Cristina Kirchner se sienta otra vez en el banquillo de los acusados por una megacausa de corrupción
El ‘caso Cuadernos’ entró este jueves en su etapa de un juicio oral que se extenderá al menos hasta 2027. Su relevancia tiene que ver con la cantidad de empresarios, 63, y 11 exfuncionarios públicos que se sentarán durante las audiencias en el banquillo de los acusados por estar involucrados en lo que para un sector de la sociedad, en especial el que simpatiza con el actual Gobierno de Argentina, es el mayor caso de corrupción de la historia del país perpetrado entre 2003 y 2015. Por entonces gobernaba el kirchnerismo y, según la acusación se cobraba mucho dinero a cambio de favores en la obra pública, los ferrocarriles y peajes en las carreteras. Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple una prisión domiciliaria de seis años, es la principal acusada, una vez más. «Comienza otro show», dijo antes de seguir la sesión por zoom. «Parece que no les bastó con meterme presa y proscribirme de por vida: necesitan mantener viva la opereta judicial para seguir presionando y, sobre todo, distraer la atención», hizo saber a través de X, convencida de que volverá a ser condenada. «No tengo miedo. Sé que la historia, como siempre, pondrá las cosas en su lugar«.
[–>[–>[–>Todo comenzó con la revelación en 2017 del diario La Nación sobre la existencia de una serie de cuadernos escolares del exsuboficial Omar Centeno, quien se desempeñaba como chófer de un funcionario de primera línea del Ministerio de Infraestructura. Centeno los presentó como pruebas del dinero que iba a buscar a las empresas junto con el viceministro de esa cartera, Roberto Baratta. El chófer ofreció fotocopias porque dijo que los cuadernos los había quemado. Un año y medio después aparecieron de milagro. Las pericias determinaron que la letra en esas hojas correspondía a más de una persona, y que había sugestivas tachaduras y alteraciones. El conductor reconoció que nunca había visto dinero, sino que calculaba cuánto podría caber en cada bolso que llevaba y traía. Sostuvo a su vez que una parte de esa suma había llegado al apartamento de Fernández de Kirchner, aunque por entonces vivía en la residencia presidencial. No es que los bolsos hubieran sido una simple invención, y eso se dedujo de la cantidad de sociedades y propiedades en el exterior que le detectaron al exsecretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, fallecido en 2016, y su esposa. Pero a la exmandataria y su primera línea en Infraestructura no les encontraron nada. Tampoco figura ella en ninguna anotación.
[–> [–>[–>Arrepentidos y colaboradores
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«Nunca vi una causa con tanta prueba», dijo Carlos Stornelli, el fiscal a cargo de las investigaciones y que fue jefe de seguridad de Boca Juniors cuando lo presidía Mauricio Macri. Al asumir la presidencia, el magnate creó las condiciones para su regreso a la justicia. Stornelli estuvo asociado con Marcelo D’Alessio, una persona que se hacía pasar por espía estatal y era un simple extorsionador que es objeto de un juicio por estos días.
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«El universo de los privados será un actor central en la presunta trama de corrupción», señaló La Nación. Veinte de casi 60 hombres de negocios admitieron haber realizado los pagos al apegarse al régimen de «imputado-colaborador» y declarar como «arrepentidos» luego de llegar a un acuerdo con Stornelli y el extinto juez Claudio Bonadio. La defensa de Fernández de Kirchner sostiene que «confesaron» bajo la amenaza de quedar presos. El actual ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, fue el abogado del empresario Sergio Taselli. En su momento sugirió públicamente que los testimonios eran falsos. Si su cliente no salía de prisión en un tiempo prudencial, dijo entonces Cúneo Libarona, «va a mentir y va a involucrar a alguno». Los letrados de la expresidenta recuerdan que las declaraciones de estos empresarios no fueron registradas de manera audiovisual como requiere la ley. No existen como pruebas digitales.
[–>[–>[–>La causa se inició durante la presidencia de Macri y arrastró a su primo y empresario de la construcción, Angelo Calcaterra, quien ha pedido ser juzgado por la justicia electoral y no la penal porque sus pagos «aportes de campaña» por los cuales no se extendieron comprobantes. Su pedido no fue escuchado. El Tribunal que juzga a Fernández de Kirchner, sus excolaboradores y hombres acaudalados que nunca imaginaron pasar por esta situación está integrado por los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, con Néstor Costabel como magistrado suplente. Parte de ellos visitaba asiduamente al entonces presidente.
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Controversia inagotable
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Los adversarios de Fernández de Kirchner han hecho previsibles exaltaciones de la independencia judicial. Los que creen en la inocencia de ella aseguran que es objeto de una nueva persecución política. Desde su apartamento, antes de conectarse a través de un ordenador con la sala de audiencias, ella aseguró que no es casualidad que el ‘caso Cuadernos’ vuelva por estas horas a ocupar un lugar central «cuando se discute el futuro del trabajo y de las pensiones» como parte de las reformas laboral y previsional que promueve el ultraderechista Javier Milei. «Así es que llegamos a este escandaloso bodrio judicial de cuadernos truchos (falsos) reescritos 1500 veces y ‘arrepentidos’ a los que más bien habría que llamar ‘extorsionados’». Mientras tanto, añadió, el Gobierno «avanza el segundo mega endeudamiento de la Argentina por miles de millones de dólares que nunca nadie vio, ni verá, pero que hipoteca el presente y el futuro de varias generaciones».
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