El primer ministro de Japón desmiente que vaya a dimitir tras la debacle electoral de su partido
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, desmintió este miércoles las informaciones provenientes de su propio partido que apuntaban a su dimisión inminente tras la debacle electoral del domingo, y que ha dejado al líder nipón en una posición muy debilitada.
El mandatario conservador ha mantenido el miércoles una reunión con altos cargos del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) en la que, según dijeron fuentes de esa formación a medios locales, iba a plantearse su dimisión para asumir la responsabilidad por los malos resultados electorales.
«No hemos hablado nada de mi situación, a pesar de lo que recoge la prensa», dijo Ishiba a los medios al término del encuentro con Taro Aso, Yoshihide Suga y Fumio Kishida, tres altos cargos del PLD y antiguos primeros ministros, además de Hiroshi Moriyama, secretario general de la formación. «Hemos coincidido en nuestra percepción de una crisis grave (por los resultados electorales), y mantuvimos varias discusiones, incluyendo nuestro rechazo a que haya divisiones dentro del partido», afirmó Ishiba, quien reiteró su voluntad de continuar en el cargo para evitar que se produzca un vacío político que impida afrontar las prioridades políticas.
«Inevitable»
Moriyama, por su parte, dijo tras el encuentro que la formación debería hacer un análisis de los resultados electorales «lo antes posible», y también quiso desmentir conversaciones sobre la marcha del actual líder japonés. Antes de la reunión, fuentes del partido gobernante dijeron a la agencia Kyodo que veían «inevitable» la dimisión del primer ministro tras los pésimos resultados electorales.
El diario nipón ‘Mainichi’, por su parte, señaló que Ishiba habría transmitido ya a los barones del PLD su intención de dejar el puesto a lo largo del mes de agosto y realizar el anuncio oficial ese mes.
El domingo, la coalición conformada por el Partido Liberal Democrático de Ishiba y su socio de Gobierno, el budista Komeito, perdió la mayoría en las elecciones parciales a la Cámara Alta del Parlamento nipón.
Sumados a la pérdida también del control de la Cámara Baja que sufrió el PLD a finales del pasado octubre, menos de un mes después de que Ishiba asumiera el cargo, estos resultados complican enormemente la viabilidad del Ejecutivo actual y dejan en el aire el futuro del mandatario.
Voces crecientes dentro del partido gobernante vienen reclamando la dimisión del primer ministro y una renovación de la cúpula de esta formación, entre ellas políticos de rango medio y organizaciones regionales. La oposición también ha intensificado las críticas contra Ishiba, quien precisará del apoyo de otras fuerzas para continuar en el poder.
El primer ministro prometió en la víspera que continuaría en el puesto pese a la debacle electoral con vistas a garantizar la estabilidad política en el país y a cerrar asuntos pendientes, entre ellos las negociaciones comerciales con EEUU.
Las informaciones sobre la posible marcha de Ishiba afloran horas después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunciara que ha alcanzado un acuerdo comercial con Japón que incluye gravámenes «recíprocos» del 15 % y varias concesiones favorables para Washington. Tokio ha valorado el acuerdo de forma positiva.
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