EEUU BOMBARDEA IRÁN | Irán promete venganza mientras su parlamento reclama el cierre del estrecho de Ormuz
El parlamento iraní ha aprobado este domingo —pocas horas después del ataque de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares del país persa y tras la promesa del ministro de Exteriores iraní, Abbás Araghchi, de venganza— una resolución por la cual pide el cierre total del estrecho de Ormuz, que separa el golfo Pérsico del golfo de Omán.
Por Ormuz pasa el 20% de la producción mundial de crudo, y su cierre definitivo significaría un incremento enorme de los precios del barril y, por lo tanto, de la gasolina en todo el mundo.
La aprobación de esta petición por parte del parlamento iraní no es final, sino que la decisión de cerrar el estrecho, una de las armas que la República Islámica mantenía bajo la manga ante los ataques y guerra arrancada por Israel la semana pasada, la puede tomar un solo hombre: el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí.
Se desconoce, no obstante, qué hará Jameneí, encerrado en un escondite ante los más que posibles intentos de asesinato de Tel Aviv, que ha conseguido descabezar casi por completo la cúpula militar persa.
En Irán, sin embargo, el parlamento no hace nada sin la aprobación de arriba: el texto de este domingo ha sido, a todas luces, ordenado desde las altas esferas de poder iraní, que también amenazan con sacar al país del Acuerdo de No Proliferación nuclear. Hacerlo expulsaría de la República Islámica a la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y señalaría, así, que Irán no abandona su programa nuclear, sino que apuesta con doblarlo para evitar otro ataque.
Israel y EEUU, precisamente, aseguran haber lanzado esta guerra para parar el programa nuclear iraní y evitar que Teherán desarrolle su propia bomba atómica. Si bien sí han conseguido retrasar los avances nucleares iranís, las autoridades de Teherán han prometido seguir adelante con su programa.
Mis dos países
Desde el inicio de los ataques de Israel —y, por supuesto, las respuestas y bombardeos iranís contra el Estado hebreo— casi 500 personas han muerto entre los dos países, aunque la gran mayoría de fallecidos han ocurrido en Irán, donde miles de persas han ya abandonado su país, y han salido —por tierra— a través de las fronteras terrestres de la República Islámica. La mayoría de salidas ocurren en dirección a Armenia, Irak y, sobre todo, Turquía.
La ciudad fronteriza turca de Van, así, se ha llenado de iranís que pugnan por conseguir un billete que los aleje de su propio país y de la guerra. “Amo a ambos países. Me siento como si mis padres se hubiesen divorciado. Se odian y se disparan, pero yo no quiero que se ataquen entre sí”, asegura Sera, una iraní-estadounidense que justo ha podido salir de Irán en las últimas horas. La mujer, de mediana edad habla en un perfecto acento estadounidense.
“Amo a ambos países, como es obvio. He vivido la mitad de mi vida en Irán, y la otra mitad en EEUU. Así que es muy difícil, de verdad. Es muy difícil, porque veo culpa en ambos. Y el régimen iraní también tiene una gran parte de responsabilidad en lo que está ocurriendo”, dice Sera, que se enciende al hablar:
“Durante 40 años, el ayatolá y sus seguidores han cogido el dinero de la gente y se lo han gastado en este programa nuclear ridículo. Han arruinado el país, se han gastado todo el dinero de los iranís en un programa nuclear que ni queríamos y ahora… puf. Ya no existe. Ha sido bombardeado. ¿Y ahora qué? Eso es lo que temo más. Esta guerra les convertirá en paranoicos. Ya ven espías israelís por todos lados. El resultado de todo esto será más violencia contra la sociedad, más muertos y más represión. Un día las bombas callarán, pero el régimen seguirá… y seremos los iranís los que pagaremos por ello”.
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