¿Cómo es el «palacio volador» de más de 400 millones de dólares que Qatar pretende regalar a Trump?

Donald Trump quiere aprovechar su viaje a Oriente Próximo y llevarse de vuelta a casa un nuevo avión presidencial. La cadena estadounidense ‘ABC News’ anunciaba este lunes el «regalo», un Boeing 747-8 valorado en más de 400 millones de dólares (alrededor de 375 millones de euros) calificado por ellos mismos como un «palacio volador», que Qatar tiene previsto hacerle a Trump durante su visita al país esta semana.
El presidente americano confirmaba el anuncio poco después y publicaba un tweet en su red social ‘Truth Social’ en el que anunciaba que «el hecho de que el Departamento de Defensa reciba un REGALO, GRATIS, de un avión 747 para reemplazar al Air Force One de 40 años». «Molesta tanto a los demócratas sinvergüenzas que insisten en que paguemos por el avión. ¡Cualquiera puede hacer eso! Los demócratas son unos perdedores de clase mundial», ha añadido. Así, el presidente ha tratado, una vez más, de desmentir las acusaciones de conflicto de intereses esgrimidas por los demócratas, y justificar el regalo como una «transacción muy pública y transparente».
Pero, ¿es un avión tan lujoso e «innecesario» como los demócratas aseguran?
El avión
El modelo de Boeing 747, también llamado «Jumbo» (enorme o colosal en inglés) ha evolucionado con el paso de los años. Desde que en 1969 realizara su primer vuelo comercial, el modelo fue el más grande de pasajeros hasta 2005, cuando el AirBus A380 se erigió como competencia directa. Fue en ese mismo año cuando Boeing, compañía estadounidense, anunció el modelo con el que Qatar pretende obsequiar al magnate neoyorquino. El 747-8 es la sexta generación del Boeing 747 y es actualmente el segundo avión de pasajeros más grande del mundo, después del Boeing 777-9X.
Aun así, la versión que Catar quiere regarle a Trump no contempla los requisitos para ser «el nuevo avión presidencial». «Lo que importa es lo que hay dentro del avión», dijo Kevin Buckley, antiguo oficial de las Fuerzas Aéreas que supervisó el programa de sustitución del Air Force One. «El equipo de la misión presidencial es único. Está reforzado. Es seguro. Es capaz de sobrevivir», añadió.
El avión tendría que ser desmontado y reconstruido de dentro a fuera (incluyendo la revisión del cableado eléctrico, la aviónica y los sistemas de energía) para instalar comunicaciones presidenciales seguras, tecnología de autodefensa y blindaje electromagnético. Según una fuente anónima citada por The New York Times, es un proceso que llevaría «años y no meses». Por ello, el alto coste de mantener el actual avión presidencial puede ser hasta menor que el remodelamiento que el nuevo 747-8 necesitaría, dejando así sin base sólida los argumentos económicos esgrimidos por Trump.
Legalidad, o no, del «regalo»
Aunque en un principio Trump haya justificado que el regalo «no es para él», sino que es «para el Departamento de Defensa«, el avión será donado a la biblioteca del propio Presidente en 2029, antes de que su legislatura termine. Esto ha hecho que «las dudas afloren» entre los demócratas y que se plantee la posibilidad de impugnar la iniciativa ante el Congreso.
Aun así, fuentes anónimas dijeron a ABC News que la Administración de Trump ya había determinado que es legal que el Departamento de Defensa acepte el avión y luego lo entregue a la biblioteca de Trump. La misma cadena también informó de que la fiscal general, Pam Bondi, envió un memorando legal la semana pasada a la oficina del asesor de la Casa Blanca diciendo que sería «legalmente permisible» para Qatar condicionar la donación con el hecho de que debe ser donado a la biblioteca de Trump antes de que termine su mandato. Así, la balanza parece decantarse por la legalidad, que no moralidad, de la potencial transacción.
Más allá del traspaso, este nuevo episodio evidencia la importancia del «tú a tú» para la Administración, y explicita la posición preponderante de Trump sobre todo lo que le rodea.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí