual— y de ellos 1.161 para España y 371 para Galicia. De replicarse el recorte del 67% propuesto por la Comisión Europea, tomando como referencia el último reparto, al país le tocarían 370 millones y a la comunidad poco más de 120.
Ayer Kadis no se pronunció sobre el presupuesto planteado a través de sus redes sociales, como sí lo hizo Von der Leyen sacando pecho y promocionando algunas de las grandes partidas, pero la reacción por parte del eurodiputado gallego Nicolás González Casares fue inmediata, mostrándose vía X «muy preocupado» con la situación teniendo en cuenta que «el Gobierno con más poder del EPP (siglas del Partido Popular Europeo, en inglés) recorta los fondos de Pesca a un tercio de lo que había hasta ahora». También advirtió sobre el impacto que supone para la autonomía la europarlamentaria gallega Ana Miranda, que dijo que este «cambio drástico» traerá consigo «recortes gravísimos» en la pesca.
Desde Europêche, por su parte, evidenciaron la «contradicción» entre las prioridades políticas de Bruselas —como la competitividad, la resiliencia y la autonomía estratégica— y el tratamiento que sigue dando al sector pesquero comunitario. «Esperábamos una dotación financiera ambiciosa que reconociera el papel vital de la flota pesquera en el suministro de dietas saludables, la seguridad alimentaria y la protección del clima. En cambio, estamos asistiendo a un debilitamiento del apoyo a un sector que ya se encuentra bajo una fuerte presión y en constante declive», manifestó su presidente, el español Javier Garat.
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