El Van Aert de 4 años ya sube a podios mientras el padre dibuja su 2026 con ciclocrós y una gran duda
Otro Van Aert ¿Ciclista a la vista? Todo apunta a que sí. El apellido ya resuena con fuerza en la próxima generación. jorge, el hijo mayor de Vaya, Apenas tiene cuatro años y ya sabe lo que es subir a un podio. Esto ocurrió este fin de semana, durante el acto infantil que acompañó el criterio de despedida de Tim Declercq. El pequeño, con su camiseta belga y una sonrisa de oreja a oreja, finalizó tercero y celebró su medalla mientras su padre lo observaba desde la valla, celular en mano, sin poder ocultar su emoción.
La escena era puramente simbólica: el ciclista que se esforzó en ondear su bandera ahora disfruta viendo a su hijo empezar a pedalear su propia historia. Wout Van Aert, que cerró la temporada con exhibiciones como la de París ante Pogacar, vivió una jornada muy diferente, de esas que no se cuentan en vatios ni en victorias, sino en orgullo. “No pude evitar mirarlo”, dijeron cerca del belga, conmovidos por la naturalidad con la que Georges afrontó la carrera. A su lado, el pequeño Jérôme, el más pequeño de la familia, observaba con curiosidad cada pedaleo.
Pero mientras el futuro parece asegurado en casa, el presente deportivo de Wout sigue copando titulares. De vuelta a entrenar tras unas “merecidas” vacaciones, la corredora Visma | Lease a Bike fue claro al analizar el recorrido del próximo Tour de Francia: «No es un recorrido que se adapta a mis necesidades. Hay pocos días de escapada y muchas etapas de montaña o sprint». Sin embargo, el belga mantiene intacta su ambición. «Cuando esté al 100 por ciento, podré demostrar algo en cualquier campo. Ese es mi objetivo».
Un plan para este año
En su horizonte inmediato reaparece el ciclocross, pero esta vez sin la presión de antaño. “Ahora la cruz debe ceder un poquito” admitió. Su prioridad es redescubrir las sensaciones que le hicieron único: esa mezcla de potencia, instinto y rebelión que le convirtió en uno de los ciclistas más carismáticos del pelotón.
Mientras Wout perfecciona su forma, un nuevo protagonista emerge dentro del Visma: Jesper Morkovel joven director deportivo que guió al equipo a un doblete histórico en el Giro y la Vuelta. A sus 37 años, el danés demostró valentía y autoridad para coordinar figuras del calibre de Vingegaard o el propio Van Aert. “Tuve que acostumbrarme a darle órdenes a Wout”, admitió entre risas. «Es una de las estrellas más importantes del deporte y al principio me resultó extraño decirle cómo afrontar un final».
Morkov fue clave en un gran año para el conjunto holandés, que ganó las grandes vueltas con Simon Yates y Jonas Vingegaard, y talentos capacitados como Mateo Brennan ganador de doce carreras durante su primera temporada profesional. Su método, discreto pero firme, consolidó la idea de un Visma competitivo incluso frente a los todopoderosos Emiratos Árabes Unidos.
Entre las generaciones que van naciendo y los directores que se reinventan, el apellido Van Aert todavía brilla por partida doble. Wout busca reclamar su trono en el camino; Georges, desde su pequeño podio, ya muestra avenidas. Y en el horizonte del ciclismo belga existe la posibilidad de una nueva saga destinada a seguir escribiendo historia sobre dos ruedas.
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