derrota en Huesca tras hacer dos penaltis
Dos manos claras que llevaron a sendos penaltis en contra evidenciaron a un Sporting que sufrió el desplazamiento en la primera parte y pecó de inofensividad en la segunda. Los de Borja Jiménez se vieron abrumados por la intensidad del Huesca en un nuevo comienzo dubitativo en el que la mano de Gelabert llevó al Huesca hasta el punto de penalti adelantándose por mediación de Sielva. Ya al final del encuentro, un nuevo golpeo en el brazo dentro del área rojiblanca, en este caso de Diego, incrementó la nube negra que reina sobre las cabezas de los jugadores. Kortajarena puso la sentencia y el Sporting suma una nueva derrota en una racha de cuatro partidos sin ganar.
[–>[–>[–>La visita a El Alcoraz nunca es agradable y menos cuando los problemas empiezan antes de que el árbitro pite el inicio del partido. Con el anuncio de las alineaciones, el club comunicaba la ausencia de Dubasin por unas molestias físicas en último momento. Una baja que Borja Jiménez suplió con los tres mediocentros de rigor: Corredera, Nacho Martín y Justin, más tirado a banda derecha.
[–> [–>[–>La otra sorpresa llegó por parte del mismo míster. La pareja inamovible de Pablo Vázquez y Perrin, que se había visto en las anteriores catorce jornadas, se rompió con la entrada de Eric Curbelo por Pablo Vázquez. El canario llegó en el verano de 2024 para ser uno de los referentes en la zaga, pero las lesiones y la falta de continuidad lastraron sus apariciones. La referencia en ataque, una vez más, fue para un Amadou mientras que Juan Otero afilaba cuchillos en el banquillo a la espera de su momento.
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Los comienzos de partido no son el fuerte del Sporting en las últimas jornadas. En un minuto ya tuvo que ver cómo Yáñez intervenía. Una salida del balón errónea, esa en la que tanto insistió Borja durante la semana, provocó que el Huesca colgase el balón y Portillo hiciera trabajar al de Blanes que sin problemas desvió a córner. Fue el lateral Alonso, el que volvió a insistir por banda con otro centro cuyo remate se fue desviado.
[–>[–>[–>El Sporting dominador de la posesión en los primeros instantes, se deshacía con cada robo del Huesca que tenía las cosas claras: robar, balones a banda y segundas jugadas como la que aprovechó Ojeda para volver a poner a prueba al guardameta sportinguista.
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Ocho horas de viaje y un jet-lag de diez minutos, peaje barato de pagar que el Sporting asumió sin problemas, aquellos que tuvo ante el Eibar. Fue Guille el que echó el equipo adelante con un par de llegadas, igualando el ímpetu con el que salió de inicio el Huesca.
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[–>La entrega de Guille tiene otro factor positivo y es que es contagiosa. En su tercera aventura en campo oscense, levantó cabeza y conectó la mirada con Amadou que esperaba en el segundo palo. Fueron milímetros los que separaron al delantero de estrenar su casillero de esta temporada. Tampoco lo logró un minuto después con un cándido disparo desde fuera del área.
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De nuevo, un error
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Todo lo que brillaba en ataque por la derecha, se ensombrecía en la izquierda. Diego se vio superado con cada balón que caía por su zona. La calidad de Portillo para hacer cambios de orientación llevó a Ojeda a mandar otro balón a córner. Turbulencias en el viaje, que se incrementaron con el penalti en contra tras el saque en corto. Una clara mano de Gelabert llevó a Sielva a batirse en duelo con Yáñez desde los once metros. El veterano centrocampista escogió la derecha y el portero la izquierda. Nuevo error evitable que condenaba a los rojiblancos.
[–>[–>[–>El primer golpe oscense no modificó los planes del Sporting. En ataque, Guille Rosas volvía a ser el de siempre, aprovechando los huecos que le dejaba Justin para llegar a línea de fondo. De su garra llegaron dos ocasiones para Perrin; una a córner y otra arriba. La misión del francés durante el partido fue la de batallar en el aire con un Sergi Enrich que siempre saca algo positivo de cada balón, pero también se erigió como la principal referencia en los ataques de los de Jiménez. De un nuevo córner salió la más clara. Corredera mandó al segundo palo, Justin volvió a darle vida y Perrin, golpeando con lo que pudo desde el área pequeña, rozó el empate. Los reflejos de Dani Jiménez lo evitaron.
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La presión del Huesca al inicio, calmada por el gol, dejó al Sporting jugar más en campo contrario, sin embargo, solo Guille era el que tenía la luz encendida. Cuando en un equipo son el central, Perrin, y el lateral derecho, Rosas, los más destacados en ataque es que algo no está funcionando. Otra cosa era en defensa, donde el francés volvió a ser el baluarte que levantaba a El Molinón en las primeras jornadas.
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Lo que podía salir mal en la primera parte, salió y motivo del apagón generalizado era la falta de entendimiento en los que mueven la bola. Gelabert no encontraba su hueco, ocupado muchas veces por la posición de Justin, Nacho Martín no conectaba los pases que solía acertar y Corredera se vestía de fontanero para tapar las contras que el Huesca lanzaba.
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Reseteo
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El reinicio fue otra cosa. De los pies de Gaspar salió un balón medido a la cabeza de Amadou. El senegalés, superior en altura a Alonso, vio la entrada de Justin y se la dejó a placer. Tan bueno era el balón que las ganas pudieron a la calidad del canadiense. Forzando el giro de cuello de más, cabeceó por arriba.
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La calma que faltó en los primeros 45 minutos llegó, paradójicamente, cuando más prisa tenía el Sporting para remontar. Calma a la hora de elaborar que se tradujo en un cómodo dominio ante un Huesca que dio un paso atrás. De esta forma, el Sporting fue encadenando acercamientos, pero sin hacer el daño que sí conseguían los oscenses con cada llegada.
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La falta de entendimiento entre los mediapuntas se resolvió con una de las jugadas grises del partido. Gaspar, de lo más participativo en la ofensiva, filtró para un Gelabert que sirvió en bandeja a Justin para alojarla en la red. Fue el linier el que lo tuvo claro, levantando el banderín. La talla de pie de más del canadiense privó del empate al Sporting. Borja no quiso esperar más y lanzó una ofensiva a través de dos cambios: Caicedo y Cortes por Amadou y Justin. El colombiano actuó desde la derecha, donde ya se le vio por momento ante el Mirandés.
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La mano de la sentencia
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Tras diez minutos insustanciales tras estos cambios, el técnico rojiblanco tiró otra vez de banquillo, desvelando ya por todas sus cartas. Corredera dejó el campo, Gelabert bajó su posición para acompañar a Nacho y volvió, cuatro jornadas después, Juan Otero para formar dupla con Caicedo. El plan a ejecutar pasaba por cargar el área con rematadores y aprovechar la buena actitud de Gaspar y Guille, y las ganas de Cortés, para colgar balones. ¿Los problemas? La fortaleza de la defensa oscense, experta antiaérea.
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Cuando el carrusel de cambios enfriaba el partido y Manu Rodríguez y Bernal esperaban para entrar, el Huesca volvió a aprovechar para sorprender, nuevamente, por el lado derecho del Sporting. Si no era el día de Nacho Martín con el pase, lo confirmó con una nueva pérdida que dejó a Ro Abajas internándose hasta línea de fondo. El pase en raso que buscaba delantero, encontró otra mano, esta vez de Diego, para que Orellana Cid volviera a señalar el punto de penalti. Tocó el turno de Kortajarena para batir por su derecha a un Yáñez que había adivinado sus intenciones.
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