Es un paso gigante. De los que, muchas veces en silencio, ejercen la medicina pública y que permiten mejorar la vida de los pacientes y, no menos importante, la de sus familiares.

Hoy nos centramos en una de estas enfermedades que tiene un nombre largo; Hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. Consiste en un aumento anormal de la presión en las arterias pulmonares, una patología grave y rara que limita enormemente la vida de quienes la padecen. Es una de esas enfermedades llamadas raras que, más allá de los términos complejos, también tienen su propio nombre. Por ejemplo, el de Francisco Rodríguez.

Este paciente de 51 años de A Gudiña, en Ourense, es uno de los intervenidos en el Hospital Álvaro Cunqueiro mediante una innovadora técnica llamada angioplastia. Casi un año después, recuperado y viviendo una vida que ya no recuerda desde que comenzó su andadura en 2020, quiso agradecer a sus médicos todo el esfuerzo y dedicación que pusieron en su caso. En el suyo y en el de los otros 11 pacientes a los que se les realizó una angioplastia en Cunqueiro.

Alrededor de 150 pacientes por año

Hipertensión pulmonar Su síntoma principal es la disnea o sensación de falta de aire. Puede tener múltiples causas, pero las más comunes están ligadas a patologías cardíacas y respiratorias.

Es la única unidad acreditada en Galicia para aplicar esta técnica. ¿Qué quiere decir esto? Bueno entonces Allí se pueden tratar a unos 150 pacientes al año por sus enfermedades. evitar grandes transferencias con todo lo que esto implica. La unidad está coordinada por especialistas en neumología y cardiología y ya se ha consolidado como un referente en la comunidad y en el país.

«Hoy somos el único hospital del noroeste peninsular acreditado para realizar este tratamiento, con resultados muy satisfactorios. La angioplastia es una alternativa para pacientes que no pueden ser intervenidos quirúrgicamente; reduce el riesgo de mortalidad y mejora significativamente los síntomas y la calidad de vida. Su implementación en Álvaro Cunqueiro evita además tener que trasladar pacientes a Madrid, al Hospital 12 de Octubre», explican los coordinadores de la unidad, la neumóloga María Castro y el cardiólogo David Dobarro.

“Recuperé mi calidad de vida”

La angioplastia consiste en introducir, a través de un catéter, un balón destinado a fracturar y eliminar los trombos alojados en las arterias pulmonares. Requiere entre cuatro y seis intervenciones por persona, debido a su complejidad, pero los resultados son muy positivos.

Francisco lo confirma hoy abrazando a sus médicos: “Han pasado once meses desde la primera intervención y he vuelto a hacer vida normal, mi estado físico ha vuelto a la normalidad que tenía antes de 2020. Estoy muy, muy satisfecho”. Él asegura. Sobre la técnica de la angioplastia, admite su asombro: «Es increíble que gracias a una prueba que parece tan sencilla podamos recuperar nuestra calidad de vida».

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Además de la profesionalidad del equipo de tratamiento, Francisco también quiso destacar el trato humano recibido, igualmente importante si cabe, y evidente en el momento en que se reencontraron tras finalizar el tratamiento.