Cristina Pitarch, la jefa de Google contra los ataques informáticos

De Dublín a Málaga, así se podría resumir la vida de Cristina Pitarch, directora general de ciberseguridad en Google Cloud para Europa, Oriente Próximo y África (EMEA). Es una de las pocas directivas españolas en la cúspide de las grandes tecnológicas estadounidenses, en el foco de los mercados tras la aplicación de los aranceles del presidente de EEUU, Donald Trump. Esta responsabilidad le abrió las puertas del consejo de administración de la energética alicantina Cox en septiembre del año pasado, en un movimiento previo a su salida a bolsa en noviembre.
Pitarch (Aranjuez, 1982) se unió a Google en 2012, iniciando su carrera en la sede europea de la compañía en Dublín. Desde entonces, ha liderado diversas áreas relacionadas con Google Cloud, tanto en soporte técnico como en ventas, hasta llegar a su actual cargo en abril de 2019, con mando en plaza desde las oficinas de la multinacional en el puerto de Málaga. A pesar de su trayectoria en compañías tecnológicas, se licenció en Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE y cuenta con un MBA por la Haas School of Business de la Universidad de California, Berkeley.
«Me costó adaptarme a la facultad en Estados Unidos, porque centran la formación en la participación en clase, en presentaciones en público, y yo no estaba demasiado cómoda hablando inglés, pero tuve que buscar la manera de que no se notase que mi nivel en ese momento era un poco deficiente. Sin embargo, recuerdo esa etapa de forma muy positiva porque conocí a gente de todo el mundo y me lo pasé muy bien», explica.
Ida y vuelta a Dublín
Tras su experiencia en Berkeley se dio cuenta que estaba hecha para trabajar en una multinacional y, después de superar una entrevista laboral en San Francisco, arrancó su carrera profesional en la tecnológica estadounidense Salesforce en 2007, donde comenzó desarrollando el mercado español y, más tarde, asumió la dirección del desarrollo de negocio para Europa continental, también desde la capital irlandesa. «Tras más de cuatro años allí, me di cuenta de que necesitaba volver a España, porque Dublín puede llegar a ser muy, muy gris, y al final es muy difícil llegar a adaptarte», relata.
En 2011, pasó una breve etapa en Madrid en la compañía especializada en computación en la nube Informática, ya que su director en España era un viejo compañero de Salesforce. «Estaba encantada, pero al año siguiente me llamó Google para trabajar otra vez desde Dublín. Y a Google no le puedes decir que no», subraya. Empezó dirigiendo un equipo pequeño en soporte técnico y no en ventas, que es donde tenía experiencia, pero aplicó sus conocimientos para mejorar el departamento. «No tenía ni idea de programar, no soy ingeniera y todo el equipo que dirigía lo era, fue un golpe brutal. Sin embargo, hicimos algo que hasta entonces no se hacía, que es mejorar el servicio gracias al cuidado del cliente, y logramos una satisfacción del 100% con las empresas con las que trabajábamos», valora.
Pitarch lleva ya 13 años en el gigante fundado por Larry Page y Sergey Brin, y aspira a un puesto de todavía más responsabilidad, de CEO para toda Europa. De momento, se siente muy a gusto en Málaga, donde reconoce que el trato entre los compañeros es «muy familiar». «Si tuviera que definir cómo es trabajar en una tecnológica, sería velocidad, innovación y compañerismo. En Málaga, además, se junta el carácter español y, aunque hay mucho extranjero, el trato es muy cercano, compartes momentos fuera de la oficina. Eso en Dublín era más complicado», revive.
Abrenadora de fútbol gracias a la ia
Ciberataques de Estado
¿Qué cambia la llegada de Trump en el trabajo de una tecnológica? Desde Google saben que la ciberseguridad va a ser aún más clave y tienen identificados de dónde llegan los principales ataques informáticos llamados de Estado: de China, Corea del Norte e Irán. «Nuestro reto es seguir siendo excelentes en un momento en el que los ciberataques están creciendo exponencialmente y nuestros recursos siguen siendo los mismos».
Otro cambio que implica el relevo en la Casa Blanca es que muchas cotizadas de Wall Street han pausado sus políticas de igualdad y medio ambiente. En la presentación de resultados del S&P 500 del último trimestre de 2024, solo el 10% de las compañías hicieron alusión a términos como sostenibilidad y ESG, y los principales bancos estadounidenses han abandonado su alianza contra el cambio climático Net-Zero Banking Alliance.
«Seguimos manteniendo una perspectiva europea y en ciberseguridad estamos centrados en atraer más talento femenino porque aún somos pocas mujeres. Un ejemplo de ello es el acuerdo de colaboración que mantenemos con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) para formar mujeres en esta materia», subraya. «Muchas hemos tenido todo en contra: el idioma, la formación, el país… Pero hemos sido constantes, así que le diría a muchas niñas que no pierdan la esperanza de dedicarse a lo que quieren», sentencia.
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