El nacimiento de un bebé a la intemperie, símbolo de la crisis del terremoto en Afganistán
Una partera afgana asistió el nacimiento de un bebé a la intemperie, utilizando solo un botiquín de primeros auxilios, una historia que refleja la crisis que vive Afganistán tras ser golpeado por tres terremotos en una semana, con más de 2.200 muertos.
«El bebé nació en medio de los árboles, sin tienda, sin techo. Fue una situación difícil, pero me siento aliviada de haber podido ayudar», afirmó Pakiza, una partera de 25 años de la ONG Save the Children, en un comunicado difundido este viernes por la organización.
Para llegar a la comunidad afectada, Pakiza tuvo que caminar durante horas. El terremoto principal de magnitud 6.0 golpeó una región montañosa, rural y de difícil acceso, ubicada sobre una importante falla geológica y catalogada como de alto riesgo sísmico.
Las edificaciones de la zona, en su mayoría de barro, son altamente vulnerables a los sismos, lo que explica la destrucción de más de 6.700 viviendas.
Las sacudidas y los desprendimientos de rocas han bloqueado las ya precarias carreteras, haciendo imposible el paso de vehículos y obligando a los equipos de ayuda a desplazarse a pie.
Colapso de los servicios básicos
La escena es un reflejo del colapso de los servicios básicos en la región, donde al menos 16 centros de salud han resultado dañados por el seísmo y otros 80 habían cerrado antes del terremoto por los recortes de ayuda de Estados Unidos.
Un informe del Clúster de Salud de la ONU confirma, por ejemplo, que una clínica apoyada por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el distrito de Nurgal quedó «completamente destruida».
La Comisión Europea ha alertado de que «el acceso a la ayuda vital para las mujeres afectadas debe ser una prioridad, ya que los equipos de apoyo locales consisten principalmente en hombres».
La catástrofe se enmarca en una emergencia humanitaria preexistente en un país donde casi la mitad de la población, unos 23 millones de personas, ya necesitaba ayuda, según la ONG.
«Es imperativo que la comunidad internacional no le dé la espalda a Afganistán», declaró Samira Sayed Rahman, directora de Save the Children en el país, quien pidió la «liberación urgente de fondos de emergencia».
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