Es una satisfacción disfrutar de un teatro abarrotado y agresivo en el buen sentido
Por motivos de agenda, Mariano Rivas Calzada (Gijón, 1971) tuvo que ausentarse en la dirección del último concierto de Año Nuevo, al que regresa este año junto a la Orquesta Sinfónica Mercadante, la soprano Alexandra Zamfira, y el tenor Pablo Puértolas. Con un programa «variado, complicado y virtuoso» espera dar la bienvenida al año los días 1 y 2 de enero en el Jovellanos.
[–>[–>[–>El año pasado se ausentó por trabajo, pero regresa de nuevo a la batuta del concierto de Año Nuevo en su ciudad.
[–> [–>[–>El año pasado coincidió esta oportunidad y también nos pidieron poder desdoblar la orquesta y poder hacerlo nosotros y le di la oportunidad que se me dio en su momento a un compañero. Tenemos muchas ganas de estrenar año y hacerlo en el Jovellanos que es muy especial.
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¿Con qué repertorio llega al Jovellanos?
[–>[–>[–>Es muy interesante. Vamos a meter algunas obras americanas de Bernstein, alegría, vigor y entusiasmo del estilo americano. También un poquitito de la zarzuela española, ópera internacional y, como no, los valses y polkas de Johann Strauss.
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Es un concierto que aglutina estilos variados.
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[–>No es fácil seleccionar porque quiero contentar a todo el mundo. Se trata de que sea música bien sonante y con cierta dificultad. Este año lo que sí se va a caracterizar es por el virtuosismo sinfónico y vocal. La gente va a poder oír obras conocidas y de cierta dificultad. Para nosotros es un programa bastante arriesgado. Hacer una gala de este estilo requiere su tiempo para saber que puede gustar y mezclar la tradición con la novedad.
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Para ajustarlo todo al detalle, ¿Qué es lo que se requiere?
[–>[–>[–>Sobre todo, experiencia, conocer al público y saber a lo que está acostumbrado y lo que le gusta. Luego también hay un gusto personal, en mi caso hacia la música vocal, bien a través de la zarzuela o bien con la ópera internacional. Me gusta acompañar, no me gusta ser tan protagonista, sino quedarnos un poquitito en segundo plano con la orquesta y acompañar a las mejores voces.
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¿Cómo es el público de Gijón?
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No es un público de abono ni de orquesta sinfónica u ópera. Es un público que le gusta ir al teatro, escuchar la música en general y no es un público muy especialista en algo. También es agradecido, pero que sabe diferenciar lo bueno de lo malo. Espero que les guste esta vez como todos los años y que acaben aplaudiendo con la «Marcha Radetzky».
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Lleva más de dos décadas encabezando el concierto de Año Nuevo. ¿Cómo asume ese respaldo?
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Los que estamos en la música, bien o mal llamada clásica, seguimos luchando y estoy muy agradecido de que el Jovellanos vuelva a confiar en mi hacer. Es un concierto que disfruto mucho y por lo que he visto en taquilla van muy bien los dos días. Es una satisfacción disfrutar de un teatro abarrotado y agresivo en el buen sentido. Como profesional es un lujo disfrutarlo en su plenitud.
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¿Qué espera a nivel laboral y personal para el 2026?
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Para el año que viene, con la orquesta, tenemos una gira prevista por China o Malasia. Yo también tengo un par de conciertos en Alemania, preparar una zarzuela y algunas galas por Madrid. También espero empezar bien en el Jovellanos, como no. Es difícil ser profeta en tu tierra, pero aquí la sintonía tanto con el público como con gerencia y concejalía es muy buena. Y luego también deseo una mayor implicación en educación musical, estamos muy atrasados respecto a otros países de Europa.
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